Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento. Productora de cine. Columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion
(CNN Español) – Después de preguntarme mucho sobre si la gente está dejando de leer, o no, y haber tenido conversaciones con mi hija y mi familia sobre la cantidad de tiempo que dedican a la lectura, cuál no sería mi emoción cuando llegué a Londres recientemente y en una misma calle -la icónica calle Picadilly- me encontré tres maravillosas librerías!
Si, en una distancia cortísima, una al lado de la otra. Fue una gran emoción y una enorme alegría entrar en tres librerías muy diferentes entre sí. ¡Qué felicidad!
Una es la librería de los libros Assouline. Son libros maravillosos, de una belleza incomparable, sobre personajes y lugares. María Callas, Chanel, Picasso… libros que nos dejan sin habla por su belleza: Capri, París, Ibiza, África… Son libros estilo coffe table books que se usan a veces como decoración, pero si te tomas el tiempo de ir pasando sus páginas son una verdadera maravilla. La compañía Assouline los publica y la librería parece un pequeño paraíso, e incluso tiene un bar/café llamado Swans, que tomó su nombre de una publicación editada por Assouline -Swans: Legends of the Jet Society- que muestra al famoso séquito que rodeaba a Truman Capote, con fotografías de la élite de Nueva York de los años 50 del siglo pasado. ¡Una delicia!
Esa fue la primera sorpresa maravillosa cuando llegué a Londres. Al salir de allí, caminé tres pasos y me encontré con Waterstones, una enorme librería de varios pisos con todo tipo de libros y en la planta baja los últimos que han salido, de mil temas diferentes. Y cada uno tiene un letrerito escrito a mano, que explica de qué se trata, las críticas que ha tenido y una información muy práctica para quien va a comprar o a curiosear. ¡Muy interesante!
Al salir de allí, en la misma calle Picadilly, me encontré con una de mis favoritas de toda la vida: Hatchards, que data de 1797 y es una librería que sólo vende libros impresos.
Allí no se pueden mencionar los libros digitales – ¡sacrilegio!- y se especializan en biografías y libros históricos. Por años me he comprado allí libros maravillosos. También tienen una zona donde está el retrato en honor a la reina Isabel II, que era una clienta del local, y también tiene el famoso sello de By Appointment de la familia real, que quiere decir que ahí compran sus libros los royals.
Todas estas tres librerías estaban bastante llenas, lo que me dio una gran alegría. Después he preguntado entre mis amistades si leen más o menos como parte de su vida diaria y en general me dicen que menos, que leen más en medios digitales y se enteran de las noticias no por los periódicos y las revistas, sino por medios digitales en su teléfono o en su tableta. Incluso mi nieta -una gran lectora, tiene casi 13 años- jamás tiene en sus manos un libro de papel y todo lo lee a través de medios electrónicos. Y yo misma, confieso, soy “pecadora” también, porque en vez de cargar siete libros en una maleta cuando viajo, pues llevo en mi tableta -o en mi Kindle- seis o siete libros para leer cuando estoy de viaje. Me gustaría saber si en todo el mundo hemos perdido -o no- el placer de la lectura.
En la ciudad de Nueva York, donde vivo, puedo asegurarles que han cerrado varias librerías, pero no todas son malas noticias para los libros impresos porque, aunque mis amigas también leen en Kindle, también se están leyendo menos libros electrónicos. Según la Asociación de Editores Estadounidenses, las ventas de ebooks cayeron 1,5% durante el primer trimestre de 2024 si se compara con el mismo período de 2023.
El placer de leer fue siempre algo tan importante en mi vida, especialmente cuando era muy joven. ¡Y no sé si los jóvenes de hoy saben disfrutar del placer de un gran libro! No deberían perderse de la oportunidad de sumirse en pensamientos y emociones maravillosas. ¡Es una experiencia que te marca los recuerdos! También pienso que en la vida tan compleja de hoy, existe una menor cantidad de tiempo libre para sentarnos a leer un gran libro. Y ojalá que la gente lo pudiera hacer, pero quizás su prioridad es informarse en redes sociales y leer 20 apps de tipo más frívolo y que los libros no están en su mente.
En fin, he querido hacerles esta reflexión sobre la lectura y los libros porque en Londres, al encontrar estas librerías maravillosas, me sentí llena de esperanzas ¡Y me encantaría que la juventud de hoy aprenda a regodearse en el inmenso placer de la lectura! ¡Sería algo muy bonito para alimentar su alma, además de su intelecto!