(CNN Español) – Daniel Montañez cuenta que traer abrochado el cinturón de seguridad los salvó a él y a su esposa de resultar heridos este lunes, cuando el vuelo de Air Europa en el que viajaban de Madrid a Montevideo experimentó una “turbulencia severa”, que dejó lesionadas a más de 30 personas.
“Yo venía durmiendo, ya te digo, con mi esposa también, y los dos veníamos con el cinturón de seguridad puesto. Eso hizo que en realidad nosotros no sufriéramos nada de ningún daño, ni nada por el estilo, solamente sentir el sacudón”, dijo Montañez a CNN.
Montañez concedió la entrevista por videollamada desde su casa, a la que llegó después de tomar otro vuelo desde Natal, Brasil, hasta Montevideo. El lunes, el avión de Air Europa en el que él y decenas de pasajeros más habían partido desde España tuvo que desviarse a la ciudad brasileña porque los problemas que generó la turbulencia ya no le permitían llegar a la capital de Uruguay.
Ya con la seguridad de estar en tierra firme, Montañez recordó lo primero que vio cuando sintió el fuerte movimiento del avión.
“Cuando me desperté, tenía una visión de la gente en el techo, cayendo y subiendo. Fueron unos segundos, pero cuando entré en cuenta de lo que estaba pasando, en realidad después ya se había estabilizado el avión”, dijo.
Quienes resultaron heridos tuvieron lesiones de diversa gravedad.
“Había gente quebrada, gente en el piso, gente gritando, gente que se sentía mal, gente sangrando… una imagen bastante caótica. Como te imaginarás, los nervios a esa altura empiezan a jugar después de que entrás en razón de lo que pasó, porque en ese momento en realidad no te das cuenta de nada, solo movimientos y locura”, dijo.
De acuerdo con Montañez, una vez que el avión se estabilizó, la tripulación se concentró en atender a los heridos, a pesar de que contaba con pocos medios para hacerlo. “Hicieron dentro de lo que tenían, las herramientas a sus manos, todo lo posible”, comentó.
A la atención de los lesionados le siguió un momento de incertidumbre en el que los pasajeros no sabían qué iba a pasar, según su relato. Finalmente, se les informó que no continuarían con el trayecto originalmente previsto hasta Montevideo, sino que irían hacia Natal.
Cuando el avión aterrizó —contó Montañez—, hubo “momentos muy largos” porque los equipos de rescate tuvieron dificultades para acceder por los heridos.
“Por ejemplo, las camillas para sacar a la gente que estaba tirada en el piso no entraban entre el pasillo, eso hacía que fuera muy difícil sacar a la gente que estaba en el piso herida”, dijo.
“Fueron momentos muy largos hasta que pudieron sacar a la gente del avión, porque improvisaron muchas cosas. Trataban de ver cómo la sacaban, abrir la puerta de emergencia, de costado, arrimaron la escalera ahí […] Pero por ahí pidieron evacuar a muchas personas heridas, que eso llevó mucho tiempo, eso nos llevó casi tres horas en la pista de aterrizaje. Ya en ese momento, había llegado más personal, se ve que de los hospitales cercanos, muchos más bomberos. En ese momento se fue acelerando”, detalló.
Un día después de los hechos, Montañez señaló que su familia viaja mucho y está acostumbrada a las turbulencias, pero no habían vivido algo como esto.
“La imagen esa de gente golpeando contra el techo, contra el piso y después golpeando de vuelta es muy caótico, y ahí te das cuenta de la gravedad de la caída del avión”, dijo.
Además, ya pasado el susto, contó que él y su esposa han empezado a bromear que podrían empezar a conmemorar el 1 de julio como su nuevo nacimiento.
“Con mi señora decimos que el primero de julio va a ser nuestro nuevo cumpleaños también, vamos a festejarlo, pero no hay mucho para festejar, por respeto a las personas que realmente salieron heridas, que espero que se recuperen todos. Es un momento muy feo”, cerró.