(CNN) – El reciente arresto de ocho ciudadanos tayikos presuntamente conectados con ISIS ha aumentado la preocupación entre los funcionarios de seguridad nacional sobre la posibilidad de que un miembro peligroso del ahora escindido grupo terrorista lleve a cabo un ataque en suelo estadounidense, según varios funcionarios estadounidenses que hablaron con CNN.
Los miembros del grupo ingresaron a Estados Unidos por la frontera sur y solicitaron asilo bajo la ley de inmigración estadounidense. No está claro si llegaron al mismo tiempo y a través del mismo lugar.
Para cuando la información de inteligencia sobre los objetivos de ISIS en el extranjero conectó a los hombres con el grupo terrorista, los mismos ya habían sido examinados por las autoridades de inmigración y habían obtenido el permiso para su ingreso, dijeron los funcionarios.
Aunque no hay pruebas contundentes que indiquen que fueron enviados a Estados Unidos como parte de un plan terrorista, al menos algunos de los ciudadanos tayikos habían expresado una retórica extremista en sus comunicaciones, ya sea en las redes sociales o en comunicaciones privadas directas que la inteligencia estadounidense pudo monitorear, dijeron tres funcionarios.
Ese descubrimiento desencadenó una investigación de emergencia por parte de agentes y analistas federales en todo el país, dijeron las fuentes, incluida la vigilancia física y electrónica de los hombres, una operación antiterrorista que recuerda a los años inmediatamente posteriores al 11 de septiembre, cuando el FBI investigó a numerosos posibles complots.
Después de un período de vigilancia, los funcionarios federales se enfrentaron una decisión difícil: continuar vigilando a los hombres para determinar si, en efecto, eran parte de algún posible complot o red terrorista más amplia, o intervenir y sacarlos de la calle. En lugar de arriesgarse al peor de los escenarios, que incluye un posible ataque, altos funcionarios estadounidenses decidieron intervenir y hacer que agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) detuvieran a los hombres, dijo una fuente a CNN.
Los hombres permanecen bajo custodia federal por cargos de inmigración y eventualmente serán deportados luego de la investigación antiterrorista.
Tayikos reclutados por ISIS
El hecho de que los hombres previnieran de Tayikistán, un rincón de Asia Central que en los últimos años ha sido una fuente de reclutamiento constante por parte de ISIS-K, la filial del grupo terrorista islámico con sede en Afganistán, preocupó particularmente a los funcionarios de EE.UU. ISIS-K está dirigido principalmente por tayikos, que han llevado a cabo una serie de ataques recientes en Europa en nombre del grupo, incluido el ataque al Crocus Hall, en Moscú, en marzo que mató a más de 100 personas.
Los funcionarios de seguridad nacional temen que al menos algunos de los ocho tayikos hayan estado listos para ser radicalizados por parte de ISIS-K mientras estaban dentro de Estados Unidos, potencialmente luchando contra el aislamiento, el estrés financiero o la discriminación, todas cosas que podrían hacer que una persona sea susceptible a la glorificación de la propaganda violenta de ISIS.
Los altos funcionarios ahora consideran que los llamados “lobos solitarios”, quienes emergen aparentemente de la nada, son posiblemente la amenaza más probable (y potencialmente igual de peligrosa), en lugar del complot coordinado más tradicional llevado a cabo por agentes capacitados.
En comparación con las redes terroristas, cuyas comunicaciones pueden proporcionar posibles vías para la vigilancia, los individuos solitarios que no comunican sus planes de ataque a nadie presentan un desafío adicionalmente difícil para los funcionarios de seguridad.
“No podemos dar por sentado que no sea todo lo anterior”, dijo un alto funcionario estadounidense. “Es demasiado pronto para saber todo lo que queremos saber sobre la profundidad y la textura de los vínculos que podrían existir” entre estas ocho personas e ISIS.
El episodio se produce mientras altos funcionarios de inteligencia han hecho advertencias públicas sobre que las condiciones globales han elevado el riesgo de un ataque terrorista en suelo estadounidense a su nivel más alto en la historia reciente, al mismo tiempo que muchos funcionarios de seguridad nacional también reconocen que las retiradas del país de Afganistán y de otras partes del Medio Oriente han reducido la recopilación de inteligencia sobre las amenazas terroristas tradicionales.
“No es ningún secreto que desde nuestras retiradas en varios lugares del mundo, tenemos menos oportunidades para reunir inteligencia. Esto era algo que sabíamos que iba a pasar”, dijo el alto funcionario estadounidense.
Michael Morell, ex director interino de la CIA, coescribió esta semana un artículo de amplia circulación en Foreign Affairs advirtiendo que las luces de las advertencias de terrorismo están “parpadeando en rojo”, haciéndose eco de una advertencia reciente del director del FBI, Christopher Wray, quien dijo que ve “luces parpadeantes donde quiera que mire”.
“La combinación de las intenciones declaradas de los grupos terroristas, las crecientes capacidades que han demostrado en recientes ataques en todo el mundo, y el hecho de que varios complots graves en Estados Unidos hayan sido frustrados, nos indican una conclusión incómoda pero inevitable”, decía el artículo de Foreign Affairs. “En pocas palabras, Estados Unidos enfrenta una seria amenaza de un ataque terrorista en los próximos meses”.
Brechas en la recopilación de material de inteligencia
Los funcionarios de inteligencia son muy conscientes de las lagunas en la recopilación de inteligencia en Afganistán, donde tiene su principal base ISIS-K. Si bien los funcionarios creen que ISIS-K intenta principalmente radicalizar e inspirar a los atacantes en lugar de entrenar y desplegar agentes, el ascenso del grupo es un fenómeno relativamente nuevo. Eso significa que hay mucho que los analistas antiterroristas estadounidenses desconocen sobre su estrategia, su trabajo de reclutamiento y sus tácticas operativas.
Los funcionarios y analistas estadounidenses que siguen de cerca a los grupos terroristas islamistas saben que ISIS-K ha intensificado drásticamente su maquinaria de propaganda en línea. En lugar de entrenar y desplegar combatientes (como hizo al Qaeda para los ataques del 11 de septiembre, por ejemplo), ISIS-K se ha centrado en radicalizar a poblaciones vulnerables. Tayikistán, por ejemplo, es uno de los países más pobres del mundo y su población enfrenta una represión religiosa extrema, ambos factores que, según los expertos en terrorismo, pueden hacer que una población sea vulnerable a la radicalización.
Colin Clarke, un investigador especializado en terrorismo, dijo que el grupo está creando “propaganda carismática” para llegar “a las diásporas que ya existen en Europa, América del Norte y la región de Asia Central, e intentar inspirar a la gente a realizar ataques”.
“Pareciera que es solo cuestión de tiempo antes de que puedan lograr algo con éxito”, dijo Clarke.
Preocupaciones por la frontera
Los arrestos también ponen de relieve las vulnerabilidades en la frontera sur de Estados Unidos, un problema que los republicanos han amplificado en medio de un año de elecciones presidenciales.
“Estamos literalmente viviendo un tiempo prestado”, dijo el miércoles el senador republicano por Oklahoma, James Lankford, desde el pleno del Senado durante un discurso sobre la amenaza de que terroristas ingresen a Estados Unidos a través de la frontera sur.
Un informe del 7 de junio, publicado por el inspector general del Departamento de Seguridad Nacional estableció que los solicitantes de asilo no siempre son examinados de manera oportuna y que los agentes fronterizos no acceden a todos los datos federales que necesitan para examinar a los no ciudadanos que buscan ser admitidos en Estados Unidos.
Estados Unidos “corre el riesgo de admitir a personas peligrosas o permitir que solicitantes de asilo que puedan representar amenazas significativas para la seguridad pública y nacional continúen residiendo en Estados Unidos”, dice el informe.
Los funcionarios estadounidenses han estado prestando especial atención a los inmigrantes provenientes de países de Asia Central, incluido Tayikistán, desde el verano pasado, cuando se descubrió que un grupo de ciudadanos uzbekos que habían cruzado la frontera sur había sido ayudados para viajar a Estados Unidos por un facilitador que tenía vínculos con el llamado Estado Islámico.
El episodio generó un esfuerzo en todo el Gobierno para localizar e investigar a esas personas.
Dos funcionarios estadounidenses también dijeron que ese episodio llevó a los funcionarios de seguridad nacional a garantizar que las autoridades de inmigración y de inteligencia estuvieran monitoreando adecuadamente a cualquiera que viajara desde Tayikistán, Uzbekistán y Kazajstán.
“Creo que lo que [el incidente con los ciudadanos uzbekos] hizo el verano pasado deja planteado que los asiáticos centrales son potencialmente una población de preocupación, dado lo que sabemos sobre la red global de ISIS en este momento”, dijo el alto funcionario estadounidense.
En 2023, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. informó sobre 169 encuentros con personas identificadas como “posibles coincidencias” con nombres en la lista de vigilancia de terrorismo.
Sin embargo, eso no es necesariamente un indicador confiable del número de terroristas reales que pueden estar intentando ingresar a Estados Unidos, argumentan funcionarios estadounidenses. Cuando un nombre aparece en una lista de vigilancia terrorista, podría significar varias cosas: una persona que podría tener una conexión muy vaga y atenuada con un terrorista conocido, o alguien que podría pertenecer a un grupo terrorista heredado, como las FARC, que no es conocido por realizar ataques en suelo estadounidense. O simplemente alguien con un nombre similar al de una persona relevante para una investigación.
Eso es lo que ocurrió con el ciudadano jordano que fue arrestado en las puertas de la base de la Infantería de Marina de EE.UU., en Quantico, a principios de este año, dijeron dos funcionarios estadounidenses. Aunque su nombre apareció en una de las listas de vigilancia, resultó ser una “mala coincidencia”, según el alto funcionario estadounidense.
La combinación de criminalidad y terrorismo en los países pobres, como Tayikistán, también puede resultar increíblemente difícil de desentrañar para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Una persona puede tener contacto regular con un miembro de su familia que haya realizado algún trabajo remunerado para ISIS, por ejemplo, sin compartir ninguna simpatía por el grupo.
Pero, dijo Clarke, el riesgo está ahí: “La pobreza aplastante [y] una población extremadamente religiosa reprimida por sus líderes es casi una fórmula perfecta para exportar yihadistas”.
Una fuente policial dijo: “Se ha convertido en un cliché, pero sigue siendo absolutamente cierto: puede que hayamos terminado con ISIS, pero ISIS no ha acabado con nosotros”.