(CNN Español) – Fiel adaptación de “Hillbilly Elegy”, el libro de memorias publicado en 2016, la película estrenada en Netflix en 2020 y distribuida en español como “Hillbilly, una elegía rural”, reconstruye la infancia y temprana vida adulta del senador de Ohio James Dean Vance, candidato a la vicepresidencia por el Partido Republicano en las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos.
Pero tanto el libro escrito por Vance —que en español agrega como subtítulo “Memorias de una familia y una cultura en crisis”— como su adaptación al cine, no es solo una recreación de la vida del político estadounidense de 39 años desde su infancia en Middletown, Ohio, sus vacaciones en Kentucky y su época universitaria como estudiante de Derecho en Yale. Es también un resumen del ideario político del propio Vance y de su visión de Estados Unidos, que le ha permitido ascender hasta erigirse en el compañero de fórmula del expresidente Donald Trump.
Ambas obras hacen referencia al término “hillbilly”, que originalmente se usaba para nombrar a los pobladores de las montañas Apalaches en el noreste de Estados Unidos. Colonos provenientes de Inglaterra, las tierras bajas de Escocia y la región del Ulster (actual Irlanda del Norte) fundaron los primeros asentamientos en esta región montañosa.
Las características inhóspitas del terreno montañoso, con pueblos de difícil acceso, generó un carácter receloso de la intromisión del Estado, del que su ejemplo más célebre es quizá la sangrienta disputa que enfrentó a dos familias, los Hatfield y los McCoy, asentadas entre Virginia Occidental y Kentucky, desde 1863 hasta 1891. Estos enfrentamientos ya forman parte del folklore estadounidense y son citados en una escena de la película por el propio personaje J.D. Vance, interpretado por el actor Gabriel Basso.
Si bien la trama principal del filme se desarrolla en Middletown, Ohio, el orgullo por pertenecer a la cultura “hillbilly” de las montañas de Kentucky es mencionado recurrentemente por el personaje de la abuela, Mamaw, personificada por Glenn Close, quien resultó nominada al premio Óscar a mejor actriz de reparto por este papel en 2021.
Varias escenas de la cinta dirigida por Ron Howard, ganador del premio Oscar a mejor director en 2002 por la película “A Beautiful Mind”, dan idea de las preocupaciones de J. D. Vance al contar la historia de su vida y la génesis de su interés por la política.
En un flashback se muestra a los abuelos Vance de jóvenes, emigrando de Kentucky a Middletown, Ohio, en la década de 1950. Las escenas reflejan la prosperidad de los comercios en la calle principal del pueblo, con gente sonriente en las aceras, y la vista de una gran fábrica, con humo saliendo de sus chimeneas y una febril actividad de obreros y vehículos en su fachada. Ohio perteneció a una región denominada el “cinturón del acero” (Steel Belt), en el noreste de Estados Unidos, por las grandes fábricas que procesaban acero y carbón y manufacturaban automóviles.
Luego, la película muestra el mismo recorrido en 1997, con J.D. Vance de 13 años, personificado por Owen Asztalos. Ahora, la calle principal de Middletown exhibe comercios cerrados y sin peatones en las aceras; la fábrica está clausurada y sus instalaciones lucen abandonadas y oxidadas. El declive económico ha empobrecido a los habitantes del pueblo y la familia Vance no escapa a esta realidad.
“Hillbilly, una elegía rural” se desenvuelve en dos tiempos, saltando entre la vida del Vance adolescente en Ohio a finales de la década 1990 y el Vance adulto de 2011, cuando estudia en la Escuela de Derecho de Yale, en Connecticut. Y lo que conecta ambas épocas son las penurias familiares, causadas principalmente por la inestabilidad psicológica y la adicción a las drogas de la madre de Vance, Bev, interpretada por Amy Adams.
El J.D. Vance que muestra la película vive en una constante lucha por salir a flote de deudas o enfrentado a un estamento social que ve con indiferencia su origen rural y pueblerino. En Yale, Vance trabaja limpiando ollas y vajilla en un comedor estudiantil, se queja con una profesora porque desempeña tres trabajos y, pese a ello, tiene dificultades para pagar la matrícula.
En una cena de directores de importantes bufetes de abogados con estudiantes que aspiran obtener un trabajo como becario, Vance tiene una crisis al no saber cuáles cubiertos usar en la mesa y se topa con la indiferencia de estos ejecutivos al decir que su familia proviene de Kentucky; hasta menciona que sus ancestros están emparentados con los Hatfield (de los Hatfield contra los McCoy) a ver si, recurriendo al tópico folklórico, suscita cierto interés en la mesa. La escena muestra la brecha entre las élites y el Estados Unidos más profundo.
La lista de agravios se expande cuando Bev, la madre de J.D., es hospitalizada por una sobredosis de heroína. J.D. regresa esa noche a Ohio para acompañarla (en el camino, en una estación de combustible, una de sus tarjetas no es aceptada por falta de fondos). Ya en Middletown, descubre que su madre solo puede permanecer pocas horas en el hospital porque no tiene seguro médico. Vance consigue que sea admitida en una clínica de rehabilitación, pero debe presentar cuatro tarjetas de crédito para pagar de antemano dos meses de estadía.
Abundan las escenas en “Hillbilly, una elegía rural” en las que los personajes tienen dificultades para pagar la comida, las cuentas del hospital o de la universidad; hay toda una secuencia que gira en torno a comprar una calculadora para lograr aprobar un examen de álgebra en secundaria. En fin, la película es una radiografía de un malestar social, de una pobreza endémica, de una precariedad que alcanza desde lo económico hasta lo espiritual.
Otra película, “Hell or High Water”, estrenada en 2016, el mismo año en que se publicó el libro de Vance, resume muy bien ese estado de ánimo. En este filme, dos hermanos en Texas recurren a un plan desesperado de robar agencias de bancos para salvar su rancho de los acreedores. El personaje interpretado por Chris Pine, dice: “He sido pobre toda mi vida, es como una enfermedad que pasa de una generación a otra generación. Pero no será así con mis hijos”.
Esa promesa se expresa en “Hillbilly, una elegía rural” en la relación entre el adolescente Vance y su abuela. Ella se lleva al joven a vivir a su casa y le inculca los valores de responsabilidad con la esperanza de que no sea un perdedor. Frente al precario apoyo de su madre, Vance recibe el apoyo y cariño de Mamaw, de su hermana Lindsay (Haley Bennett) y de su novia Usha (Freida Pinto), de origen indio y a quien conoció en Yale.
En la escena final, Vance acude a una entrevista de trabajo, mientras su voz en off recita el consejo principal que recibió de su abuela: “De dónde venimos define lo que somos. Pero elegimos cada día en qué nos convertimos”.
Es un final feliz que reivindica los valores de la gente de los Apalaches en Kentucky como la herramienta para salir de la pobreza, lo que resulta extremadamente difícil en las precarias condiciones económicas y sociales de esa región de Estados Unidos.
“Hillbilly, una elegía rural” apela a los momentos que moldearon los valores de J.D. Vance, pero no brinda reflexiones sobre cómo solucionar los problemas sociales, las actitudes autodestructivas y el abandono del Estado en el Estados Unidos desindustrializado. Es una obra que brinda una visión íntima, favorable y simple de la formación humana de Vance, pero no se aclara cómo esa huella resonará en la actual vida política del compañero de fórmula de Trump.