(CNN) – La imagen de Vladimir Putin paseando personalmente al primer ministro de la India, Narendra Modi, en un minicoche eléctrico por su residencia demuestra hasta qué punto se han hecho amigos los dos líderes.
La polémica visita de Modi a Moscú, que coincidió con la lluvia de misiles rusos sobre un hospital infantil en Ucrania, es una señal de que las sanciones de Occidente y los intentos de aislar a Putin por su guerra están teniendo un efecto limitado.
Pero la elección de un automóvil eléctrico para desplazarse por la Rusia rica en petróleo tiene también otras connotaciones: la relación entre Modi y Putin, que se fortaleció bajo las sanciones estadounidenses y europeas sobre el petróleo y el gas rusos, ahora se ha vuelto verde. Y nuclear.
Modi, que lidera la mayor democracia del mundo, ha apuntalado a Putin convirtiendo a la India en uno de los pocos clientes fieles del petróleo y el gas rusos durante los dos años de guerra en Ucrania. El martes, durante la visita de Modi, la agencia estatal rusa de noticias TASS informó que los países estaban en conversaciones para que Rusia construya seis nuevos reactores nucleares de alta potencia en la India y pequeñas centrales nucleares de nueva generación.
A pesar de todas las controversias que suscita, la energía nuclear es una forma de energía con cero emisiones de carbono cuando se genera, y se está convirtiendo rápidamente en parte de las respuestas de muchos países a la crisis climática. Se está produciendo una carrera mundial por suministrar centrales y combustible nucleares a otras partes del mundo, y Rusia va ganando en muchos aspectos.
“Desde el punto de vista comercial, Rusia no es buena fabricando muchas cosas, pero tiene recursos naturales y una sólida tradición nuclear que se remonta a la época soviética, y eso es algo que puede aprovechar ahora”, declaró a CNN Elisabeth Braw, miembro de la Iniciativa de Seguridad Transatlántica del Consejo Atlántico. “Está claro que el Kremlin decidió que sería una buena idea, y algunos países desean ampliar su propia producción de energía nuclear. Y al igual que con las exportaciones de petróleo, la India es uno de esos países”.
Ese dominio de la energía nuclear está ayudando a Putin a mantener su posición en la escena mundial, incluso cuando Estados Unidos y Europa le rehúyen por la guerra. Y Modi se aferra claramente a la tradición india de una política exterior neutral que le permite comerciar con Rusia sin dejar de ser amigo de Occidente.
Esa amistad parece haber llegado para quedarse. La profundización de la cooperación nuclear con seis centrales más no hará sino unir a las dos naciones durante las próximas décadas. La construcción de las centrales puede llevar años, pero también requieren un mantenimiento regular, actualizaciones tecnológicas y un abastecimiento continuo de uranio, que Rusia tiene en abundancia.
Prohibición estadounidense sobre el uranio ruso
Rusia perdió la carrera de la tecnología renovable frente a China y va muy por detrás de Estados Unidos en su propia transición energética, ya que ha desarrollado muy poca capacidad eólica y solar. Por ello, está apostando fuerte por la venta de energía nuclear en el extranjero para obtener ingresos e influencia, ofreciendo desde reactores nucleares convencionales hasta pequeños reactores modulares de nueva generación y un combustible de uranio altamente enriquecido conocido como HALEU, que ningún otro país fabrica todavía a un nivel significativo.
Estados Unidos es consciente de la magnitud del problema. El Gobierno de Biden, que intenta competir con Rusia en la venta de tecnología nuclear en el extranjero, se resistió inicialmente a incluir el uranio en sus sanciones a Rusia, ya que Estados Unidos dependía mucho de él para su propia producción de energía nuclear. En mayo cambió de opinión, al prohibir las importaciones de uranio ruso, y se ha propuesto desarrollar rápidamente su propia industria de producción de HALEU para alimentar sus propios reactores de nueva generación.
“Rusia lidera el mundo en número de proyectos de construcción de centrales nucleares en otros países y el gobierno de Rusia se ha mostrado muy agresivo a la hora de implicar a socios internacionales en la cooperación nuclear civil”, declaró Alan Ahn, director adjunto del Programa Nuclear, Climático y Energético de Third Way, una organización de investigación sobre clima y energía con sede en Washington.
“Es un reto para otros países simplemente romper con la posición de mercado que Rusia ha construido durante décadas”, dijo, añadiendo que para reducir la influencia global de Rusia a través de la energía nuclear, EE.UU. necesita “desarrollar productos comercialmente competitivos”.
Sin embargo, un paseo en vehículo eléctrico y un acuerdo para impulsar la energía nuclear como energía limpia no son señales de que Rusia o la India planeen renunciar a los combustibles fósiles a corto plazo, ni de que ninguno de los dos sea un líder climático.
La India es el tercer mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero que calientan el planeta, y Rusia el cuarto. No sólo pretenden mantener el comercio de petróleo y gas, sino también aprovechar el rápido deshielo del Ártico, que se deteriora a causa del calentamiento global.
Los delegados de ambas naciones debatieron este martes la posibilidad de seguir explotando la Ruta Marítima Septentrional, un paso marítimo cada vez más factible debido al deshielo del Ártico. Es una forma más rápida de ir del este de Rusia a la India que en sentido contrario, y se prevé que todo el tramo esté libre de hielo para 2050. Irónicamente, el tipo de energía que se transporta por esta ruta entre las dos naciones, los combustibles fósiles, es la principal causa del cambio climático.
“India está siendo muy pragmática y, francamente, un poco oportunista”, afirmó Braw. “Aquí, si puede mejorar las relaciones con Rusia en un área en la que no le cuesta nada, no hay nada malo en ello. Sólo puede beneficiar a India formar parte de una colaboración más estrecha en el Ártico”.
Además, añadió que India también se beneficia del procesamiento del crudo ruso.
“Es un ingreso adicional para India que antes no tenía”, dijo Braw. “Así que el planteamiento de la India es, ¿por qué no?”.