(CNN Español) – Fue una de las relaciones diplomáticas más famosas del siglo XX, vidriera de la Guerra Fría y de la competencia entre grandes potencias, y persiste con fuerza en la actualidad: Cuba y Rusia mantienen una cercanía política desde el restablecimiento de las relaciones, en 1959, justo después de la Revolución cubana, que es central para el mundo.
El ejemplo más reciente de esta relación es la visita a La Habana de una flota rusa, liderada por la fragata Gorshkov y el submarino de propulsión nuclear Kazan, iniciada el miércoles como una demostración de la cooperación militar y las “relaciones históricamente amistosas” entre ambos países.
El Kazan abandonó este lunes La Habana, pero su visita a aguas cubanas –y a solo 140 kilómetros de la costa de Estados Unidos– generó preocupación en Washington e incluso una movilización de la Armada de Estados Unidos, que “supervisó” las maniobras rusas en Cuba con su propio submarino de propulsión nuclear, el USS Helena.
Al menos desde la crisis de los misiles de 1962, que tuvo al mundo en vilo ante una posible guerra nuclear como consecuencia del despliegue de misiles nucleares soviéticos en Cuba, las aproximaciones militares de Moscú a la isla no han pasado desapercibidas por Washington.
Del Imperio ruso a la Unión Soviética
Las primeras relaciones diplomáticas entre Cuba y el Imperio ruso se establecieron en 1902, cuando abrieron las primeras embajadas en La Habana y Moscú después de la independencia cubana de España, en 1898, y el surgimiento de la República de Cuba, cercana a Estados Unidos.
La relación, sin embargo, no duró mucho: el Imperio del zar Nicolás II cayó en 1917 tras la Revolución rusa, que llevaría a una guerra civil y la formación de la Unión Soviética, en 1922.
En 1942, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética formaron parte –a pesar de estar ideológicamente enfrentados– de una alianza contra el nazismo, se restauraron las relaciones entre La Habana y Moscú.
Pero el hito clave en la relación llegaría en 1959 y con el triunfo de la Revolución cubana liderada por el comunista Fidel Castro.
La nueva Cuba surgida de la revolución estaba ideológicamente alineada con la Unión Soviética, y tras la ruptura de relaciones entre La Habana y Washington, en 1961, y el posterior embargo, la cooperación entre cubanos y soviéticos entró en una era clave.
Durante la Guerra Fría, La Habana y Moscú mantuvieron estrechas relaciones políticas, estratégicas y económicas.
Ambos Gobiernos comunistas se alinearon en cuestiones globales, y por su posicionamiento contra Estados Unidos se acercaron militarmente, llevando al pico de las crisis de los misiles, en 1962. También estrecharon su cooperación económica, con subsidios de la URSS a Cuba valuados por un valor de entre US$ 4.000 y 6.000 millones.
La cooperación, sin embargo, se interrumpió abruptamente tras la caída de la URSS, en 1991, que llevó a la emergente Federación Rusa al caos y a Cuba a la crisis económica, pero La Habana y Moscú mantuvieron sus lazos.
El resurgimiento de las relaciones entre Cuba y Rusia
A partir de la llegada al poder de Vladimir Putin, Rusia y Cuba comenzaron a reconstruir su relación: Putin visitó Cuba en 2001, mientras que Raúl Castro, entonces presidente de Cuba, viajó a Moscú en 2009.
En 2014, Rusia aceptó perdonar parte de la deuda que Cuba mantenía con la Unión Soviética, un hito de la creciente cercanía que llevó a un crecimiento de las inversiones rusas en la isla y los vínculos comerciales y militares –las Fuerzas Armadas cubanas utilizan equipos casi exclusivamente soviéticos y rusos–.
También en 2014 hubo reportes sin confirmar sobre una posible reapetura de la base de inteligencia rusa Lourdes, cerrada en 2001.
El relanzamiento de la alineación política también quedó evidente ese año, cuando Cuba fue uno de los pocos países en reconocer la anexión de Crimea, en Ucrania, por parte de Rusia.
Más recientemente, Cuba también ha mostrado su apoyo a Rusia tras la invasión de Ucrania, iniciada el 24 de febrero de 2022: se abstuvo de votar una resolución de la ONU condenando el ataque y demandando el retiro de Rusia, y votó en contra de una resolución de la Organización Mundial de la Salud condenando ataques rusos a infraestructura médica en Ucrania.
En 2023, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel expresó el “apoyo incondicional” de Cuba en la “lucha contra Occidente” de Rusia, y ese mismo año se reportó que algunos cubanos han comenzado a viajar a Ucrania para pelear en las filas de las Fuerzas Armadas rusas.
En medio de esto Cuba está atravesando su peor crisis económica en años, golpeada aún por la caída del turismo por la pandemia de covid-19, y depende cada vez más del petróleo y la ayuda de Rusia.
En definitiva, una relación diplomática de cercanía política y cooperación que sigue vigente.
Con información de Patrick Oppmann.