(CNN) – Después de que su empleador implementara una política de regreso a la oficina el año pasado, Jin Bian decidió reducir su tiempo de viaje de una hora comprando una casa más cerca de la oficina en Tampa, Florida. Entonces, le dijeron que la compra podría acarrearle penas de cárcel.
“Fue realmente impactante para mí. No es más que comprar una propiedad”, explica Bian, originario de Nanjing, China. “En cuanto lo supe, ya ni me molesté en mirar”.
Bian, ingeniero informático de 31 años que lleva 12 viviendo en Estados Unidos, es beneficiario de un visado H-1B, que permite a las empresas emplear a trabajadores extranjeros. Durante casi un año, sin embargo, ha sido un delito para él comprar una casa en Florida después de que el gobernador del estado, Ron DeSantis, firmara una ley que restringe a los ciudadanos chinos sin permiso de residencia permanente la compra de propiedades en el estado.
Bian y otros residentes de Florida dijeron a CNN que la normativa ha fomentado el malestar y la confusión entre las personas de origen chino que viven en el estado. Algunos afirman que la ley ha perjudicado a sus negocios, mientras que otros dicen que están considerando abandonar Florida por completo. Y la ley subraya las crecientes tensiones entre las dos mayores economías del mundo en un año de elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Bian dijo que últimamente empezó a reconsiderar su vida en Florida. No es el único. Desde que el proyecto de ley 264 del Senado de Florida entró en vigor el 1 de julio de 2023, los ciudadanos chinos sin permiso de residencia permanente se enfrentan a un cargo de delito grave y posible pena de prisión si compran una propiedad en el estado.
Los vendedores y los agentes inmobiliarios también pueden ser declarados responsables en virtud de la ley.
“Sentimos que somos diferentes de los demás por este tipo de leyes”, afirma Echo King, ciudadano estadounidense nacido en China y presidente de la Alianza Asiático Estadounidense por la Justicia de Florida. “Sentimos que no somos bienvenidos”.
Prohibición para los ciudadanos chinos
En virtud de la ley SB 264, los ciudadanos de Rusia, Irán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela y Siria tienen prohibido comprar propiedades en un radio de 16 kilómetros de cualquier “instalación militar o instalación de infraestructuras críticas” en Florida.
En el caso concreto de los ciudadanos chinos sin derecho permanente a vivir en EE.UU., la ley va un paso más allá, prohibiendo a este grupo la compra de cualquier propiedad en el estado.
“Florida está tomando medidas para hacer frente a la mayor amenaza geopolítica de Estados Unidos: el Partido Comunista Chino (PCCh)”, dijo DeSantis en un comunicado el año pasado.
La ley está siendo impugnada en los tribunales, pero varios otros estados están considerando leyes similares.
“Florida ha ido mucho más allá de lo necesario para combatir la llamada influencia del PCCh”, dijo Clay Zhu, un abogado que se ha asociado con la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) para demandar al estado, para impugnar la ley. “Creemos que es una forma de discriminación basada en la raza, basada en el origen nacional y basada en el estatus del visado”.
Zhu comparó la ley con leyes discriminatorias del pasado, como la Ley de Exclusión China. Según él, debería hacerse una distinción entre el PCCh y los ciudadanos chinos.
La ley prohíbe específicamente la “compra o adquisición de bienes inmuebles” por “cualquier persona que esté domiciliada en la República Popular China y que no sea ciudadano o residente permanente legal de Estados Unidos”. Pero el término “domiciliado” no está totalmente definido en el lenguaje de la ley.
Susan Li, de 47 años, propietaria de una pequeña empresa en Orlando, Florida, y titular de una tarjeta de residencia permanente, dijo que “sintió realmente la discriminación” cuando se enteró de la existencia del proyecto de ley.
Al igual que Bian, Li estaba buscando un nuevo hogar cuando se aprobó la ley. A pesar de ser residente legal en Estados Unidos, su familia decidió interrumpir la búsqueda de vivienda por miedo a posibles complicaciones legales.
“Pensé que tal vez era demasiada molestia, así que ahora mismo no estoy buscando”, dijo. “No importa si tengo la residencia o soy ciudadana, sigo teniendo cara de china”.
Mayor temor al espionaje del gobierno chino
La polémica ley llega en un momento en que las relaciones entre Estados Unidos y China se han vuelto cada vez más tensas.
El año pasado, el temor a que el gobierno chino espiara en EE.UU. alcanzó un punto crítico después de que un globo de vigilancia chino fuera descubierto sobre Montana y finalmente derribado por EE.UU.
Además de las acusaciones de que aplicaciones de propiedad china como TikTok se utilizan para espiar (algo que TikTok niega), los legisladores estadounidenses han advertido cada vez más de que las compras chinas de terrenos agrícolas suponen una amenaza para la seguridad nacional. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, China posee 349.442 acres de tierras agrícolas y no agrícolas en Estados Unidos, lo que representa algo menos del 1% de todas las tierras en manos extranjeras en Estados Unidos.
“El Partido Comunista Chino, un peligroso adversario extranjero, no debería poseer las tierras agrícolas de Virginia”, declaró el año pasado en las redes sociales el gobernador republicano de Virginia, Glenn Youngkin. “Es de sentido común”.
Para Bian, las acusaciones de espionaje son ofensivas.
“Somos gente corriente. No hablamos de estas cosas políticas”, dijo. “Creo que el 99,99% de la gente que está aquí solo quiere tener una buena vida”.
Repercusiones de la ley SB 264
Teresa Jin, prestamista hipotecaria en Florida, dijo que ya no trabaja con clientes que no sean residentes permanentes o ciudadanos de EE.UU., pero la zona gris en torno a la definición de “domiciliado” de la ley ha creado incertidumbre. Otros prestamistas han accedido a cerrar operaciones que ella había rechazado antes por miedo a las repercusiones legales.
“La ley nos ha creado mucha confusión”, afirma. “Sin duda perjudica al negocio”.
Zhu dijo que algunos prestamistas hipotecarios y corredores de Florida incluso han comenzado a negarse a trabajar con clientes con pasaportes chinos, incluso si son residentes legales.
“La gente se siente como si estuvieran siendo tratados como espías o agentes del gobierno chino”, dijo Zhu. “Es muy injusto y también muy antiestadounidense”.
Jin, que es ciudadana, dijo que planea quedarse en Florida. Pero otros están sopesando si estarían más cómodos viviendo en un estado diferente sin una ley como la SB 264 en los libros.
Li dijo que probablemente dejará Florida cuando su hija vaya a la universidad. Bian dijo que tiene la esperanza de que la ley sea derogada, pero si nada ha cambiado en un año o dos, planea volver a California.
“No creo que California llegue a tener este tipo de ley”.