(CNN) – En la desembocadura del Motagua, el río más largo de Guatemala, 40 millones de libras (18 millones de kilogramos) de basura se vierten al océano cada año.
Es uno de los ríos más contaminados de América Central, y recorre 486 kilómetros a través de Guatemala antes de desembocar en el Golfo de Honduras y, finalmente, en el Mar Caribe. Según algunas estimaciones, la basura que arrastra el río Motagua representa aproximadamente el 2% del total de desechos plásticos que llegan a los océanos del mundo cada año.
“Cada 60 segundos, un camión lleno de plástico ingresa al océano (a nivel mundial)”, dijo a CNN Alex Schulze, cofundador y director ejecutivo de 4ocean, una startup con sede en Estados Unidos que quiere terminar con la contaminación plástica.
Schulze fundó 4ocean en 2017 junto con su amigo Andrew Cooper tras un viaje de surf en Bali, Indonesia, donde quedaron impactados por la abrumadora cantidad de contaminación plástica en el océano. La empresa recoge basura de océanos, ríos y costas y la convierte en productos como pulseras, materiales de construcción o combustible, que luego vende. Todo lo que la empresa no puede reciclar, lo envía a un vertedero. Hoy, tiene equipos en Guatemala, el estado de Florida (EE. UU.) e Indonesia y estima que ha recogido más de 37 millones de toneladas de basura desde 2017.
En Guatemala, además de las misiones de recolección de basura llevadas a cabo por equipos contratados localmente, la empresa instaló una barrera flotante similar a una cerca , a 48 kilómetros (30 millas) río arriba de la desembocadura del río Motagua. Fabricada con una tela duradera, la barrera está diseñada para atrapar los desechos antes de que ingresen a la bahía, sin perturbar la vida silvestre.
“Esperamos detener la mayor parte de la basura y el plástico que baja por el río Motagua desde el interior durante la temporada de lluvias antes de que llegue al océano”, dijo Kevin Kuhlow, gerente de país de 4ocean para Guatemala.
Pero la temporada de lluvias inicialmente afectó la barrera. El año pasado, una fuerte tormenta desprendió la barrera y algunos fragmentos fueron arrastrados río abajo. Para evitar que esto volviera a suceder, 4ocean cavó agujeros en el lecho del río para anclar el sistema de forma segura.
La empresa estima que la barrera ha capturado 45.000 kilogramos de basura desde su instalación en 2023. Si bien esa cifra es solo una fracción de la basura total que fluye río abajo, 4ocean espera que pueda marcar una diferencia al generar conciencia sobre la contaminación plástica en la comunidad local.
Según 4ocean , la falta de infraestructura para la eliminación de residuos en Guatemala, combinada con la falta de conciencia sobre las causas de la contaminación por plástico, hace que muchos desechen la basura de forma inadecuada. Esto no solo tiene un impacto en el medio ambiente, sino que pone en peligro los medios de vida de los lugareños que dependen de la pesca, por lo que la empresa contrata a personas locales para trabajar en el proyecto.
Algunos de sus empleados guatemaltecos dicen que ya han notado un cambio en cómo ellos y la gente de su comunidad tratan el medio ambiente.
“No contribuimos tirando más plástico, sino que le decimos a la gente: ‘Por favor, no contaminen el medio ambiente’”, dijo a CNN Cristina Ramírez, empleada de 4ocean.
4ocean no es la única empresa que trabaja para retirar plástico del río Motagua. En 2023, la organización sin fines de lucro The Ocean Cleanup erigió su propia barricada en Las Vacas, un afluente del río Motagua, ubicado cerca de Ciudad de Guatemala, la capital del país. Recientemente anunció que desplegaría otro de sus interceptores en la cuenca del Motagua
Otras organizaciones, tanto locales como internacionales, se unieron este año para formar la Alianza por el Río Motagua , cuyo objetivo es restaurar y limpiar la cuenca del río. Una de las organizaciones miembro, Fundación Crecer, crea programas educativos accesibles para niños que les enseñan a reciclar y hacer compost.
Schulze reconoce que retirar la basura del océano por sí solo no resolverá el problema. Hay que empezar, afirmó, con educación y cambios en la forma en que las personas y las empresas utilizan y producen el plástico.
“Decimos mucho que limpiar el océano por sí solo no resolverá la crisis del plástico en los océanos. Tenemos que detenerla en su origen y cerrar el grifo”, afirmó.