(CNN) – Hace 280 millones de años, mucho antes de que aparecieran los primeros dinosaurios, una enorme criatura con colmillos y cabeza en forma de tapa de inodoro merodeaba por los pantanos cercanos al confín del mundo, según encontró una nueva investigación.
Ahora, los científicos que descubrieron sorprendentemente sus fósiles en Namibia y Brasil quieren saber por qué este antiguo depredador parecido a una salamandra pareció florecer millones de años después de que se extinguieran sus parientes cercanos al ecuador.
Los hallazgos de su estudio, el resultado de un trabajo que comenzó en 2018, se publicaron el miércoles en la revista académica Nature.
“Gaiasia jennyae era considerablemente más grande que una persona, y probablemente pasaba el rato cerca del fondo de pantanos y lagos”, dijo el coautor principal del estudio Jason Pardo, becario postdoctoral de la Fundación Nacional de Ciencias en el Museo Field de Historia Natural en Chicago, en un comunicado. “Tiene una cabeza grande y plana, con forma de asiento de inodoro, que le permite abrir la boca y succionar a su presa. Tiene unos colmillos enormes, toda la parte delantera de la boca son dientes gigantes. Es un gran depredador, pero potencialmente también un depredador de emboscada relativamente lento”.
Hasta ahora, los paleontólogos han descubierto un cráneo y una columna vertebral bien conservados, algunos cráneos parciales, vértebras y piezas de mandíbula tras realizar dos temporadas de trabajo de campo. El cráneo más grande mide más de 0,6 metros de largo.
“Cuando encontramos este enorme espécimen en el afloramiento como una concreción gigante, fue realmente impactante”, dijo la coautora del estudio Claudia Marsicano, investigadora y profesora del departamento de Geología de la Universidad de Buenos Aires, en un comunicado. “Sólo con verlo supe que era algo completamente diferente”.
Antiguas criaturas polares
En conjunto, las piezas fósiles cuentan la historia de una criatura que desafió todas las expectativas basadas en las trayectorias evolutivas de animales más conocidos de la época, que en su mayoría vivían más cerca del ecuador.
Las criaturas que vivían en el extremo sur han sido más difíciles de precisar, y se sabe menos sobre los animales que vivían más cerca de los polos.
Gaiasia vivió a mediados del Pérmico, hace entre 298,9 y 251,9 millones de años. Según el estudio, prosperó como depredador principal 40 millones de años antes de que los dinosaurios evolucionaran para vagar por la Tierra.
En aquella época, el planeta estaba dominado por un supercontinente llamado Pangea, que incluía una gran masa de tierra conocida como Gondwana. La masa continental incluía lo que hoy es Sudamérica, África, la Antártida, Australia, Nueva Zelandia y el subcontinente indio.
En la actualidad, Namibia se encuentra al norte de Sudáfrica. Pero hace 300 millones de años, lo que hoy es Namibia estaba mucho más al sur y se situaba cerca del punto más septentrional de la actual Antártida.
Al comenzar el Pérmico, el planeta se estaba calentando tras el final de una era glacial. Mientras que los humedales cercanos al ecuador se secaron y se convirtieron en bosques, los fríos pantanos cercanos a los polos permanecieron y quedaron enmarcados por glaciares y hielo.
En las regiones más cálidas y secas cercanas al ecuador aparecieron nuevos animales, a medida que los vertebrados cuadrúpedos llamados tetrápodos de tallo evolucionaban y se dividían en grupos que formaron la base de los animales modernos. Pero no parece ser así en los polos, donde las antiguas criaturas continuaron prosperando, según Pardo.
“Gaiasia es un tetrápodo tronco, es un remanente de ese grupo anterior, antes de que evolucionaran y se dividieran en los grupos que se convertirían en mamíferos, aves, reptiles y anfibios, que se denominan tetrápodos coronados”, explica Pardo. “Es muy, muy sorprendente que Gaiasia sea tan arcaica. Estaba emparentada con organismos que se extinguieron probablemente 40 millones de años antes”.
Un depredador sin rival
Parte de la razón por la que Gaiasia sorprende tanto a los investigadores es porque era muy grande y dominante.
“Hay otros animales más arcaicos que sobrevivieron hace 300 millones de años, pero eran raros, pequeños y se dedicaban a lo suyo”, explica Pardo. “Gaiasia es grande y abundante, y parece ser el principal depredador de su ecosistema”.
Mientras que sus contemporáneos tenían el tamaño de las anguilas o serpientes actuales, Gaiasia probablemente alcanzaba los 3 metros de longitud. Pero podría haber llegado a medir el doble, según Pardo.
Aún no se han encontrado fósiles de las extremidades de Gaiasia, si las tenía, ni de su cola, pero los investigadores saben dónde encaja la criatura en el árbol de la vida, y los antepasados y parientes lejanos de Gaiasia tenían extremidades. Según Pardo, el descubrimiento de más fósiles durante futuros trabajos de campo podría ayudar a los investigadores a mejorar las estimaciones del tamaño corporal.
Lo que han encontrado hasta ahora dibuja el retrato de una criatura aterradora con la que uno no querría encontrarse, dijo.
El cráneo ancho y plano de Gaiasia era como poner dos enormes placas una encima de la otra. Cuando la criatura abría la boca, se producía una succión natural que arrastraba peces, tiburones o cualquier otra presa cercana. En su interior, unos colmillos de 7,6 centímetros de largo esperaban para perforar a la presa y permitir que Gaiasia se tragara su comida entera, explica Pardo.
“Después de examinar el cráneo, me llamó la atención la estructura de la parte delantera”, dijo Marsicano. “Era la única parte claramente visible en ese momento, y mostraba unos grandes colmillos entrelazados muy poco habituales, creando una mordedura única para los primeros tetrápodos”.
El equipo de investigación sospecha que Gaiasia se extinguió hace unos 268 millones de años, pero no está claro qué causó la desaparición del tetrápodo.
Un misterio del lejano sur
El descubrimiento de Gaiasia está obligando a los científicos a plantearse nuevas preguntas, como por ejemplo cómo persistió durante tanto tiempo en un entorno tan frío. Normalmente, un animal de este tipo se adaptaría para convertirse en endotermo, esto es, un animal de sangre caliente capaz de regular la temperatura corporal produciendo su propio calor.
Pero Gaiasia era un ectotermo, que dependía de su entorno exterior para regular su temperatura corporal.
“Es un animal acuático de gran tamaño, muy esencialmente algo entre un pez y un anfibio, y que lograba tamaños corporales muy grandes”, dijo Pardo. “Si eres de sangre fría, eso es muy difícil porque tienes que comer mucha comida y sobrevivir durante un largo período para llegar a ser grande”.
Es posible que un Gaiasia viviera entre 20 y 40 años para alcanzar tamaños tan descomunales, pero los investigadores no pueden estar seguros, dijo Pardo.
Además de buscar más ejemplares fósiles de la especie, los investigadores sienten curiosidad por encontrar otros animales que vivieran en este ecosistema del lejano sur.
“Nos dice que lo que ocurría en el extremo sur era muy diferente de lo que ocurría en el ecuador. Y eso es muy importante porque en esa época aparecieron muchos grupos de animales que no sabemos muy bien de dónde procedían”, explica Pardo.
“El hecho de que hayamos encontrado Gaiasia en el extremo sur nos dice que había un ecosistema floreciente que podía sustentar a estos depredadores tan grandes”, añadió. “Cuanto más busquemos, quizá encontremos más respuestas sobre estos grandes grupos de animales que nos interesan, como los antepasados de los mamíferos y los reptiles modernos”.