(CNN) – Cuando Joe Biden viajó a Miami Beach para su primera Convención Nacional Demócrata en 1972, su presencia generó poco más que una nota a pie de página.
“El concejal Joseph R. Biden, demócrata de Faulkland Heights, no delegado, también asistirá”, se lee en la única referencia a su presencia, encontrada en un archivo de un periódico de Delaware.
Este lunes, Biden subirá al escenario de la convención en el otro extremo de su vida política.
Al inicio de su trayectoria era un candidato poco propenso a convertirse en el senador más joven en Washington. Ahora, concluirá como el presidente en funciones de mayor edad en la historia del país, alguna vez esperanzado en un segundo mandato pero ahora resignado a ver a su sucesora elegida asumir el manto de abanderado demócrata.
Los asesores dijeron que en su discurso el presidente presentaría un argumento contundente a favor de la elección de la vicepresidenta Kamala Harris en noviembre, al tiempo que calificaría a su rival, el expresidente Donald Trump, como una amenaza para la democracia. Biden estaba revisando su discurso con sus principales asesores en Camp David antes de su aparición.
El joven de 29 años que se saltó una reunión del Consejo del Condado de New Castle para asistir a su primera convención en 1972, tal vez nunca se imaginó detrás del podio como presidente en ejercicio.
Pero la primera incursión de Biden en la vida de las convenciones no fue la última: asistiría a una decena de reuniones a lo largo de los años.
Comenzó modestamente como espectador, pero en 1976, como senador, había sido ascendido a jefe de sala y representante de Jimmy Carter, a quien había apoyado rápidamente. Su papel se amplió cuatro años más tarde, y se le asignó un espacio para hablar a primera hora de la noche.
Los medios nacionales no le prestaron demasiada atención a su discurso, pero los delegados de su estado natal quedaron impresionados. Levantaron un cartel que decía “Biden en el ’84” y lo alentaron a postularse para la Casa Blanca.
“Si quisiera, creo que podría haberlo conseguirlo”, dijo al Wilmington Morning News.
Pero él no lo quería, insistió, y asistió a la convención de 1984 no como designado sino simplemente como participante.
Cuatro años después, su campaña para la designación presidencial demócrata terminó en una situación embarazosa, pues se vio obligado a retirarse de la contienda tras acusaciones de plagio. No asistió a la convención de ese año porque se recuperaba de una operación por un aneurisma cerebral. De todos modos, ganó dos votos para la designación.
En la década de 1990 Biden ganó protagonismo y expuso su primer discurso en horario de máxima audiencia en el escenario de una convención en 1996, en el que defendió al presidente Bill Clinton. Pronunciado casi en su totalidad a gritos, Biden abrazó la política de ley y orden de la época.
“Estoy aquí para decirles una cosa: Bill Clinton es el mejor amigo que la policía de Estados Unidos ha tenido jamás”, proclamó en Chicago.
En el 2000, Biden viajó a Los Ángeles para defender a Al Gore pero, tal vez intuyendo los vientos políticos, preparó también el terreno para sus propias aspiraciones presidenciales, y se dirigió a los delegados de Iowa al margen del evento principal.
En 2004, algunos de los términos de Biden que ahora nos resultan familiares se habían colado en su discurso de apoyo al candidato John Kerry. Empezó con una frase (ligeramente mal citada) de William Butler Yeats: “El mundo ha cambiado, ha cambiado por completo. Ha nacido una terrible belleza”.
Ese año, el orador principal fue el joven senador del estado de Illinois, Barack Obama. En 2008, Obama era el candidato y Biden su compañero de fórmula. Biden, que por primera vez tuvo un lugar destacado en el evento, fue presentado por su hijo Beau.
Beau estuvo allí nuevamente en 2012 para volver a presentar formalmente a su padre como vicepresidente, un momento que hizo llorar al entonces vicepresidente Biden. Y su recuerdo se hizo presente en 2016, cuando Biden pronunció un discurso después de renunciar a su propia candidatura a la presidencia tras la muerte de su hijo un año antes.
En 2020, después de décadas de convenciones en las que se defendían los argumentos de otros candidatos demócratas, por fin le llegó el turno a Biden. El covid-19 le impidió tener una ruidosa audiencia con una lluvia de globos, pero aprovechó al máximo las circunstancias y pronunció un apasionado discurso en una sala prácticamente vacía, directamente a la cámara.
“Unidos podemos y superaremos esta temporada de oscuridad en Estados Unidos”, afirmó.