(CNN Español) – En la madrugada del 22 de junio de 1941 cerca de 3,05 millones de alemanes y sus aliados cruzaron la frontera para invadir la Unión Soviética sin declaración de guerra. El inicio de la “Operación Barbarroja” desencadenó una matanza de personas a una escala pocas veces vista.
Fue la última vez que invadieron el territorio de Rusia –junto con el de Belarús, Ucrania y los países del báltico, en ese entonces parte de la URSS–, hasta la sorpresiva incursión lanzada por Ucrania el 6 de agosto y que continúa en el oblast de Kursk.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el 22 de febrero de 2022, los combates entre ambos países se habían limitado al territorio ucraniano, con excepción de algunos ataques fronterizos. Pero ahora tropas ucranianas luchan con tanques y artillería dentro de Kursk, habiendo tomado numerosas aldeas e izado la bandera de Ucrania en distintas poblaciones rusas.
Escenas como estas no se veían precisamente desde la “Operación Barbarroja”, ocurrida hace ya 83 años, y durante los combates que prosiguieron hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial.
A partir de ese 22 de junio de 1941 Europa Oriental sería el escenario de los combates más encarnizados de la guerra. Cuando las tropas alemanas finalmente se rindieron en Berlín el 9 de mayo de 1945, el conflicto había costado la vida de 25 millones de soviéticos, y de 3,5 millones entre los alemanes y sus aliados solo en este frente.
Más aún, las tropas especiales alemanas -las Einsatzgruppen- que acompañaban a las fuerzas invasoras asesinaron a cerca de 2,5 millones de judíos (de un total de seis millones en toda la guerra) radicados en territorios pertenecientes o controlados por la URSS, de acuerdo con estimaciones del Centro Mundial de Conmemoración de la Shoá Yad Vashem.
“La ‘Operación Barbarroja’ fue un punto de quiebre en el destino de los judíos”, señala Yad Vashem. “La campaña ideológica y la identificación del comunismo con los judíos y el judaísmo crearon un vínculo entre la guerra y la política antijudía” del nazismo, agrega.
Una fuerza multinacional
La Segunda Guerra Mundial había comenzado el 1 de septiembre de 1939 con la invasión alemana de Polonia. Luego los combates se trasladaron al oeste: Noruega, Países Bajos, Bélgica y Francia caerían luego bajo la ocupación alemana. Solo el Reino Unido quedó en pie.
En 1941 el régimen de Adolf Hitler volvió a girar su atención hacia el este. Aunque regía un pacto de no agresión firmado en 1939 entre los cancilleres de la Alemania nazi y la Unión Soviética, las tropas alemanas y sus aliados rumanos, húngaros, italianos, eslovacos además de finlandeses atacaron el 22 de junio. Incluso una agrupación de voluntarios de España, que se había mantenido neutral, se unió también al asalto.
Las tropas invasoras atacaron con tres Grupos de Ejércitos y el objetivo de capturar Leningrado, Kiev y Moscú.
Envalentonados por sus rápidos éxitos en Polonia y Francia, las fuerzas alemanas intentaron replicar sus novedades tácticas con el uso combinado de tanques, infantería motorizada y aviones en grandes maniobras -que ya para ese entonces se conocía por el nombre de Blitzkrieg-. El objetivo era asestar un golpe determinante al Ejército Rojo.
Aunque tuvieron éxitos iniciales, la tenacidad de los defensores soviéticos, la escala insoslayable de las distancias y los combates y las presiones sobre las líneas logísticas dificultaron el avance.
El fin de la “Operación Barbarroja”, pero no de la guerra
Retrasados en sus objetivos y con el duro invierno ruso instalándose, las tropas alemanas y sus aliados tomaron Kyiv y sitiaron Leningrado, pero una contraofensiva soviética los frenó a 80 kilómetros de Moscú y casi hace colapsar a los ejércitos invasores.
La operación, bautizada en honor a Federico I “Barbarroja” -un rey medieval germánico-, había fracasado. Pero el conflicto en el Frente Oriental, que los soviéticos bautizaron “Gran Guerra Patriótica”, apenas comenzaba.
Fueron los soviéticos quienes más bajas causaron al ejército alemán durnate la guerra, en batallas hoy míticas por la escala de la destrucción, como Stalingrado, Kursk --donde ahora se vuelve a combatir--, Járkiv y la operación Bagratión.
“Llenos de tristeza y de vergüenza nos inclinamos en reverencia ante las más de 30 millones de personas que dieron sus vidas en Europa Central y Oriental entre 1939 y 1945 durante la guerra, que fue planeada e iniciada hasta su final por Alemania”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores alemán Heiko Maas el 9 de junio de 2021.
El recuerdo de invasiones anteriores
La Gran Guerra Patriótica pareció poner fin a las invasiones de Rusia, al menos hasta ahora.
Pero anteriormente el extenso territorio ruso fue numerosas veces atacado durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la guerra de Crimea (1853-1856) y otros conflictos protagonizados por el imperio Ruso.
Pero ninguna otra invasión, con excepción de la perpretrada por los nazis, es tan recordada como la de Napoleón en 1812, cuando las tropas francesas entraron en lo profundo de Rusia hasta tomar incluso Moscú.
En una campaña larga y sangrienta, los rusos finalmente expulsaron a los franceses, pero el recuerdo de aquella guerra aún se percibe en monumentos esparcidos por toda Moscú.