(CNN) – En medio del Atlántico Norte, a unos 160 kilómetros de la provincia canadiense de Nueva Escocia, hay una pequeña franja de tierra poblada exclusivamente por caballos salvajes.
Estos caballos —unos 450— son los únicos residentes a tiempo completo de la isla Sable.
“No hay ningún otro lugar igual en la Tierra, y creo que es uno de esos sitios que te hacen ver con perspectiva el lugar que ocupamos en el mundo”, dijo Drew Doggett, fotógrafo y cineasta que lleva más de 10 años visitando la isla canadiense. “Estás en esta minúscula mota de arena en medio del Atlántico Norte y nunca te habías sentido tan pequeño. Y sin embargo estás entre estos animales que prosperan en este lugar que no es más que arena y hierbas de dunas y unos pocos estanques de agua dulce”.
Desde hace más de 250 años, los caballos viven en esta remota isla en forma de media luna, con una superficie de solo 20 kilómetros cuadrados.
Son una de las extraordinarias razas que Doggett fotografió para su nuevo libro de sobremesa “Untamed Spirits: Horses from Around the World”. Sus imágenes celebran la belleza y el atractivo perdurable de los caballos documentando algunos de los más excepcionales de la Tierra.
“Sus historias de supervivencia y capacidad para prosperar en estos lugares —lugares en los que el hombre a menudo no ha podido— son asombrosas”, dijo.
Algunas de las fotos más impactantes de Doggett proceden de Islandia, donde vive una raza robusta descendiente del caballo vikingo original.
“Viven una existencia muy surrealista y de otro mundo”, comentó Doggett. “Hay algunas características geológicas muy notables, desde playas de arena negra a dramáticas cascadas, entre las que quería fotografiar a estos caballos”.
Las fotos parecen sacadas de un cuento de hadas o de una novela fantástica, artísticamente tomadas ante el impresionante telón de fondo de Islandia.
“Crearon su propia fortuna en esta tierra tan difícil y hermosa a la vez, y eso es algo que me atrajo de su historia”, señaló Doggett.
Otra raza que Doggett presenta en su libro son los caballos blancos de Camarga. Esta antigua raza es originaria de una remota zona pantanosa del sur de Francia, donde ha vagado durante siglos.
“Unos ojos grandes, oscuros y expresivos y una confianza palpable e innata marcan la belleza cruda y audaz de los caballos de Camarga”, dice Doggett en su libro. “Se mueven con rapidez, sin vacilar, y cargan a través del agua en la jerarquía natural que inevitablemente surge dentro de sus filas”.
Estos caballos son semisalvajes, protegidos por pastores conocidos como gardians, o “los vaqueros de la Riviera”.
“En esta región se han descubierto pinturas rupestres de estos caballos, (de) tiempos probablemente prehistóricos”, explicó Doggett. “Así que hay un linaje que me pareció fascinante”.
Las razas salvajes fueron la fijación inicial de Doggett cuando empezó este proyecto, pero su libro también incluye retratos de caballos de deporte de talla mundial del mundo ecuestre.
Instaló un estudio móvil en graneros de Wellington, Florida, y aprovechó su experiencia en fotografía de moda.
“Me centré en la musculatura de estos caballos, casi como si estuvieran esculpidos en mármol, y utilicé luces de estudio, casi pintándolos con luz”, indicó. “Me gustó mucho poder afinar y centrarme —de forma muy intensiva— en los atributos físicos de estos animales de élite”.
Cuando Doggett quiso hacer una serie de imágenes que mostraran esta musculatura en movimiento, se fue al Caribe y fotografió caballos nadando en las aguas cristalinas de la isla de Tobago. Se puso en contacto con un grupo de rescate sin ánimo de lucro que cuidaba de caballos de carreras, polo y salto jubilados.
“Como ejercicio cotidiano, los propietarios de los no lucrativos los nadaban en las aguas de la playa de Tobago”, dijo. “Esto forma parte de su existencia cotidiana”.
Doggett se ponía el equipo de submarinismo y hacía fotos bajo la superficie del agua, algo difícil, comentó, pero muy gratificante.
“Sentía que bajo el agua podía resaltar la elegancia y la gracia de estos animales en un fondo minimalista”, explicó.
En todas sus sesiones fotográficas, Doggett sintió que había un tema común entre los caballos: un espíritu indómito que inspiró el título de su libro.
“Tanto si están domesticados como si no, su carácter salvaje nunca desaparece”, dijo. “También representan la fuerza, la resistencia, el coraje, la fortaleza… todas esas cualidades que me atraen y que quiero celebrar”.
Cree que los caballos tienen un atractivo universal que trasciende las fronteras culturales.
“Representan una ideología mitológica y simbólica que no existe en otros animales”, explicó. “Son símbolos respetados y honrados en todo el mundo.
“Creo que hay algo increíblemente romántico en la noción de que existen estos animales que son tan fuertes y valientes y que, sin embargo, su naturaleza salvaje nunca podrá ser domada”.
El libro de Drew Doggett “Untamed Spirits: Horses from Around the World”, publicado por teNeues, ya está disponible.