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Copa América 2024

El retiro de la selección argentina de Ángel Di María: la construcción de un ídolo que derribó la pared

Por Gilles Salomone

(CNN Español) -- “Pase lo que pase me puedo ir por la puerta grande”, dice Ángel Di María entre lágrimas una vez finalizado el partido ante Canadá.

Di María sabe, si es que no lo convencen, que la final de la Copa América será su último partido con la selección. Que, ante Colombia, finalmente, se abre esa puerta enorme de la selección por la que se retiran unos pocos, cuando quieren y como quieren. Para elegidos, y para sufridos también. Porque si hay algo que caracterizó la carrera del Fideo con la albiceleste es su talento, pero también su sufrimiento.

“Rompí la pared”, le dijo a su familia entre lágrimas cuando ganó su primer título con la mayor: la Copa América de 2021. Y la historia para atravesar esa pared, que le permitió luego abrir esa puerta grande para su retiro, comienza en 2007 con el sub-20 cuando se calzó la celeste y blanca por primera vez para no sacársela más, al menos hasta que terminen los 90 minutos frente a Colombia.

Si no es en una final, no vale

Ese parece ser el mantra de Di María a la hora de convertir goles con la selección argentina. Goles importantes. Goles que se gritan con la voz y con algo más. Con el alma tal vez. Goles que valen títulos.
La primera de esas anotaciones no fue en la selección mayor, sino en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Frente al arquero de Nigeria decidió, como una suerte de déjà vu de lo que serían otras finales felices, poner el pie izquierdo bien debajo de la pelota, darle vuelo y convertir por arriba del arquero. Fue el 1 a 0 definitivo para colgarse la medalla dorada. Como un guiño del destino, la asistencia de ese primer gol en una final fue nada más y nada menos que de Lionel Messi.

Ángel Di María frente a Canadá. (Crédito: CHARLY TRIBALLEAU / AFP)

13 años, tres finales, varias lesiones y lágrimas después, Di María volvió a poner su pie izquierdo debajo de la pelota, volvió a hacer que los argentinos aguanten la respiración esos segundos mientras viajaba por el aire, y que exploten en un grito de gol. Fue contra Brasil, en el 2021, en el estadio Maracaná. Para que él, y parte de una generación que nunca había ganado con la selección mayor, festeje. Fue un grito de deshago, de alivio.

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“Se rompió la pared”, repetía mientras hablaba por videollamada con su familia y les mostraba la medalla dorada. Una pared construida de lesiones que le impidieron jugar la final de la Copa del Mundo en 2014, que lo hicieron salir reemplazado en la final de la Copa América en el 2015. Construida de frustraciones de una generación de estrellas que no podía coronar con un título y había perdido tres finales consecutivas. Construida de lo que parecía ser un fin de ciclo cuando Lionel Scaloni no lo convocaba. Pero destruida con ese pie izquierdo puesto bien debajo del balón, para que este vuele, abrace la red y tire uno a uno esos ladrillos.

Esa vuelta olímpica pareció despejar el camino. Dos finales más, dos goles más, dos títulos más, todo en dos años. Primero en la Finalissima frente a Italia en junio de 2022. El campeón de Europa frente al campeón de América. Minuto 46 del primer tiempo, pierna zurda, cordones debajo de la pelota, vuelo por encima del arquero, gol. Como en Brasil. Como en Beijing. Otro gol en una final. Otro título.

Y seis meses después, la cita máxima. La final del mundo en Qatar frente a Francia. Una lesión que lo volvía a poner en duda, pero que no lo frenó. La titularidad sorpresiva después de no jugar en la semifinal. Minuto 36, la asistencia de Alexis Mac Allister, la pierna zurda, el corazón con las manos, el 1 a 0. Campeón del mundo.

Di María besa la copa del Mundo que acaba de ganar Argentina, el 18 de diciembre de 2022 en Qatar. (Crédito: KIRILL KUDRYAVTSEV/AFP via Getty Images)

Una puerta grande para Ángel Di María

“Poder terminar en una final es lo que deseaba”, revela Di María ni bien finalizado el encuentro ante Canadá que puso a Argentina nuevamente en un partido decisivo. El rosarino jugará su último encuentro con la selección, algo que decidió hace un tiempo y que no parece tener marcha atrás. Pese a esto, Lionel Scaloni prefiere ser cauto y ver si hay una oportunidad de convencerlo de lo contrario: “Hay que dejarlo jugar y después ya veremos si lo convencemos o no lo convencemos, pero mientras tanto tiene que estar acá y disfrutar del momento”.

El momento será la final ante Colombia y la posibilidad de sumar un nuevo título antes de su despedida. Despedida que será, sin dudas, por la puerta grande de la selección; esa puerta de la cual muy pocos tienen la llave y que se abrirá este domingo, sea cual sea el resultado, para Ángel Di María y su adiós de la selección argentina.