(CNN) – Vera Sansalone, una agente inmobiliaria de Virginia Occidental, mostró una cabaña de madera en una propiedad de 360.000 metros cuadrados en Mannington a un comprador interesado del área de Boston que se sorprendió por el precio de venta de US$ 420.000.
Después de decidir no comprarla, el comprador de Boston le dio un consejo a Sansalone: “Dijo que debería aumentar esa propiedad en unos US$ 300.000”, dijo.
El precio de cotización relativamente bajo de una propiedad de ese tamaño, si bien sorprende a un residente de Boston acostumbrado a precios inmobiliarios marcadamente más altos (algunos apartamentos tipo estudio en Boston se venden por más dinero), puede no ser una sorpresa para residentes de Virginia Occidental.
Ser propietario de una casa a menudo se considera fundamental para el sueño americano, pero la facilidad con la que una persona puede comprar una está altamente correlacionada con la riqueza del estado donde vive. Al comparar los datos sobre la riqueza personal con los de propiedad de vivienda, surge un patrón curioso: muchos estados con altas tasas de propiedad de vivienda tienen niveles de ingresos más bajos y viceversa.
La demografía, la competencia por las viviendas y las estrictas regulaciones de zonificación influyen en el costo de los bienes raíces.
El ingreso personal promedio de Virginia Occidental de US$ 52.585 per cápita es el segundo más bajo de Estados Unidos, según datos de la Reserva Federal. Sin embargo, a pesar de sus niveles de ingresos personales relativamente bajos, tiene la tasa de propiedad de vivienda más alta de los 50 estados, un 77 %, según datos del censo estadounidense. Mississippi, el único estado con un ingreso personal promedio más bajo que Virginia Occidental, tiene la tercera tasa de propiedad de vivienda más alta del país.
Las ciudades inclinan la balanza en lo que respecta a la propiedad de vivienda
Mike Simonsen, fundador de la firma de análisis inmobiliario Altos Research, señaló recientemente la relación inversa entre riqueza y propiedad de vivienda en las redes sociales. Le dijo a CNN que esto lo sorprendió.
“Habría esperado que cuanto más rico sea un lugar, más probable sea que su gente pueda permitirse una casa”, dijo. “Resulta que es todo lo contrario”.
Nueva York, California y Massachusetts tienen algunos de los niveles más altos de ingresos personales, pero se cuentan entre los estados con las tasas de propiedad de vivienda más bajas.
Una de las principales razones de los bajos índices de propiedad de vivienda, según Simonsen y otros, es que todos esos estados contienen ciudades importantes, que atraen a una población más joven y con mayor movilidad y ofrecen más opciones de alquiler y de vida multifamiliar en comparación con las zonas rurales.
“Las grandes ciudades atraen a personas que se encuentran en transición o en la etapa de crecimiento de sus vidas. Están más interesados en alquilar o pueden ser más temporales”, dijo Simonsen.
Muchas de estas ciudades, como Nueva York y San Francisco, también atraen a compradores de todo Estados Unidos e internacionalmente, lo que hace subir el precio de las viviendas.
El precio de venta promedio de las casas vendidas en Estados Unidos fue de US$ 420.800 en el primer trimestre, según la Reserva Federal. Un recorrido por los listados de Zillow muestra muchas casas de tres y cuatro dormitorios a la venta en Virginia Occidental por menos de US$ 200.000.
Pero el valor promedio de una casa en Manhattan es de US$ 1.102.025, y de US$ 1.299.639 en San Francisco, según Zillow.
Hay otra razón por la que las grandes ciudades distorsionan los datos.
Laurie Goodman, fundadora del Centro de Política de Vivienda del Urban Institute, dijo que las grandes ciudades y los suburbios circundantes también tienen leyes estrictas de zonificación que dictan cómo se puede utilizar la tierra.
“La zonificación encarece mucho la tierra porque restringe su uso”, dijo Goodman.
Añadió que el suelo es muy escaso en las grandes ciudades, lo que eleva aún más el costo de comprar una casa.
Un número en aumento de gobiernos locales y estatales, encabezados tanto por demócratas como por republicanos, han comenzado a repensar las leyes de zonificación en respuesta a la escasez de viviendas en todo el país. Algunos gobiernos locales incluso han comenzado a flexibilizar las leyes para convertir espacios de oficinas desocupados en viviendas asequibles.
El número de apartamentos en ciudades de Estados Unidos que se prevé reconvertir a partir de antiguos espacios de oficinas se ha más que cuadruplicado en los últimos cuatro años, de 12.100 en 2020 a 55.300 en 2024, de acuerdo con un informe reciente de RentCafe, una empresa de investigación inmobiliaria.
La tendencia es más prominente en la ciudad de Washington, en Nueva York y en Dallas, según el informe.
Los gobiernos están apelando a la creatividad en sus intentos por crear nuevas viviendas. En septiembre, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, anunció esfuerzos para eliminar la obligación de que se incluyan espacios de estacionamiento en las nuevas construcciones, liberando espacio para construir más viviendas.
“Durante más de 60 años, hemos agregado capas y capas de regulaciones, prohibiendo efectivamente los tipos de vivienda de los que nuestra ciudad ha dependido durante mucho tiempo”, dijo Adams en un comunicado en ese momento.
Las viviendas son cada vez más caras, sin importar el estado
A pesar de las tasas de propiedad de vivienda relativamente altas en algunos estados, Estados Unidos está experimentando una crisis históricamente dura al respecto de la asequibilidad de la vivienda. Los precios de las viviendas han aumentado un 47 % desde principios de 2020, creciendo más rápido que los ingresos de los hogares, según un informe de junio del Centro Conjunto de Estudios de Vivienda de la Universidad de Harvard.
Stephanie Moulton, profesora de vivienda y economía urbana en la Universidad Estatal de Ohio, dijo que las diferencias en la propiedad de vivienda por estado no reducen el hecho de que, en general, cada vez es menos asequible ser propietario de una vivienda en la mayoría de las zonas del país.
“Sabemos que ser propietario de una casa es, para bien o para mal, el modo principal mediante el cual la gente genera riqueza en nuestro país”, dijo Moulton.
Las elevadas tasas hipotecarias también han ayudado a impulsar uno de los mercados inmobiliarios más costosos en décadas.
Incluso Virginia Occidental, que cuenta con tres de cada cuatro unidades de vivienda en el estado ocupadas por sus propietarios, no está aislada, dijo Sansalone.
“Hemos visto un cambio en nuestros mercados”, dijo. “Los precios de las viviendas están subiendo aquí, al igual que en todo el país. Ahora es un poco más difícil para los compradores”.