TOPSHOT - US President Joe Biden looks down as he participates in the first presidential debate of the 2024 elections with former US President and Republican presidential candidate Donald Trump at CNN's studios in Atlanta, Georgia, on June 27, 2024. (Photo by Andrew CABALLERO-REYNOLDS / AFP) (Photo by ANDREW CABALLERO-REYNOLDS/AFP via Getty Images)
Los medios estatales rusos critican a Biden por el debate presidencial
01:35 - Fuente: CNN

(CNN) – Menos de 48 horas después de la alarmante actuación del presidente Joe Biden en el debate, la clase donante demócrata está en crisis, atormentada por la ansiedad sobre qué pueden hacer -si es que pueden hacer algo- los patrocinadores más ricos del partido para revitalizar o sustituir a Biden, cuya campaña encargó nuevas encuestas para evaluar los daños.

El vasto universo de los ricos que apoyan a Biden y sus susurradores políticos se dividió en tres líneas. Una facción argumenta que una campaña de presión instando al presidente -que insistió en que no se hará a un lado- a abandonar sería contraproducente. Otra aboga por un enfoque intermedio, y dice que los líderes del partido deberían considerar medidas drásticas solo después de que las consecuencias de la noche de este jueves sean examinadas más de cerca.

El recaudador de fondos y estratega demócrata Dmitri Mehlhorn, que suele trabajar estrechamente con el cofundador de LinkedIn Reid Hoffman, otro destacado donante, dijo a CNN que aunque los primeros 10 o 15 minutos del debate “fueron muy molestos de ver”, la actuación de Biden más tarde en Atlanta y luego en un mitin con gran energía este viernes en Carolina del Norte habían empezado a calmar sus nervios.

En cualquier caso, razonó, Biden era el único que controlaba su destino como candidato demócrata.

“Lo más inteligente es pensar cómo funcionan ustedes (como outsiders influyentes), suponiendo que no haya cambios”, dijo Mehlhorn. “Y si no hay cambio, si Biden quiere seguir siendo presidente, entonces cualquier tipo de campaña de presión es sólo una pérdida de tiempo, energía, esfuerzo y dinero”.

Un tercer grupo de donantes y asesores, con menos vínculos directos con el mundo de Biden y menos influencia dentro de él, está pidiendo proactivamente a los demócratas que dejen de perder el tiempo y comiencen de inmediato el proceso de búsqueda de un nuevo candidato a poco más de cuatro meses del enfrentamiento en las elecciones generales con el expresidente Donald Trump.

Los posibles favoritos para sustituir a Biden, en caso de que este dé marcha atrás y abandone la carrera, se cuidaron de prometer su apoyo al presidente y, como hizo el gobernador de California, Gavin Newsom, de salir en su defensa.

“Toda esta palabrería… es inútil e innecesaria. No vamos a darle la espalda por una actuación”, dijo Newsom en un correo electrónico a sus partidarios este viernes. “¿Qué clase de partido hace eso?”.

Mientras la campaña de Biden lleva a cabo una amplia investigación en los estados disputados sobre la posición del presidente, otros demócratas destacados se mostraron menos inclinados a unificar filas, y advirtieron en cambio que el partido está condenado a la derrota si no actúa con decisión para cambiar la ecuación.

El exsenador por Iowa Tom Harkin, que sirvió junto a Biden en el Senado durante décadas, trató de marcar la pauta en una punzante carta que envió a sus amigos tras el debate.

“Todos los senadores demócratas en ejercicio deberían escribir a Biden pidiéndole que libere a sus delegados y se haga a un lado para que la convención pueda elegir a un nuevo candidato”, escribió Harkin en la carta, cuya copia obtuvo la CNN. “Es posible que un par de gobernadores tengan que hacer lo mismo”.

Harkin dijo que todavía había tiempo para una corrección del rumbo y una nueva candidatura demócrata, que cree que “energizaría al partido en todos los niveles y captaría la atención del público en general, muchos de los cuales querrían una alternativa a Trump.”

“Este es un momento peligroso y es más importante que el ego de Joe Biden”, escribió Harkin, “o el deseo de seguir siendo presidente”.

Sí parece haber acuerdo entre todas las partes sobre una cosa: en última instancia, la decisión será de Biden. No hay apetito para un enfrentamiento en la Convención Nacional Demócrata este verano en Chicago, en parte porque no hay un aparato claro para apartar a Biden, pero sobre todo debido a la preocupación de que una pelea en el hemiciclo, independientemente del resultado, haría más daño que bien.

“El partido está en manos del presidente Biden, para bien o para mal”, dijo un senador demócrata a CNN, hablando bajo condición de anonimato para evitar faltar al respeto al presidente o distanciar la campaña. “Merece nuestro respeto y espacio para tomar cualquier decisión”.

La ausencia de un aparente heredero de Biden que pueda satisfacer a las facciones perpetuamente enfrentadas del partido y, al mismo tiempo, reunir rápidamente a las redes de donantes que compiten entre sí es otro obstáculo importante para quienes presionan para que se tomen medidas inmediatas.

“No existe un verdadero plan de sucesión”, declaró este sábado a CNN un alto asesor demócrata de la campaña de Biden. “Eso es lo que hace que todo esto no solo sea desgarrador, sino muy problemático”.

Los demócratas están realizando nuevas encuestas e investigaciones, durante todo el fin de semana y hasta principios de la semana que viene, en un esfuerzo por comprender mejor las consecuencias políticas, sobre todo en las contiendas clave que determinarán si el partido puede recuperar su mayoría en la Cámara de Representantes y mantener su estrecho control del Senado.

Un segundo asesor de larga data dijo que la única manera de que Biden considerara siquiera la posibilidad de dar un paso al costado -una medida que sigue siendo una cuestión muy abierta- es si se le presentaran datos serios que muestren que no solo es probable que pierda su candidatura a la reelección, sino que también pondría en peligro a los candidatos en la Cámara de Representantes, el Senado y las competitivas elecciones locales en todo el país.

La campaña de Biden cuenta desde hace tiempo con encuestas que muestran que los demócratas seguirían apoyando a esos candidatos aunque no votaran a Biden. Si el revés del presidente en el debate hace que algunos de estos votantes se sientan menos inclinados a votar, dando una ventaja de participación a Trump y los republicanos, Biden podría enfrentarse a una decisión más dura.

Sin esa información, por ahora, los demócratas nacionales más destacados, encabezados por el expresidente Barack Obama, están pidiendo a los donantes del partido que mantengan la fe.

Durante años, la relación entre Obama y Biden y su círculo de asesores fue tensa por la decisión de Obama de apoyar la candidatura presidencial de Hillary Clinton en 2015 e instar a Biden a no presentarse. Este momento “es aún más tenso”, dijo este sábado un viejo asesor de Obama, señalando que Biden tendría que llegar en última instancia a “cualquier decisión sobre sus próximos pasos por su cuenta.”

En una recaudación de fondos para los demócratas de la Cámara de Representantes en el Upper West Side de Nueva York a última hora de este viernes, Obama no aceptó preguntas de los donantes del público mientras hablaba con el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, en lo que la representante de Florida Debbie Wasserman Schultz, que estaba presente, dijo a CNN que era más como una “charla junto al fuego”.

El expresidente, al igual que hizo en un post en las redes sociales a primera hora del día, relató a los asistentes su propia y nefasta experiencia en el debate de 2012, repitió un mensaje sobre el marcado contraste entre los dos candidatos presidenciales y dijo que los valores de Biden “reflejan lo mejor de Estados Unidos.”

Preguntado por Jeffries sobre el debate, Obama pivotó hacia una visión más amplia de la situación.

“Un mensaje apropiado para esta noche es que este es un deporte de equipo. El presidente es el capitán, y necesitamos a la Casa Blanca, por el enorme poder del poder ejecutivo”, dijo Obama. “Pero la necesidad crítica de que recuperemos la Cámara y tengamos a Hakeem Jeffries como portavoz debería ser motivación suficiente. Y si hacemos nuestro trabajo en ese frente, eso es probablemente lo más importante que podemos hacer también para la campaña de reelección de Biden.”

Pero los signos -literales- de disensión fueron más prominentes fuera del circuito de recaudación de fondos. Este sábado, cuando Biden llegó a un acto del gestor de fondos de cobertura Barry Goldstein en East Hampton, Nueva York, su comitiva se cruzó con un grupo de personas que portaban pancartas pidiendo al presidente que abandonara la campaña.

“Te queremos”, decía uno, “pero ya es hora”.

Una vez dentro, Biden reconoció la angustia entre los donantes.

“Entiendo la preocupación por el debate, la entiendo”, dijo el presidente. “No tuve una gran noche”.

Pero también rebatió algunas de las preocupaciones expresadas en informes recientes.

“Los votantes tuvieron una reacción diferente”, dijo Biden, afirmando que las encuestas posteriores al debate mostraban poco movimiento, salvo algunas cifras que “nos hicieron subir, en realidad”.

Goldstein dijo a CNN que se esperaban más de 200 personas en el acto, que aportó donaciones adicionales este viernes por la mañana después del debate. Los actores Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick estuvieron entre los anfitriones, y el exdirector de comunicaciones de Trump, Anthony Scaramucci, también estuvo presente.

En su paseo por los Hamptons, Biden estuvo acompañado por Jeffrey Katzenberg, el magnate de Hollywood que actúa como copresidente de su campaña. El equipo de Biden trató de señalar algunos puntos brillantes en la recaudación de fondos en los días posteriores al debate, diciendo que la campaña recaudó más de US$ 27 millones durante un período de dos días. Biden estará en Nueva Jersey el sábado por la noche para otra recaudación de fondos, esta vez organizada por el rico gobernador de Nueva Jersey Phil Murphy, expresidente de finanzas del Comité Nacional Demócrata.

Esas reuniones se produjeron después de las críticas mixtas que surgieron de un evento este viernes por la noche en la ciudad de Nueva York al que asistió Biden y que fue encabezado por la leyenda del rocanrol Elton John.

“El ambiente en la sala era completamente extraño”, dijo un estratega demócrata que asistió al acto. “Te estás divirtiendo y las bebidas fluyen, y Elton John estaba allí, pero estás esperando la metedura de pata, estás esperando el desliz, magnificado por el terror de la noche anterior”.

Otro donante en la sala, Charles Myers, dijo a CNN que la narrativa de pánico en torno a un éxodo de donantes de la campaña de Biden era “frustrante” y “no es lo que está pasando”.

“Sí, los donantes estaban nerviosos tras la pésima actuación en el debate”, dijo Myers, “pero siguen muy a bordo y algunos quieren hacer más”. En la reunión del East Village, añadió, se vio a Biden en “plena forma”, y tuvo la “sensación general” de que, aunque el debate “fue realmente malo… la campaña está corrigiendo el rumbo y todos nosotros queremos redoblar el esfuerzo para contribuir a ese cambio”.

“Es hora de hacer encuestas y averiguar si hay algún posible sustituto que obtenga mejores resultados en las encuestas que Trump”, dijo a CNN el empresario multimillonario Mark Cuban, que recientemente salió en apoyo de Biden. Trump es políticamente débil, dijo Cuban, por lo que un demócrata que pudiera “entrar y cambiar inmediatamente la carrera” sería “digno de consideración”.

Por ahora, sin embargo, Cuban -que dijo que no es donante de la campaña de Biden pero sí asistió a una recaudación de fondos en marzo para mostrar su apoyo- dejó claro que la tarea de reemplazar a Biden tan tarde en el ciclo sería un desafío único.

El antiguo propietario mayoritario del equipo de baloncesto Dallas Mavericks, que anteriormente apoyó a la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley en las primarias del Partido Republicano, utilizó una analogía deportiva: “En este momento, es más como discutir un partido de la NBA o de la NFL a posteriori y querer intercambiar jugadores”, dijo Cuban.

Hoffman ofreció una variación sobre ese tema en un correo electrónico enviado el viernes por la noche a sus amigos, algunos de los cuales, escribió, le habían estado preguntando “si debería haber una campaña pública para presionar al presidente Biden para que se haga a un lado después de su (muy) mala actuación en el debate de anoche”.

“Creo que una campaña para que Biden renuncie sería una mala idea”, escribió Hoffman, argumentando que tales medidas podrían endurecer la determinación de Biden de demostrar que sus escépticos están equivocados.

También señaló la animada actuación del presidente en el mitin de Virginia y la forma en que reaccionaron los republicanos tras la condena por delito grave de Trump el mes pasado.

“Cerraron filas sin piedad y de inmediato”, escribió Hoffman, “porque entienden que en esta etapa de la carrera, deben gastar cada minuto y centavo ya sea impulsando a su viejo hombre, o derribando al nuestro”.

Otro donante demócrata fue más contundente sobre la situación y las opciones del partido.

“No creo que (Biden) vaya a ninguna parte”, dijo el donante a CNN. “Es el caballo viejo que tenemos, y tenemos que montarlo hasta que esté listo para la fábrica de pegamento”.