(CNN) – En un barrio pobre de Caracas, la letra “X” está apareciendo en las casas de la gente y, según los residentes, equivalen a una amenaza.
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Los residentes del barrio 23 de Enero, antaño bastión del difunto presidente venezolano Hugo Chávez, creen que los grupos paramilitares afines al régimen están detrás de las marcaciones. Los grupos, conocidos como colectivos, marcan las casas de personas que protestaron por el resultado de las elecciones presidenciales de julio, dijeron los residentes a CNN.
“Hay unas 50 casas en mi calle, y 32 han sido marcadas”, dijo un residente, que pidió usar el alias de “Pablo”, por temor a represalias por hablar.
Las X aparecieron en el barrio de Pablo días después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se proclamara vencedor en las urnas el 28 de julio, un resultado cuestionado por la oposición y puesto en duda por observadores internacionales.
Miembros de una unidad paramilitar venezolana fotografiaron a sus vecinos mientras permanecían de pie frente a sus casas y pedían la dimisión de Maduro golpeando cacerolas. A la mañana siguiente, “nos despertamos y todas las casas estaban marcadas con una cruz”, dijo Pablo.
Pablo dijo a CNN que pudo escuchar como pintaban su propia puerta en mitad de la noche, el traqueteo y el spray lo despertaron de su sueño.
“Los días siguientes, se paseaban por la calle diciendo que esta marca era para cobardes y que volverían con pistolas si alguien protestaba”, relató.
Los grupos paramilitares han sido utilizados históricamente por el régimen de Maduro para intimidar o atacar a los partidarios de la oposición. En muchos de los barrios más pobres de Caracas, son la única ley.
CNN intenta ponerse en contacto con Valentín Santana, líder de uno de los colectivos más notorios, La Piedrita, para solicitar sus comentarios.
Otra residente del mismo barrio dijo que su casa no fue pintada, pero que ahora se siente demasiado intimidada para unirse a las protestas antigubernamentales previstas para el sábado. Teme una represión por parte del gobierno, que ya ha detenido a cientos de partidarios de la oposición por protestar contra Maduro o poner en duda su controvertida victoria.
Comenta que grupos paramilitares instalaron cámaras de vigilancia en su zona, y no sabe en quién confiar. El gobierno venezolano reutilizó recientemente una aplicación originalmente destinada a denunciar fallos en la administración pública para permitir acusaciones anónimas contra partidarios de la oposición.
“Esta es la aplicación para delatar a los fascistas”, dijo el propio Maduro en un evento reciente, donde presentó el nuevo servicio. Desde entonces fue bloqueada en la tienda de aplicaciones de Apple, pero sigue disponible en Google Play.
Ella cree que alrededor del 80% de la zona en la que vive estaría a favor de la oposición política de Venezuela, pero están demasiado intimidados para hacerse oír.
“Un par de días después de las elecciones, se llevaron a dos jóvenes manifestantes; no hay confianza entre los vecinos, también por culpa de la aplicación”, explica Valentina.
Un patrón de represión
Los venezolanos han sentido este miedo antes. En 2019, cuando el líder opositor Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela con un amplio apoyo popular, miembros de colectivos montados en motocicletas aterrorizaron a las concentraciones antigubernamentales con disparos e impidieron que los legisladores y periodistas de la oposición entraran en la Asamblea Nacional.
Este patrón de represión parece intensificarse en la actualidad.
Pablo acusa a los miembros del colectivo de lanzar amenazas, como la de ser llevados a la cárcel o la de ser incluidos en listas negras para recibir prestaciones vitales del gobierno, como gasolina barata y reparto de alimentos. También ha habido amenazas de violencia abierta en los últimos días, aunque él mantiene que seguirá protestando.
“Ir a la cárcel me da miedo, porque a mi edad es casi seguro que signifique morir en la cárcel. Pero no quiero parar, la gente está enojada… Estoy muy enojado, furioso”, dijo a CNN Pablo, que ronda los setenta años.
Tales relatos replican las advertencias de la líder opositora María Corina Machado, quien dijo a Christiane Amanpour de CNN este martes que Maduro “ejerce violencia sobre personas inocentes” tras la disputada votación.
“A los jóvenes los [sacan] de sus casas, las casas están marcadas con una cruz en sus puertas. Han detenido a periodistas, cuatro de ellos fueron acusados de terrorismo. Esto ocurre mientras hablamos”, afirmó.
Desde las controvertidas elecciones, Maduro ha estado al frente de la represión gubernamental, ordenó la apertura de dos nuevas cárceles para alojar a los manifestantes detenidos y solicitó abiertamente que se encarcele a todos los que están en las calles.
Maduro también respaldó lo que se conoce informalmente como “operación Tun, tun”, en la que los servicios de seguridad tocan a las puertas de los miembros de la oposición.
“No seas llorón, vas pa’ Tocorón” (una cárcel), afirmó Maduro en un mitin la semana pasada.
Incluso después de que las autoridades electorales y judiciales de Venezuela anunciaran la victoria de Maduro, no han mostrado resultados detallados ni actas electorales que la respalden, lo que ha provocado enojo y preocupación en todo el país y en el extranjero.
Mientras tanto, el equipo del candidato opositor Edmundo González Urrutia publicó datos de colegios electorales recogidos de forma independiente que, aunque parciales, parecen sugerir que Maduro perdió.
Numerosos países dicen que no reconocerán el resultado oficial de las elecciones hasta que se publiquen los recuentos de votos en su totalidad.
En un informe compartido este martes, un panel de expertos de las Naciones Unidas dijo que la elección presidencial careció de “transparencia e integridad básicas”. También criticaron duramente al Consejo Nacional Electoral (CNE) por anunciar el ganador sin revelar los resultados tabulados de cada uno de los colegios electorales del país, diciendo que no tenía “ningún precedente en las elecciones democráticas contemporáneas”.
“La nota (…) de la ONU nos da mucha esperanza. El mundo debe saber que tenemos a un neonazi de presidente”, dijo Pablo.