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(CNN) – En un debate presidencial espero, al terminar el evento, tener más conocimiento sobre la formulación de políticas futuras que cuando comenzó el debate. En el primer debate presidencial de 2024 en Atlanta el jueves por la noche, las actuaciones del presidente Joe Biden y del expresidente Donald Trump no estuvieron a la altura de esas expectativas.

Así es como los califico en términos de sustancia, presentación y desempeño general.

La presentación del expresidente Donald Trump fue mejor que su sustancia, dice el entrenador de debates, Graham Todd.

Trump

SUSTANCIA: F

Los tres aspectos más importantes de un debate presidencial están vinculados a responder las preguntas presentadasm para así demostrar el dominio del tema por parte del candidato, evitar información errónea o mentiras descaradas y trazar planes para el futuro. En ese sentido, Trump fracasó. Las preguntas de los moderadores a menudo permanecían en la pantalla mientras se suponía que Trump debía responderlas, y rara vez las respondía.

Cuando se le preguntó si apoya un Estado palestino independiente, Trump dijo: “Tendría que verlo”. Y luego habló de la economía europea, los automóviles, la agricultura y los pagos a la OTAN con distintos niveles de honestidad. No sé más sobre la posición de Trump y su solución a la guerra en Gaza que antes del debate. Y lo mismo hizo con casi todas las preguntas.

También aprovechó su tiempo de intervención para irse por la tangente sobre cuestiones fuera de tema. A menudo, Trump soltó hipérboles ridículas, a veces hasta el punto de mentir.

Ejemplos de esto incluyen a Trump diciendo que los países extranjeros piensan que somos estúpidos, que nuestra frontera es el lugar más peligroso del mundo, que permitimos abortos hasta después del nacimiento, que somos un país incivilizado, que la retirada de Afganistán fue el momento más vergonzoso de la historia de Estados Unidos, que nuestro país está siendo destruido, que Estados Unidos es un estado fallido y una nación del tercer mundo, y la lista continúa. Al niño que gritó que el lobo venía no se le puede creer tantas veces.

PRESENTACIÓN: B+

Este fue, con diferencia, el factor más importante en el debate. Trump manejó sus emociones mejor que en debates anteriores y no se mostró demasiado grosero (más allá de llamar a Biden “Brandon”, pero eso pareció pasar prácticamente desapercibido). De hecho, Trump criticó a Biden con humor cuando dijo: “Realmente no sé qué dijo al final de esa frase. No creo que él sepa lo que dijo tampoco”. En un momento, Trump incluso reprendió a Biden diciendo: “No actuemos como niños”.

Trump tenía buena calidad vocal y energía. Si bien sus respuestas pueden haberse desviado, su comportamiento, presentación y estilo fueron mucho mejores que los de Biden.

Finalmente, la presentación de Trump se centró en dos de los temas de la elección: la inmigración y la economía. Cubrió sus temas más fuertes repitiéndolos una y otra vez. La repetición se vuelve persuasiva cuando se hace lo suficiente, y Trump se mantuvo en sus puntos más fuertes, incluso si no respondía las preguntas en cuestión.

CALIFICACIÓN GENERAL DE TRUMP: F

Simplemente no se puede mentir en los debates con tanta frecuencia como lo hace Trump, al menos si se quiere tomar en serio lo que se está haciendo.

El presidente Joe Biden tuvo dificultades para transmitir su mensaje con fuerza, sostiene Graham.

Biden

SUSTANCIA: D

Las respuestas de Biden fueron más precisas que las de Trump, pero no fueron geniales en absoluto. La falta de foco al responder las preguntas dejó generalmente a la audiencia en casa sin nada que llevarse. ¿Qué recuerda de las respuestas de Biden en este debate? Yo nada.

Dios mío, las habilidades de Biden han disminuido desde su último debate hace cuatro años. Hasta donde yo entiendo, no tuvo una estrategia real para ganar este debate, y eso se reflejó en sus respuestas.

Sobre el tema de la deuda nacional, Biden comenzó bien su respuesta, pero luego se metió demasiado en los números y terminó diciendo algo sobre el covid-19 y “finalmente vencimos a Medicare”. ¿Qué?

Tanto Trump como Biden divagaron, pero cada uno con un estilo diferente. Trump, acostumbrado a discursos y mítines públicos, contó historias que pueden haber sido relevantes o no, ciertas o no. La falta de concentración de Biden implicó no explicar claramente sus logros y no criticar más duramente a Trump. Si Biden quería demostrar que Trump era una amenaza para la democracia, fracasó.

Una de las razones que explican el pobre contenido de Biden fue que estaba cumpliendo una doble función. Biden respondió a las preguntas y respondió a todos los ataques de Trump. Trump estaba usando hipérboles y “galope Gish” (la táctica de tirar muchos argumentos contra la pared para ver qué queda en pie, al diablo con la verdad). Por sí solo, la tarea de Biden era casi imposible.

Responder a todas las inconsecuencias de Trump requeriría mucho más tiempo, porque se necesita más tiempo para limpiar un desastre que para crearlo. Y Biden no se ayudó a sí mismo al extender demasiado sus respuestas hasta el punto de causar confusión. Por ejemplo, en un error no forzado, cuando se le preguntó sobre el aborto, Biden mencionó el asesinato de un migrante a una persona, lo que le hizo el juego a Trump.

En general, le doy crédito por responder las preguntas, aunque a veces fueron difíciles de seguir.

PRESENTACIÓN: F-

Si Biden optó por el enfoque del ciervo en la cabeza, fue un acierto.

En innumerables entrevistas antes del debate, dije que lo más importante que debía hacer Biden era evitar las dos ideas preconcebidas con las que lo han inculcado sus oponentes: falta de energía y aptitud mental. Todo relacionado, por supuesto, con su edad.

El desempeño de Biden amplificó estas críticas. Su apertura fue lenta, mucho más lenta que la de Trump. Sus patrones de habla fueron desorganizados y careció de fuerza vocal real. Además, parecía mucho mayor que Trump con su piel pálida y sus ojos muy abiertos mirando a Trump o a los moderadores cuando hablaban, lo que también lo hacía parecer confundido. Biden no fue articulado y careció de una pronunciación clara. Hubo tropiezos verbales, como era de esperar, pero no hubo períodos de recuperación.

Parece como si Biden perdiera su capacidad de enfatizar algunos puntos sobre otros con su calidad vocal. No había ninguna variedad en su tono, volumen o velocidad del habla. Todo sonaba igual. Quizás estaba mal y, de ser así, la voz ronca llegó en el peor momento posible.

O tal vez es simplemente así es como habla, lo que claramente lo hace parecer bastante mayor.

Al final, lo único que importa es la impresión que el público estadounidense tiene de Biden, y este debate puso un signo de exclamación sobre algunos de sus defectos más duros.

Luego hubo tropiezos, como cuando dijo trillonarios en lugar de multimillonarios y Acuerdo de Paz de París en lugar de Acuerdos Climáticos de París. En un momento, Biden confundió a Trump con Putin. En otro momento, Trump dijo sobre el tema de la inmigración que Biden ni siquiera sabía lo que decía, poniendo en primer plano lo que mucha gente estaba pensando.

Cuando se le preguntó acerca de ser presidente a su edad, Biden respondió enumerando algunos logros. Pero esto no estuvo ni cerca de ser una buena respuesta. Pensé que estaría más preparado para esta pregunta, así que cuando no acertó, solo reforzó la noción de que es demasiado viejo, y que podría ser demasiado tarde para enderezar el barco.

Este debate fue la oportunidad de oro de Biden para acabar con sus críticos. En cambio, les dio todo lo que querían y más.

CALIFICACIÓN GENERAL DE BIDEN: F

Jugando con estereotipos y críticas, Biden tuvo una noche peor que la de Trump. Pero ninguno de los dos obtendría mi voto basándome en este debate.