PHILADELPHIA, PENNSYLVANIA - SEPTEMBER 10: Republican presidential nominee, former U.S. President Donald Trump speaks to reporters in the spin room after debating Democratic presidential nominee, U.S. Vice President Kamala Harris, at Pennsylvania Convention Center on September 10, 2024 in Philadelphia, Pennsylvania. After earning the Democratic Party nomination following President Joe Biden's decision to leave the race, Harris faced off with Trump in what may be the only debate of the 2024 race for the White House. (Photo by Kevin Dietsch/Getty Images)
"Trump pierde la oportunidad de impulsar su campaña con latinos", opina experta tras el debate presidencial
06:17 - Fuente: CNN

(CNN) – El expresidente Donald Trump se muestra indeciso sobre la posibilidad de un segundo debate con Kamala Harris después de que su fracaso en el primer enfrentamiento provocara que su equipo y sus aliados conservadores en los medios de comunicación montaran una frenética operación de control de daños.

Es demasiado pronto para decir si el enfrentamiento en Filadelfia cambió sustancialmente la carrera presidencial, ya que Harris suplica a los votantes indecisos que quedan en los estados bisagra que abandonen el caos de la era Trump. Pero tras el debate de este martes, ambas campañas están analizando el impacto de un enfrentamiento crítico ante más de 60 millones de espectadores a ocho semanas de la jornada electoral.

Trump, que dio múltiples vueltas de campana tras la desastrosa actuación del presidente Joe Biden en el debate de finales de junio, se encontró ante el tipo de indagación que sufrió su antiguo rival. Aunque la campaña del expresidente no correrá la misma suerte que la cerrada campaña de reelección de Biden, el debate fue la última señal de que Trump sigue sin centrarse en los nuevos retos planteados por Harris y sin presentar sus mejores argumentos.

La vicepresidenta está disfrutando de un nuevo empujón de euforia entre los demócratas que perciben que una figura política a menudo dudosa crece en estatura con cada prueba que supera. La campaña de Harris también está aprovechando el apoyo de Taylor Swift, que podría abrir un nuevo filón de interés entre los fieles seguidores de la megaestrella del pop.

La vicepresidenta Kamala Harris, el presidente Joe Biden, el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, el expresidente Donald Trump y el senador JD Vance asisten a la ceremonia anual de conmemoración del 11 de septiembre en el Memorial y Museo Nacional del 11 de Septiembre en la ciudad de Nueva York, el 11 de septiembre de 2024.

Y sus aliados están reforzando el tono de burla e intento de provocar a Trump que surgió en la Convención Nacional Demócrata y que la vicepresidenta llevó al debate. Philippe Reines, un exayudante de Hillary Clinton que interpretó a Trump en la preparación del debate de Harris, dijo este miércoles a Kaitlan Collins, de CNN, que el expresidente se ha ralentizado mentalmente desde 2016 y lo comparó con un “electrodoméstico que funciona mal”.

“Estaba desordenado pero, hasta cierto punto, estructurado”, dijo Reines, refiriéndose a Trump cuando se enfrentó a la ex secretaria de Estado Clinton. “Ahora, está desordenado”. Y añadió: “Creo que está perdiendo (su) hilo de pensamiento y se limita a soltar lo que se le pasa por la cabeza”.

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Encuestas y opiniones sobre quién ganó el debate presidencial en Estados Unidos
02:11 - Fuente: CNN

Un momento de unidad

Horas después del debate, el clima político se calmó brevemente cuando Harris y Trump, junto con Biden y el candidato republicano a la vicepresidencia JD Vance, se reunieron en Ground Zero en Nueva York para conmemorar el 23º aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Los rivales de las elecciones generales solo se habían encontrado por primera vez en el debate, pero compartieron su segundo apretón de manos en 12 horas en un gesto de unidad nacional orquestado por el exalcalde de Nueva York, Mike Bloomberg.

En una escena más desenfadada este miércoles, un sonriente Biden dio el extraordinario paso de ponerse una gorra de béisbol de Trump 2024. Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca, dijo que el presidente regaló una gorra a un simpatizante de Trump durante una visita a una estación de bomberos en Shanksville, Pensilvania, cerca de donde el cuarto avión secuestrado se estrelló próximo a su objetivo el 11-S tras una revuelta de pasajeros. El partidario de Trump había dicho que “con el mismo espíritu, POTUS debería ponerse su gorra de Trump”. Se la puso brevemente”, dijo Bates.

Pero solo fue un respiro temporal a las amargas consecuencias del debate.

El expresidente hizo lo que siempre hace cuando se le presentan hechos políticos desfavorables: negarlos. Este miércoles declaró en Fox News que había tenido “uno de mis mejores debates”, a pesar de las críticas negativas a su actuación. Trump también atacó a ABC News, afirmando que el debate estaba “amañado” y culpando a los moderadores que comprobaron los hechos por formar un equipo de “tres contra uno” en su contra.

Pero uno de sus socios más recientes, el ex candidato presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr., puede haber puesto de relieve inadvertidamente las deficiencias de Trump en el debate, incluso cuando trataba de elogiar al expresidente, al que apoyó recientemente.

Kennedy dijo en Fox News que mientras Trump ganó el debate en “sustancia”, Harris “claramente ganó el debate en términos de su entrega, su pulido, su organización y su preparación”.

“Creo que en sustancia, el presidente Trump gana en términos de su gobierno”, dijo Kennedy. “Pero él no contó esa historia”.

Aun así, las quejas de Trump fueron recogidas con más entusiasmo entre sus defensores de siempre en los medios conservadores, lo que subraya la forma en que el Partido Republicano siempre cae en línea detrás de su líder. Sin embargo, la versión de Trump de que se vio frustrado por dos presentadores de televisión encajaba mal con su afirmación en el escenario de que es una figura tan intimidante que los enemigos de EE.UU. simplemente le tenían miedo.

Trump estaba en lo cierto al argumentar que los moderadores le sometieron a un control más exhaustivo que a Harris este martes por la noche y que perdieron varias oportunidades de corregir a la vicepresidenta o de pedirle cuentas por esquivar preguntas. Pero Harris no dijo nada comparado con el torrente de falsedades del expresidente, que incluyó la afirmación de que los inmigrantes haitianos en Springfield, Ohio, estaban matando y comiéndose a los perros y gatos de los residentes (esa afirmación racista fue desmentida este miércoles por el gobernador republicano de Ohio, Mike DeWine).

La vicepresidenta Kamala Harris aborda el Air Force Two antes de partir del Aeropuerto John Murtha Johnstown-Cambria County en Johnstown, Pennsylvania, el 11 de septiembre de 2024.

No hay victoria en la sede de Harris

El difícil contexto político explica por qué la situación sigue siendo tensa en el cuartel general de Harris en Wilmington, Delaware. Un alto cargo de la campaña dijo a MJ Lee, de CNN, que se daba por hecho que las elecciones seguirían siendo un 50-50. “Será increíblemente reñida. No podemos levantar el pie del acelerador, ni siquiera cuando el momento parece realmente bueno”, dijo el asesor.

Harris también se enfrenta a decisiones que van más allá de si aceptará otro debate. Si bien su actuación fue estilísticamente fuerte este martes, esquivó preguntas clave - por ejemplo, la primera sobre si cree que los estadounidenses están mejor ahora o cuando Trump estaba en el cargo. La campaña de Trump no dejará de quejarse de que la candidata está eludiendo el escrutinio de los medios de comunicación. Y hay muchos indicios de que los votantes quieren más sustancia de la candidata demócrata.

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Las miradas y gestos más memorables de Kamala Harris durante el debate con Donald Trump
01:10 - Fuente: CNN

Varios votantes indecisos que se inclinan por Harris o Trump, pero abiertos a cambiar de candidato, dijeron a John King, de CNN, que Harris lo hizo bien en el debate, pero varios también advirtieron que no fue lo suficientemente específica al explicar sus políticas.

“Kamala Harris dice que quiere levantar a la clase media, pero ¿cómo?”, dijo Linda Rooney, que vive en los suburbios de Filadelfia y votó por la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley en las primarias. También expresó su preocupación por el cambio de postura de Harris sobre el fracking y otras cuestiones.

Esas dudas también son evidentes en las últimas encuestas nacionales. Pero también reflejan las nuevas complicaciones que Trump se ha causado a sí mismo con su decepcionante actuación en el debate: es posible que haya desperdiciado su mejor y última oportunidad de poner en evidencia las vulnerabilidades de Harris ante decenas de millones de votantes.