(CNN Español) – Los argentinos están acostumbrados a comprar casas o departamentos en dólares. Ante un crédito hipotecario siempre esquivo, es usual que tengan que juntar y trasladar hasta el lugar de la firma todos los billetes juntos en mochilas, bolsos, carteras o cualquier otro equipaje, según la cantidad de que se trate.
Si bien es cierto que otras actividades también están dolarizadas, y otras tantas van en ese camino a medida que devaluaciones e inflación sin control fueron erosionando el valor del peso, ahora parece que usarán sus dólares para lo impensado: comprar comida y otros productos en supermercados.
En realidad, el presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, ya han manifestado su intención de que el peso sea una moneda escasa y sean los dólares de los argentinos los que se utilicen para pagar todo tipo de bienes, y así dinamizar a la economía que se encuentra en un ciclo recesivo.
Lo novedoso es que ahora los supermercados salen a buscar esos billetes estadounidenses, algo que hasta aquí sucedía, pero sin promocionarlo y en un contexto en el que es el propio gobierno el que estimula la competencia de monedas entre el peso y el dólar.
Más caro que el “blue”
El primer supermercado en lanzarse a promocionar al dólar como medio de pago fue un mayorista con presencia en todo el país: Diarco. En su página web, publica todos los días el precio al que toma cada billete. Esa cotización resulta ser más atractiva que la del dólar informal o “blue”, en estas horas en el orden de los 1.305 pesos por unidad. El mayorista anuncia que accede a recibir dólares a 1.335 pesos cada uno, una clara estrategia para atraer consumidores que quieran sacarles más provecho a sus dólares.
Días después, varios supermercados del interior del país siguieron por el mismo camino. En Córdoba y Mendoza, dos firmas —Tadicor y Super MaMi— ya ofrecen tomar dólares a 1.330 pesos, pero no son los únicos. Es una tendencia que avanza y que alimenta la iniciativa que impulsa el gobierno.
Caída del consumo
Esta iniciativa se enmarca en un contexto de fuerte caída interanual del consumo en supermercados. De acuerdo con el último informe publicado hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, el Indec, las compras en estos negocios cayeron 7,3% en junio comparado con el mismo mes del año anterior. En lo que va del año, el consumo en supermercados se contrajo 11,6% contra el mismo período en 2023. Pero el derrumbe encontró un piso en junio, ya que la variación intermensual dio cero con respecto a mayo. Es decir, las ventas al menos dejaron de caer.
Cuando se mira globalmente el sector minorista, la caída excede al ámbito de los supermercados. Las ventas de las pequeñas y medianas empresas cayeron un 15,7% interanual en julio, un 1,6% en la variación desestacionalizada contra junio y acumulan una contracción del 17% en lo que va del año. Las principales bajas año contra año se dieron en Perfumería (32,6%), Farmacia (26,4%) y Alimentos y bebidas (20,9%).
Razones y perspectivas
Para algunos analistas, los supermercados procuran con esto alcanzar a más consumidores, sobre todo en momentos de crisis económica como los que atraviesa Argentina. Pero otros advierten sobre las características de estas ofertas. “En los supermercados tenés descuentos del orden del 35%, con las tarjetas de hasta el 15% y la diferencia entre el dólar que toman los súper y los financieros es de alrededor de un 8%”, asegura Mariano Gorodisch, periodista especializado del periódico El Cronista.
De todas maneras, los supermercados toman dólares con una condición que vuelve más atractiva a la promoción. “Esto sirve si vos tenés un dólar manchado, medio roto, que no te lo aceptan en el banco, entonces vale la pena preguntar”, recuerda Gorodisch. Es que la iniciativa incluye la posibilidad de tomar dólares “arrugados, viejos, manchados o dibujados”, además de los denominados “cara chica” y “cara grande”, pertenecientes a series anteriores, que muchas veces son tomados a menor valor en el mercado argentino.
Es prematura afirmar cuál ha sido la respuesta del público hasta aquí, porque se trata de una propuesta reciente, pero entre este tipo de medidas y el deseo del gobierno de que los argentinos saquen sus dólares del “colchón”, avanza la dolarización de más actividades en el país.