(CNN Español) – El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, anunció este viernes que buscará firmar un acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos para poder realizar repatriaciones a los migrantes que no puedan acreditar su estancia legalmente en la zona panameña del tapón del Darién.
De visita en la comunidad de Lajas Blancas, donde miles de migrantes de diversas nacionalidades han pasado en los últimos meses en busca de llegar a Estados Unidos, el próximo presidente panameño anunció que el próximo lunes que reciba la visita del secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas, le propondrá un acuerdo de colaboración para atender la crisis migratoria en esa zona.
“El día lunes, que tengo una reunión bilateral con Estados Unidos, voy a plantear en la mesa esto, ampliado, por supuesto, con la más alta jerarquía que viene el secretario de Seguridad Interna, Homeland Security, el señor (Alejandro) Mayorkas, con el ánimo de buscar y ese día espero suscribir un convenio con Estados Unidos, respetuoso y digno, para que entre los dos países comencemos los procesos de repatriación de toda esta gente que está aquí acumulada”, expresó Mulino.
El presidente electo advirtió también que además de la crisis humanitaria latente por el fenómeno migratorio en esa zona, se tiene una crisis ambiental derivada de la generación de residuos sólidos y la falta adecuada de su manejo.
Ante estas problemáticas, Mulino anunció que presentará -sin explicar contra quién- una denuncia ante las Naciones Unidas por los daños que Panamá ha tenido que absorber “en sacrificio” y que le han costado US$ 100 millones.
“Utilizaré la silla del Consejo de Seguridad en Naciones Unidas desde enero para que este tema sea tocado también, sé que ese es un organismo complejo que uno no va ahí y conversa de cualquier tema, pero si este tema no aplica para los propósitos de ese organismo en cuanto a seguridad internacional, entonces estamos hablando de temas completamente distintos”, agregó.
El próximo mandatario panameño reiteró que no permitirán el ingreso de migrantes sin pasaporte o documento válido, y que dejarán una sola trocha abierta, que ya se han cerrado pasos con serpentinas y que habilitarán a unas 300 unidades del Servicio Nacional de Fronteras.
En 2023, más de 500.000 personas llegaron a Panamá por la selva del tapón del Darién, la mayoría con planes de seguir su camino hasta Estados Unidos, y en los primeros meses de 2024 el número supera al mismo registrado en ese período del año pasado.