Una vista aérea del edificio de la Knesset, el parlamento de Israel, en Jerusalén, el 23 de octubre de 2018.

(CNN) –  La administración Biden recibió otro rechazo de Israel en la noche del miércoles –esta vez por parte del parlamento del país– por el apoyo de larga data de Estados Unidos a un eventual establecimiento de un Estado palestino.

La llamada solución de dos Estados al conflicto palestino-israelí ha sido la política de Estados Unidos durante décadas, pero la ausencia de negociaciones entre las dos partes y la falta de un esfuerzo sostenido por parte de Washington para que se vuelva una realidad significa que la fe en tal resultado ha disminuido. El miércoles por la tarde, el parlamento israelí dejó clara su posición, votando por 68 a 9 un rechazo a cualquier creación de un Estado palestino.

“La Knesset de Israel se opone firmemente al establecimiento de un Estado palestino al oeste del (río) Jordán. El establecimiento de un Estado palestino en el corazón de la Tierra de Israel plantearía un peligro existencial para el Estado de Israel y sus ciudadanos, perpetuaría el conflicto palestino-israelí y desestabilizaría la región”, decía la declaración.

Entre los que votaron el rechazo se encontraba Benny Gantz, opositor del primer ministro Benjamín Netanyahu. El voto de Gantz supone un duro golpe para quienes en Washington lo ven como alguien más inclinado a buscar una paz negociada con los palestinos si alguna vez se convierte en líder de Israel.

En cambio, la resolución fue “una señal para la comunidad internacional de que la presión para imponer un Estado palestino a Israel es inútil”, dijo el líder del partido opositor de derecha ‘Nueva Esperanza’, Gideon Saar, según el periódico Haaretz.

El Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno Autónomo Palestino condenó la votación de la Knesset y dijo que era hora de que “el consenso internacional sobre la solución de dos Estados se traduzca en medidas prácticas para resolver el conflicto… antes de que sea demasiado tarde”.

La administración Biden, si bien se mantuvo firme en su apoyo a Israel y a Netanyahu durante la guerra en Gaza —en la que han muerto decenas de miles de palestinos— ha tratado de mantener su línea de larga data de que una solución de dos Estados redundaría en interés de tanto israelíes como palestinos.

Netanyahu ha rechazado repetidamente la idea. Un día después de hablar con Biden en una conversación telefónica en enero, el líder israelí publicó en X: “No comprometeré el control total de la seguridad israelí sobre todo el territorio al oeste de Jordania. Y esto es contrario a (la creación de) un Estado palestino”.

La declaración de la Knesset –que sigue a una votación similar de febrero oponiéndose al reconocimiento internacional de un Estado palestino– no es jurídicamente vinculante, pero la encuestadora y analista Dahlia Scheindlin dice que no se debe descartar su importancia simbólica.

“Es Israel tratando de crear un hecho sobre el terreno —que no existe— de que tiene el poder de determinar si los palestinos existen o si existen como Estado”, dice, refiriéndose también a las declaraciones del Ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, el año pasado que “no existe tal cosa como un pueblo palestino”.

“Necesitamos dejar de aceptar la retórica israelí de que existe un Estado palestino de forma unilateral. Lo que tenemos es un reconocimiento multilateral del Estado palestino y un rechazo unilateral de Israel”, dice Scheindlin.

Si bien los líderes internacionales han condenado repetidamente el ataque liderado por Hamas contra Israel el 7 de octubre, en el que murieron 1.200 personas y se tomaron como rehenes a 250 más, algunos países también han realizado importantes cambios en su política exterior en los últimos meses para reconocer un Estado palestino.

Al hacer un anuncio en ese sentido en mayo, en una medida coordinada con España e Irlanda, el ministro de Asuntos Exteriores de Noruega enmarcó la medida en una respuesta a la intransigencia israelí en las conversaciones de paz.

“Es lamentable que el gobierno israelí no muestre señales de comprometerse de manera constructiva”, dijo Espen Barth Eide.