(CNN) – Rachael Gunn llegó a París como una competitiva breaker emocionada por hacer su debut olímpico. Se ha convertido en una sensación de Internet y sus actuaciones han sido vistas por millones de personas en las redes sociales.
Gunn, también conocida como B-girl Raygun, o simplemente Raygun, es una profesora universitaria de 36 años de Sydney, Australia que compagina su trabajo con su carrera como bailarina de breakdance, compitiendo en eventos de todo el mundo.
Recientemente, esto la llevó hasta los Juegos Olímpicos de París, donde 32 atletas conocidos como B-boys y B-girls competían por primera vez en unos Juegos.
El sábado, en la plaza de la Concordia, Raygun, ataviada con el uniforme verde y dorado de Australia, exhibió algunos de sus movimientos en tres combates de ida y vuelta: un salto de canguro, una voltereta hacia atrás y varias contorsiones con el cuerpo tumbada o arrastrándose por el suelo.
No consiguió ningún punto en sus combates contra la estadounidense Logistx, la francesa Syssy y la lituana Nicka, y perdió por 18-0 en cada ocasión. Es justo decir que los comentarios posteriores en Internet no fueron del todo amables con la actuación de Raygun.
Un usuario de X calificó sus rutinas de “hilarantemente ridículas”, mientras que otro se preguntaba cómo había llegado tan lejos. Incluso la cantante Adele sacó tiempo de su concierto en Múnich para cuestionar si todo era una “broma”, añadiendo que era “lo mejor que ha pasado en los Juegos Olímpicos”.
Pero Raygun iba completamente en serio. Profesora en la Universidad Macquarie de Sydney, sus líneas de investigación incluyen el breaking, la danza callejera y la cultura hip-hop, mientras que su tesis doctoral se centró en la intersección del género y la cultura del breaking de Sydney.
Raygun representó a Australia en los campeonatos del mundo de 2021 y 2022 antes de ganarse una plaza en los Juegos Olímpicos a través de los campeonatos de Oceanía del año pasado.
“Todos mis movimientos son originales”, dijo Raygun tras competir en París. “La creatividad es muy importante para mí. Salgo ahí y muestro mi arte. A veces, les gusta a los jueces, y otras no. Hago lo mío y eso representa el arte. De eso se trata”.
Mucha gente ha saltado a defender las actuaciones de la australiana como únicas y creativas, a pesar de no ser necesariamente premiadas por los jueces.
“Se trata de originalidad y de aportar algo nuevo y representar a tu país o región”, dijo Martin Gilian, el juez jefe de breaking en los Juegos Olímpicos, también conocido como MGbility.
“Eso es exactamente lo que hizo Raygun: se inspiró en lo que le rodeaba, que en este caso, por ejemplo, era un canguro… Creó unos movimientos originales que podrían resultar graciosos o divertidos para otros, pero para nosotros representaba básicamente el breaking y el hip hop. Intentaba ser original y aportar algo nuevo. Desde nuestro punto de vista, no era nada realmente impactante”.
Sergey Nifontov, secretario general de la Federación Mundial de DanceSport, se mostró “preocupado” por la respuesta en las redes sociales, y añadió: “Esto no debería ocurrir en nuestro mundo. Algo va en la dirección equivocada”.
Gunn empezó a bailar de forma competitiva a mediados de sus 20 años, después de haber crecido practicando otras formas de danza, como bailes de salón, jazz, claqué y hip-hop. En París se enfrentó a B-girls de casi la mitad de su edad, y explicó que fue una “experiencia increíble” y “un privilegio tener esta oportunidad”.
Eso quedó patente a su llegada a la ceremonia de clausura del domingo, donde recibió un enorme apoyo de sus compañeras y seguidores durante una actuación improvisada en la calle.
“Si no conocen la historia de Rachael, en 2008 se vio encerrada en una habitación llorando por participar en un deporte dominado por los hombres siendo la única mujer, y necesitó mucho valor para seguir adelante y luchar por su oportunidad de participar en un deporte que amaba”, declaró a la prensa Anna Meares, exciclista profesional y jefa de misión de Australia.
“Eso la llevó a ganar la prueba de clasificación olímpica para estar aquí en París. Es la mejor bailarina de breakdance que tenemos en Australia… Ha representado al equipo olímpico, al espíritu olímpico, con gran entusiasmo y me encanta su valentía. Me encanta su carácter, y me siento muy decepcionada por ella por haber sido atacada como lo ha sido”.
El breaking surgió en las calles de Nueva York en la década de 1970 y desde entonces ha ido ganando popularidad en Estados Unidos y en todo el mundo.
Comenzó como una forma de expresión creativa entre los jóvenes negros y latinos y se considera uno de los elementos clave del hip-hop, junto con el rap, el DJ y el arte del graffiti.
Aunque muchos no ven el breaking estrictamente como un deporte, sino más bien como una expresión artística, el Comité Olímpico Internacional (COI) ha estado buscando formas de atraer al público más joven a los Juegos, añadiendo el skate, la escalada deportiva y el surf al programa olímpico.
Sin embargo, el breaking no formará parte de los Juegos de 2028 en Los Ángeles, y sigue sin estar claro si esta disciplina regresará en futuras Olimpiadas.