(Reuters) – Los uruguayos eligieron este domingo a los contendientes presidenciales que participarán en las elecciones de octubre, mientras encuestadoras muestran a la oposición de centro-izquierda ganando terreno ante la creciente preocupación por la creciente desigualdad e inseguridad pública.
Resultados tempranos de la primaria mostraban que Yamandú Orsi, el alcalde de la segunda región más grande de Uruguay, ganó la candidatura del partido opositor de centro-izquierda, superando a Carolina Cosse, alcalde de la capital Montevideo.
La principal fuerza dentro de la gobernante coalición de centro-derecha será representada por Álvaro Delgado, mostraban los resultados de este domingo.
Quien luego gane en las elecciones generales del 27 de octubre, o más probablemente en un ‘balotaje’ en noviembre, deberá enfrentar altas tasas de homicidio, mejorar la red de seguridad social, balancear el comercio con el socio más importante, China, y mantener una economía que se espera que crezca un 4% este año.
Encuestas muestran un enfriamiento hacia la coalición de centro-derecha del presidente Luis Lacalle Pou, a pesar de que este dirigió de manera exitosa al país agrícola de 3,4 millones de habitantes a través de la pandemia de covid-19 y las dificultades económicas que siguieran a la guerra en Ucrania.
Sin embargo a Lacalle Pou, de 50 años, le costó cumplir su promesa de ganarle el combate al narcotráfico que está dañando la reputación de Uruguay de ser un faro de estabilidad en una Sudamérica turbulenta.
La percepción de un retroceso en las políticas de estado de bienestar y de creciente corrupción también dañaron su partido.
Esto permitió a la coalición de centro-izquierda Frente Amplio, que gobernó entre el 2004 y el 2019, tomar una ventaja respecto a los principales partidos de centro-derecha, según las últimas encuestas.
“Hoy tenemos fórmula para la presidencia”, dijo Orsi durante su discurso de victoria junto a su rival partidario Cosse, que de acuerdo al candidato del Frente Amplio lo acompañaría en su boleto presidencial como candidata a vicepresidente.
Cerca del 10% de la población permanece indecisa, lo que sugiere que la elección de octubre será ajustada. El número de votantes alcanzó un mínimo histórico con solo el 36% del padrón y aunque las primarias no son obligatorias en Uruguay, analistas advirtieron que el descontento popular se mantendría elevado.
Lacalle Pou mide bien en encuestas de opinión, pero su gabinete se vio salpicado por acusaciones de espionaje político y corrupción. Él no puede presentarse para una reelección inmediata.
Lacalle Pou ganó por escaso margen la elección del 2019 al forjar una “coalición multicolor” que incluye al centrista Partido Colorado. Álvaro Delgado, el candidato del presidente Lacalle Pou, pretende replicar esta fórmula.
Delgado se presenta como el candidato de la continuidad, ya que sirvió como jefe de gabinete de Lacalle Pou, y es el amplio favorito para obtener la candidatura presidencial del oficialista Partido Nacional.
Varios candidatos del Partido Colorado han dicho que se unirían detrás del candidato del Partido Nacional para evitar que la centro-izquierda vuelva al poder.
La competencia más reñida es dentro del Frente Amplio. Se espera que Yamandú Orsi, alcalde de la segunda región más grande de Uruguay y de pasado docente, venza a Carolina Cosse, alcalde de la capital Montevideo, donde vive la mitad de la población del país.
La experiencia de Orsi y el apoyo a este del expresidente José Mujica, un ícono de la izquierda latinoamericana, significa que está en mejor posición para obtener la nominación presidencial del Frente, dijeron analistas.
“Uruguay es hoy un país chato, inseguro y desigual”, dijo Orsi a Reuters antes de los comicios, prometiendo “una izquierda moderna” que luchará contra los índices de “mayor pobreza y mayor indigencia”.
Si ningún candidato presidencial obtiene más del 50% de los votos el 27 de octubre, una segunda vuelta electoral será realizada el 19 de noviembre.