(CNN) – La inflación en Estados Unidos se desaceleró más de lo esperado en mayo, según los nuevos datos publicados este miércoles, lo que supone una buena noticia a pocas horas de que la Reserva Federal haga su último anuncio sobre las tasas de interés.
Los precios al consumo subieron un 3,3% con respecto al año anterior, lo que supone una desaceleración con respecto a la tasa del 3,4% de abril, según el último informe del Índice de Precios al Consumo de la Oficina de Estadísticas Laborales publicado el miércoles.
En términos mensuales, los precios se mantuvieron estables por primera vez desde julio de 2022. La caída de los precios de la gasolina mantuvo la inflación bajo control tras un aumento del 0,3% en abril.
“Esta es la mejor noticia que podríamos haber recibido esta mañana”, dijo a CNN Philip T. Powell, director ejecutivo del Centro de Investigación Empresarial de Indiana y profesor clínico asociado de la Escuela de Negocios Kelley de la Universidad de Indiana. “La Reserva Federal ha estado vigilando para asegurarse de que esta cifra [mensual] se situara por debajo del 0,2%”.
“Si lo hizo, eso significa que la inflación va a bajar, lo que significa que [la Fed] podría bajar las tasas de interés”, añadió.
Los economistas esperaban un aumento mensual del 0,1% y una subida anual del 3,4%, según las estimaciones de consenso de FactSet.
La caída de los precios de la gasolina, que bajaron un 3,6% respecto a abril, contribuyó a frenar la inflación en mayo. Aún así siguen un 2,2% arriba este año. Los precios de los comestibles se mantuvieron estables y los precios generales de los alimentos subieron un 0,1%, impulsados por una ligera aceleración de la inflación en los restaurantes.
Bajan los precios de los seguros, pero la inflación de la vivienda se mantiene alta
Excluyendo la gasolina y los alimentos, categorías que tienden a ser volátiles, la medida “subyacente”, muy vigilada, subió solo un 0,2% en el mes (su ritmo más lento desde octubre del año pasado), y su tasa anual cayó al 3,4%, estableciendo un nuevo mínimo de tres años.
“Además de las buenas noticias sobre la inflación, la inflación subyacente de los servicios (excluidos los servicios energéticos) registró su menor aumento mensual desde septiembre de 2021”, escribió Kathy Bostjancic, economista jefe de Nationwide, en una nota publicada el miércoles. “Esto es significativo ya que la inflación de los servicios básicos ha sido muy tenaz y la razón clave por la que la inflación general no se ha enfriado más rápidamente”.
Sin embargo, la inflación de la vivienda compensó con creces el descenso de la gasolina, aumentando un 0,4% por cuarto mes consecutivo, lo que subraya la presión que están sintiendo los estadounidenses por los gastos relacionados con la vivienda.
El índice de vivienda, una medida ininteligible de los costos de la vivienda, ha sido un gran obstáculo en el deseo de la Reserva Federal de que la inflación general vuelva a su objetivo. (Ese objetivo, por cierto, se basa en un indicador de inflación independiente, el índice de precios del gasto en consumo personal, que se mantuvo en el 2,7% en abril).
La vivienda tiene un peso importante en el IPC y, aunque no refleja totalmente la ralentización de los alquileres de mercado, sus lecturas persistentemente altas reflejan el dolor que sienten los estadounidenses en su mayor gasto mensual.
“Lo que llama la atención en estas cifras es la continua lucha contra la asequibilidad de la vivienda”, afirmó Powell, de la Universidad de Indiana. “Hay tanta demanda acumulada de vivienda que no va a desaparecer”.
Los precios de los servicios de transporte cayeron por primera vez desde el otoño de 2021, con un descenso del 0,5% mensual. Y los precios de los seguros de automóviles bajaron un 0,1%, en claro contraste con los picos registrados en los dos últimos meses.
Aún así, estos costos siguen siendo elevados para los consumidores, ya que los precios de los servicios de transporte subieron un 10,5% respecto a hace un año y los de los seguros de automóvil un 20,3%.
Sean Snaith, economista de la Universidad Central de Florida, declaró a CNN que “no ha habido mucho alivio en las cosas grandes e importantes en las que los hogares gastan su dinero: alimentos, transporte y vivienda”.
Un IPC débil aumenta las posibilidades de recortes de la Fed
El IPC, que registra la variación media de los precios de una canasta de bienes y servicios comunes a los consumidores, es la medida de la inflación más citada.
Pero el miércoles no fue más que el acto inaugural.
El informe se conoció horas antes de que la Reserva Federal concluyera su reunión de política monetaria, presentara sus últimas proyecciones económicas y anunciara los próximos pasos en materia de tasas de interés.
Aunque es probable que los banqueros centrales aplaudan la bajada del IPC, los economistas afirman que no será suficiente para mover la aguja de las tasas de interés, que se espera que se mantengan estables el miércoles (los mercados apenas ven un 0,1% de probabilidad de un recorte en junio).
“Lógicamente, las noticias de hoy parecen abrir la puerta a un recorte de tasas en julio, aunque seguimos pensando que es muy poco probable dada la retórica de línea dura de la Reserva Federal”, escribió el miércoles Preston Caldwell, economista jefe de Morningstar. “Pero los recortes de tasas a partir de septiembre deberían consolidarse ahora como abrumadoramente probables”.
Los operadores parecen estar de acuerdo: las últimas proyecciones de la herramienta CME FedWatch situaban la probabilidad de un recorte de tasas en septiembre en casi el 63% el miércoles por la mañana, frente al 46,8% del martes.
Se espera que el miércoles la Reserva Federal muestre sus cartas con la publicación del último Resumen de Proyecciones Económicas (SEP, por sus siglas en inglés). La publicación trimestral incluye las previsiones de los banqueros centrales para indicadores económicos clave como la inflación, el crecimiento del PIB y el desempleo, así como el “diagrama de puntos”, un gráfico de sus expectativas para las tasas de interés.
Cuando la Reserva Federal publicó su anterior SEP en marzo, indicaba la posibilidad de tres recortes en lo que queda de año.
Los economistas esperan que esa cifra descienda, dado que quedan menos meses para que termine el año y que los datos económicos siguen siendo bastante sólidos (ya sea la inflación más alta de lo esperado para empezar el año o el aumento del empleo más fuerte de lo previsto).
“El informe del IPC de mayo fue un poco mejor de lo que nos atrevíamos a esperar, dada la serie de lecturas decepcionantes de principios de año”, escribió Scott Anderson, economista jefe de EE.UU. de BMO Bank, en una nota el miércoles. “Si se mantiene, mantendrá vivas las expectativas de recorte de tasas de la Reserva Federal que hemos fijado para septiembre y diciembre. La política monetaria restrictiva tiene más trabajo que hacer, y la Fed seguirá siendo paciente y vigilante”.