(AP) – El presidente de la Universidad de Florida, Ben Sasse, anunció a última hora de este jueves que dejará su cargo de casi dos años para centrarse en cuidar de su familia después de que a su esposa le diagnosticaran epilepsia.
En un post en la plataforma social X, el exsenador estadounidense por Nebraska dijo que “después de extensas oraciones y muchas lágrimas familiares”, pidió ese día a las autoridades de la universidad que comenzaran a buscar un nuevo presidente. En un comunicado, la universidad informó de que su dimisión será efectiva el 31 de julio.
“Necesito dar un paso atrás durante un tiempo y centrarme más en las necesidades de mi familia mientras reconstruimos sistemas domésticos más estables”, dijo Sasse, y añadió que seguiría dando clases en la universidad.
La esposa de Sasse, Melissa, que sufrió un aneurisma y una serie de derrames cerebrales en 2007, fue diagnosticada recientemente de epilepsia y tuvo “una nueva serie de problemas de memoria”, dijo.
“En los dos últimos años hemos luchado contra algunos ataques, pero ella siempre fue una guerrera”, afirma.
La pareja tiene dos hijas en la universidad y la más pequeña va a cumplir 13 años.
Sasse, republicano, dejó el Senado el año pasado tras ser nombrado 13º presidente de la universidad.
Mientras estuvo en el Senado, fue un destacado crítico del expresidente Donald Trump y se unió a un puñado de otros republicanos para votar a favor de condenar su juicio político tras los disturbios de 2021 en el Capitolio. Eso le valió críticas dentro del propio partido de Sasse a pesar de que votó con Trump el 85% de las veces y ayudó a que sus tres nominados al Tribunal Supremo fueran confirmados.
El presidente del consejo de administración de la universidad, Mori Hosseini, agradeció a Sasse su liderazgo.
“Ha dejado un impacto duradero en la universidad y en todos los asociados a ella. Le deseamos a Ben todo lo mejor ahora que se retira para centrarse en su familia”, declaró Hosseini.
Sasse dio las gracias a la universidad por acoger a su familia y se mostró agradecido a los profesores y estudiantes, así como a quienes trabajan entre bastidores, como el personal de mantenimiento del tercer turno y los trabajadores de la cafetería a primera hora de la mañana.
“Os queremos. Nos llegaron al corazón e hicieron de esto algo más que un trabajo: lo convirtieron en nuestra comunidad”, dijo Sasse. “Por eso no nos vamos a ninguna parte”.