(CNN) – Durante más de cincuenta años, los atletas que compiten en los Juegos Olímpicos han sido a menudo animados por un amigo peludo, emplumado o baboso. La mascota olímpica —una encapsulación caricaturesca de la cultura y la historia de la ciudad anfitriona— es tan importante que a menudo los diseños se seleccionan y ultiman años antes de que se celebren los Juegos.
Según el Comité Olímpico Internacional, la función de estas estrafalarias caricaturas es contribuir a difundir un “ambiente festivo” y encarnar el exuberante espíritu del acontecimiento.
A lo largo de las décadas, el mundo ha dado la bienvenida al escenario olímpico a muñecos de nieve, sasquatches, osos con sombrero de vaquero y extraterrestres. Este año, la mascota adoptará la forma de un gorro, concretamente el característico gorro frigio rojo que llevaban los esclavos romanos emancipados y que se convirtió en símbolo de libertad durante la Revolución Francesa.
La primera mascota fue creada en 1968 por la diseñadora Aline Lafargue para los Juegos de Invierno de Grenoble (Francia). Llamado cariñosamente “Shuss”, el personaje consta de una cabeza bicolor y una pierna en forma de rayo sujeta a unos esquís. A pesar de ostentar el preciado título de primera mascota de la historia, Lafargue creó y presentó su diseño para Shuss en una sola noche.
Shuss fue la primera mascota utilizada en los Juegos Olímpicos de 1968.
La mascota de los Juegos de Montreal 1976 fue un castor fornido llamado Amik. Amik significa “castor” en algonquino, una lengua muy extendida entre los pueblos indígenas de Canadá.
Phryge, la mascota de los Juegos Paralímpicos de París 2024, posa durante una presentación a la prensa.
Para encontrar un representante digno, cada país anfitrión suele organizar una convocatoria o concurso de candidaturas. En 2014, un concurso organizado por Rusia en previsión de los Juegos de Invierno de Sochi recibió más de 24.000 dibujos. Los ganadores, un trío de mamíferos árticos que pretendían representar los tres puestos del podio olímpico, fueron elegidos por votación pública y los resultados se retransmitieron por la televisión rusa. Pero no siempre ha sido así: para los Juegos Olímpicos de Verano de Los Ángeles 1984, uno de los primeros acontecimientos olímpicos fuertemente subvencionados por empresas, Disney ganó la licitación privada para el diseño de la mascota.
Dado que estas criaturas también son fundamentales para el merchandising oficial, la simpatía y la ternura han sido durante mucho tiempo métricas clave para el éxito de cualquier mascota. Los productos de la rotunda mascota panda de Beijing, Bing Dwen Dwen, para los Juegos de Invierno de 2022 se vendieron “como rosquillas”, mientras que el águila calva de Disney, Sam, se construyó meticulosamente para que pareciera baja, rechoncha y blanda, en lugar de realista, puntiaguda y ominosa, con el fin de atraer a los niños. Y cuando los ilustradores se han desviado, los espectadores se lo han hecho saber. Hace diez años, la agencia de diseño Iris creó dos cíclopes extraterrestres plateados para inaugurar los Juegos Olímpicos de Londres. “Si estas cosas hubieran estado e