CNNE 1076033 - milei habla sobre la desigualdad entre mujeres y hombres
Javier Milei: Si las mujeres ganaran menos que los hombres, las empresas estarían llenas de ellas
01:53 - Fuente: CNN

(CNN Español) – “Esto está textual del discurso de Milei”, se le escuchó decir al ministro de Justicia de Argentina, Mariano Cúneo Libarona, durante su exposición ante la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados este martes. 

Habían pasado 38 minutos de un discurso en la que el funcionario tenía que explicar las políticas públicas en materia de géneros y diversidades del Gobierno de Javier Milei, cuando, en medio de una extensa presentación, en la que dio pocos datos, Cúneo Libarona aseguró: “El presidente Milei nos encomendó una tarea técnica y una batalla cultural para recuperar la libertad y los derechos del pueblo”, y agregó una frase que no pasó desapercibida: “Nosotros rechazamos la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología: son inventos subjetivos…”.  

También se escucharon murmullos, algunos aplausos y comentarios de confusión tras estos dichos.   

En ese momento, la diputada Ana Carla Carrizo, de la Unión Cívica Radical, tomó la palabra para recordarle al ministro que “una cosa son sus opiniones personales y otra cosa es la ley. Usted es ministro de Justicia y está obligado a respetar las leyes del Estado argentino. No importa lo que usted piense, lo que importa es que usted estudie”. 

Pero el funcionario, sin apagar su micrófono, le explicó a uno de sus colaboradores, con un insulto común en Argentina, que estaba leyendo textuales del presidente. Sin darle mucha importancia al comentario de Carrizo, redobló la apuesta: “Esto está en la Constitución, la Biblia, el Corán, la ciencia, la naturaleza del ser humano. Son muchas cuestiones y nos paramos en la igualdad, la Constitución. Acá hay que castigar la violencia, sin género”. 

Las palabras del ministro contrastan con la legislación argentina. En el país, existen leyes como la que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, la de identidad de género y la de acceso integral a las técnicas de reproducción humana asistida. Convenciones internacionales e incluso la Constitución Nacional protegen los derechos de todas las personas en el país sin importar su orientación sexual o su identidad de género.  La Constitución argentina, además, es laica y no solo no adhiere a un culto oficial, sino que establece expresamente la separación del Estado y la religión. 

Entidades como la Asociación Americana de Psicología, entre muchas otras, explica que el género se refiere a las actitudes, sentimientos y comportamientos que una cultura asocia con el sexo biológico de una persona, es decir, que el género es una construcción y una identidad social y puede haber distintos tipos. 

La identidad de género puede o no estar alineada con el sexo que se le asignó a una persona al nacer: cuando están alineadas, la persona es cisgénero, y cuando no están alineadas, la persona puede identificarse como transgénero, no binaria o ambas. 

Cúneo Libarona rechaza ese marco cuando enuncia en su discurso que “se acabó el género”.  

Lo mismo sucede al abordar violencia de género. En Argentina, la ley 26.485 castiga este tipo de delito y busca traer soluciones a ese tipo de problemas, en un país donde según cifras oficiales cada 35 horas una mujer muere víctima de un femicidio. 

El Ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, el Ministro de Economía Luis Caputo y el Ministro de Defensa Luis Petri asisten a la sesión de apertura del Congreso argentino para el período 2024 el 1 de marzo de 2024 en Buenos Aires.

Pero hubo otros dos momentos polémicos de la exposición del ministro. 

El primero, la falta de respuestas del Estado de algunas de las iniciativas más importantes de acompañamiento a las víctimas de violencia de género. Esta semana se publicó en el Boletín Oficial una reforma legal que debilita el programa Acompañar, destinado a darles herramientas a las mujeres que sufren este tipo de violencia, entre otros medios, a través de un subsidio para que puedan salir de los lugares en donde fueron violentadas, frecuentemente dentro del ámbito familiar. 

Según la reforma, este acompañamiento disminuye desde seis a tres meses e incluye un requisito con el que muchas veces las víctimas no cuentan: una denuncia policial que ratifique la situación en la que se encuentran. 

En su intervención, la diputada Carrizo explicaba por qué es importante que las mujeres puedan acceder a este programa sin una denuncia policial. “Menos del 20% de las mujeres víctimas de femicidio van a hacer la denuncia a la Policía porque tienen miedo y cuando viven en lugares pequeños, más miedo aún. La mayoría muere en sus casas con el femicida adentro al frente de sus hijos”, aseguró. 

El ministro no contestó con detalles ni dio datos concretos, pero insistió con medidas judiciales para ayudar a las víctimas y retrucó: “Comparto lo que usted dice de políticas… políticas para combatir la violencia en general y para todos, igualdad ante la ley”. Una vez más, evitó mencionar la violencia de género. 

Desde su comienzo, el gobierno de Milei apuntó sus cañones contra el Ministerio de la Mujer –al que convirtió en una subsecretaría no bien asumió- y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), que disolvió recientemente.  El impacto de esas medidas aún está por verse, pero eran áreas clave contra ese tipo de violencias.  

 El segundo momento, fue cuando el ministro puso sobre la lupa supuestos casos de denuncias falsas, sobre las que la Justicia toma determinaciones, y contó que durante su carrera como abogado penalista había visto “hechos falsos radicados por fines económicos o venganza u otros motivos muchos hechos injustos que no fueron probados vi el temor de jueces y fiscales frente organizaciones la tergiversación de la prueba” y que “hay que castigar de la misma manera los hechos activos que producen violencia, las falsedades y los hechos graves que no fueron probados (…) y pruebas falsas que se presentan en muchos casos”. 

 Las intervenciones durante el debate debieron frenarse varias veces porque un grupo del público aplaudía o gritaba – según quién fuera el expositor-. Lorena Villaverde, diputada del partido oficialista La Libertad Avanza, confirmó que eran invitados de los legisladores de ese partido. La diputada del Partido Obrero Vanina Biasi aclaró que se trataba de integrantes del Observatorio de Falsas Denuncias, una organización que en su página web se describe como promotora de “la transparencia en la recepción de datos relacionados con la problemática de acusaciones falsas en materia de vínculos familiares”. 

En una entrevista televisiva, Patricia Anzoátegui, directora del observatorio, explicó que las “falsas denuncias” a las que hacen referencia suelen ser de abuso y violaciones, incluso en el ámbito intrafamiliar. 

“Silencio, está hablando Milei”

Al menos dos veces durante su exposición en el Congreso, el ministro de Justicia explicó que las palabras que estaba pronunciando no eran solo suyas, sino que demostraban lo que piensa el presidente Javier Milei. La primera, fue al ser interrumpido por la diputada Carrizo. La segunda, cuando, tras pedir silencio, dice: “Está hablando Milei”. 

Esta no es una actitud novedosa desde el oficialismo. Dirigentes de la Libertad Avanza, como suelen hacerlo con frecuencia sus activistas y troles en redes sociales, han tenido antes expresiones burlonas o despectivas hacia el colectivo LGBTQ+ y minimizado la importancia de distinguir la violencia de género de otro tipo de violencias a lo largo de los años, incluso restando validez a la forma en que sus integrantes se presentan o se autoperciben. 

 El propio mandatario dijo en una entrevista en noviembre de 2023 con el periodista Jaime Bayly: “¿Qué me importa a mí cuál es tu elección sexual? Suponete que vos querés estar con un elefante, si tenés el consentimiento del elefante, problema tuyo y del elefante”. Pero dijo que el problema es cuando interviene el Estado. 

En julio, el jefe de Estado bromeó con el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro y su hijo al recibir una medalla con tintes homofóbicos. La “distinción” tenía palabras que según Eduardo Bolsonaro, el hijo, hacían referencia, entre otras cosas, a la protección de un hombre ante la posibilidad de tener relaciones sexuales con otro hombre. La intervención terminó con risas del presidente, su hermana, Karina Milei, y otras personas presentes. 

Javier Milei

Milei es solo la punta del iceberg de los comentarios de esta naturaleza en el gabinete libertario. La actual canciller, Diana Mondino, tuvo declaraciones homófobas al comparar el matrimonio igualitario con “tener piojos” cuando aún se desarrollaba la campaña presidencial. En noviembre de 2023, dijo en una entrevista con Luis Novaresio, un periodista argentino que es gay: “Si vos preferís no bañarte y estar lleno de piojos y es tu elección, listo, después no te quejes si hay alguien que no le gusta que tengas piojos”.  

En mayo de 2023, el entonces secretario de Culto, Francisco Sánchez, se pronunció en un mitín de la formación de ultraderecha Vox en Madrid contra las leyes que establecieron el derecho al aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y el divorcio, y aseguró: “Se aprobaron leyes para que la ideología de género sea obligatoria en las escuelas para pervertir a nuestros hijos, para hacer daño a nuestra sociedad”.  

A mediados de agosto, Mondino comunicó el cambio de secretario de Culto. En lugar de Sánchez está Nahuel Sotelo, quien se pronunció públicamente en contra de la Ley de Identidad de Género. 

Cuando se dio a conocer la noticia de la muerte de tres mujeres lesbianas tras ser quemadas vivas en un ataque en mayo de este año, el vocero presidencia Manuel Adorni decía que no le gustaba “definirlo como un atentado a determinado colectivo. Es repudiable sea contra quien sea. No nos focalizamos en que solo es terrible este episodio porque tenía determinadas características particulares – y agregaba desconociendo la violencia de género y la investigación del lesbicidio que - la violencia es algo que sufren mujeres y hombres”. 

El género en disputa 

Dos de las primeras voces en rechazar los dichos de Cúneo Libarona fueron las de los diputados Maxi Ferraro, de la Coalición Cívica, y Esteban Paulón, de Encuentro Federal, que estaban presentes en la exposición. 

Paulón le hizo saber al ministro que es un activista del movimiento LGBT y que está casado con su marido hace 14 años. “En el 2024 venir a plantear que la orientación sexual y la identidad de género no es una circunstancia que motiva situaciones de discriminación y de falta de acceso a derechos es desconocer la realidad. Tanto es desconocer la realidad que esta cámara tuvo que sancionar una ley para reconocer la identidad de género de las personas del colectivo travesti trans que, antes de la ley identidad de género, eran el sector más excluido de la sociedad”. 

 Por su parte, Ferraro, un legislador gay que fue elegido en representación de la Ciudad de Buenos Aires, rechazó los dichos de Cúneo Libarona: “Usted es la máxima autoridad del Ministerio de Justicia y usted ha dicho una barbaridad que a su vez desconoce no solamente las leyes que han ampliado y reconocido derecho en los últimos 15 o 20 años (…) pero usted no puede desconocer el artículo 75 inciso 23 de la Constitución donde establece las cuestiones que hacen a la igualdad de trato de las mujeres. No puede desconocer como ministro de Justicia el artículo 75 inciso 22 de la Constitución donde se incorporan los tratados de derechos internacionales en materia de Derechos Humanos en la reforma del 94”. 

En tanto, la diputada Biasi aseguró que “quieren negar los datos y ni siquiera trae un solo dato acá, lee la Biblia el señor y no sé qué otras cosas más pero un dato no trajo al respecto de las cifras de violencia contra las mujeres”. 

Damián Arabia, un diputado del PRO, aliado del oficialismo, que se define como gay, liberal, capitalista y promercado se sumó en su cuenta de X a la ola de repudios. En un posteo en esa red social criticó: “Nada tiene que opinar un funcionario estatal sobre la sexualidad o el modelo de vida o de familia de ningún ciudadano. El liberalismo, al que yo adhiero, es el respeto irrestricto del proyecto de vida de cada persona. Quiero al Estado lejos de mi plata, y de mi cama”. Diputados como Arabia, Ferraro y Carrizo han acompañado el proyecto de la Ley Bases del gobierno de Milei que le dio potestades al presidente para, por ejemplo, cerrar el Inadi.  

Incluso la Universidad de Buenos Aires (UBA) emitió un comunicado en el que sus autoridades rechazaron las palabrasdel ministro y reafirmaron “el compromiso de la institución con los derechos de las mujeres y diversidades, así como el derecho a la libre determinación de la identidad sexual y de género. La UBA considera que dichas expresiones desconocen las bases legales y constitucionales de nuestra Nación y los derechos que tienen todas las personas, sin distinción de género u orientación sexual”. 

El día después 

En una entrevista en el canal de noticias TN, el ministro volvió el miércoles sobre sus palabras. “Yo lo que digo es que hay dos sexos, varón y mujer, que son determinados por la biología cuando una persona nace. Yo no me referí ni a orientación sexual y que es obvio que cada uno puede autopercibirse como quiera libremente que sea libre que sea feliz en ningún momento me refería a la vida sexual”. Y ratificó:  “Dije textual la idea del presidente Milei”.  

La controversia tiene su raíz en que las expresiones de Cúneo Libarona se apartan del consenso médico y psicológico actual, que considera que sexo, género, orientación e identidad sexual no son conceptos intercambiables o equivalentes. Sexo describe el sexo al nacer, definido por indicadores biológicos como genitales y cromosomas. El género se asocia con frecuencia a las características socialmente construidas de hombre, mujer, niños y niñas. La identidad de género, en tanto, se refiere a cómo las personas se identifican a sí mismas. Puede corresponder o no con el sexo asignado al nacer. Cuando se corresponden, se trata de personas cisgénero; cuando no, la persona puede identificarse como transgénero, no binaria, o ambas.