(CNN) – Fue una boda para recordar. Un castillo irlandés del siglo XV en las afueras de Dublín decorado con temáotica de Robin Hood. Un pastel de bodas verde y escalonado repleto de hojas de fondant y manzanas, diseñado por el artista británico Damien Hirst, cortado ceremoniosamente con un sable. Dos tronos barrocos para los novios. Pero hubo un detalle que fue el más memorable de todos: los recién casados se vistieron con trajes de Antonio Berardi morados a juego para su recepción.
Esta fue, por supuesto, la santa unión de Victoria y David Beckham. La poderosa pareja británica se casó en 1999, fusionando los mundos de la moda y el fútbol para siempre. Si bien su matrimonio ha perdurado 25 años después, la pareja se arrepiente de algunos de los pequeños detalles de su gran día. En concreto, de sus conjuntos en tonos berenjena. “Incluso tenía un sombrero de copa morado”, dijo David en 2017 durante una entrevista con BBC Radio 4. “¿En qué estaba pensando? Me parecía a los chicos de ‘Dumb and Dumber’”.
Victoria estuvo de acuerdo. “En ese momento me pareció una muy buena idea, ¿sabes?”, le dijo a Jimmy Fallon en 2021. “Creo que entonces fue una ingenuidad. No sabíamos de moda. Simplemente nos estábamos divirtiendo, lo cual, para ser honesta, es como debería ser”.
Pero el tiempo cura todas las heridas, como quedó demostrado hoy cuando la pareja sacó a relucir sus looks originales de la recepción para celebrar sus bodas de plata. En fotos compartidas en Instagram, Victoria y David posaron con sus trajes morados frente a los tronos del día de su boda. “¡Sí, todavía los tenemos!”, escribió la pareja. “¡No podemos creer que hayan pasado 25 años y todavía nos queden bien!”, añadieron.
Sus seguidores quedaron encantados con el regreso de la vestimenta. “Cuando la gente dice icónico, esto es a lo que deberían hacer referencia”, escribió uno. “Vestir de morado el día de tu boda. Sólo los Beckham podrían salirse con la suya”, intervino otro.
Hubo otro paralelo. A pesar del paso de un cuarto de siglo, la pareja todavía se mira con amor a los ojos y luce brillante.