(CNN) – Las banderas arco iris ondeaban al viento mientras parejas de gays y lesbianas caminaban de la mano por un pasillo improvisado en el concurrido distrito comercial de Siam, en Bangkok.
El Senado tailandés acababa de aprobar un proyecto de ley sobre la igualdad matrimonial, y la comunidad LGBTQ+ local estaba de humor para celebrarlo.
Aunque las ceremonias eran representaciones simbólicas de bodas entre personas del mismo sexo, la realidad podría estar a la vuelta de la esquina.
“Cuando yo era joven, la gente decía que nosotros no podíamos tener una familia, no podíamos tener hijos, así que el matrimonio era imposible”, declaró a CNN Pokpong Jitjaiyai, residente en Bangkok, el día en que se aprobó la ley.
“Ahora puedo decir libremente que soy gay”, afirmó Pokpong, que estaba impaciente por casarse con su pareja, Watit Benjamonkolchai.
La ley, aprobada en junio, aún necesita el visto bueno del rey, pero se espera que sea pronto, despejando el camino para que Tailandia se convierta en la primera jurisdicción del sudeste asiático en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, y la tercera de Asia tras Taiwán en 2019 y Nepal el año pasado.
Pero la reciente avalancha de avances a favor de la igualdad matrimonial en Asia podría detenerse ahí, ya que no parece probable que ningún otro gobierno de la región siga su ejemplo a corto plazo.
“La verdad es que no muchos gobiernos se están moviendo tan proactivamente como el de Tailandia”, dijo a CNN Suen Yiu-tung, profesor asociado de estudios de género en la Universidad China de Hong Kong.
La fórmula ganadora
Más de 30 jurisdicciones de todo el mundo reconocen ya el matrimonio entre personas del mismo sexo, según el Pew Research Center. Desde que en 2001 se aprobara en Holanda la primera ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, los avances se han producido sobre todo en Europa, América y Australasia.
Justo al otro lado de las fronteras de Tailandia, la homosexualidad es ilegal en Myanmar y Malasia. También existen prohibiciones en Sri Lanka, Brunei, Bangladesh y la ultraconservadora provincia indonesia de Aceh. Las penas máximas van desde largas condenas de cárcel hasta la flagelación, según Human Dignity Trust, un organismo con sede en el Reino Unido que apoya los litigios estratégicos en todo el mundo contra las leyes que perjudican a la comunidad LGBTQ+.
“A pesar de algunas victorias históricas en la región… se siguen negando los derechos humanos de las personas LGBTI en toda Asia”, ha manifestado Nadia Rahman, asesora sobre políticas del Programa Global de Amnistía Internacional sobre Derechos de las Personas Migrantes, Refugiadas, Justicia Racial y Género. Añadió que las personas de estas comunidades se enfrentan a “criminalización, amenazas de detención, discriminación, vigilancia digital, acoso, abusos en línea, estigmatización y violencia”.
Mientras que la liberalización en Tailandia, Nepal y Taiwán se vio impulsada por las singulares culturas y circunstancias sociopolíticas de esos lugares, señalaron académicos y activistas, la mayoría de los demás gobiernos asiáticos se ven frenados por actitudes sociales conservadoras, grupos religiosos influyentes y la falta de sistemas democráticos sólidos.
Los activistas y académicos de Asia afirman que Nepal cuenta desde hace tiempo con un poder judicial liberal dispuesto a ponerse del lado de la comunidad LGBTQ+, mientras que su arraigada cultura de “hijras” de tercer género sentó las bases para los cambios liberales. En Tailandia y Taiwán, muchos atribuyen los avances a una combinación de desarrollo democrático y una sólida sociedad civil.
El profesor adjunto Kangwan Fongkaew, que investiga las cuestiones LGBTQ+ en la Universidad de Burapha, afirmó que, a pesar de la inestabilidad política de las últimas décadas, el sistema político tailandés era lo suficientemente funcional como para canalizar las demandas populares hacia la legislación.
“La mayoría de la población tailandesa quiere la igualdad matrimonial”, afirmó Kangwan. “Y ahora es el momento de que Tailandia la tenga”, añadió, calificándola de “victoria del pueblo”.
A diferencia de la China continental -donde el activismo LGBTQ+ es tabú y puede provocar reacciones violentas de las autoridades-, el movimiento ha prosperado en Taiwán. La activista Jennifer Lu, directora de la organización de defensa de los derechos de los homosexuales Outright International en Taiwán, señaló la importancia del sistema democrático funcional de la isla en el proceso de liberalización.
“Este tipo de práctica democrática crea realmente los cimientos de este ambiente progresista”, afirmó Lu.
La aceptación de las identidades de género no tradicionales se ha fortalecido desde entonces. En mayo, la entonces presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, invitó a la drag queen Nymphia Wind a actuar en la Oficina Presidencial para celebrar su triunfo en el programa de televisión “RuPaul’s Drag Race”.
Las próximas apuestas de Asia
Aunque otras jurisdicciones asiáticas tienen potencial para ser las cuartas en permitir el matrimonio a las parejas LGBTQ+, según los expertos, no están convencidos de que los cambios vayan a llegar pronto.
India también es una democracia y, al igual que su vecino Nepal, cuenta con leyes que protegen a los transexuales, por lo que es un candidato legítimo. Pero los activistas afirman que las autoridades se muestran tibias ante la necesidad de un cambio.
El activista Anish Gawande, cofundador de Pink List India, un grupo que hace un seguimiento de la postura de los políticos en cuestiones LGBTQ+, afirmó que la comprensión hacia las minorías sexuales está creciendo en la nación más poblada del mundo. Recientemente ha sido nombrado primer portavoz nacional abiertamente gay de un partido político. Pero afirmó que el gobierno se niega a hacer más de lo necesario para complacer a la comunidad internacional.
Los activistas LGBTQ+ solicitaron al Tribunal Supremo de India el derecho a contraer matrimonio, solo para que se les dijera que debía decidirlo el gobierno.
El gobierno, dirigido por el tercer mandato del primer ministro indio Narendra Modi, ha creado un comité para estudiar la cuestión, pero sin ningún resultado destacable, dijo Gawande, añadiendo que sin que Nueva Delhi ni los tribunales tomaran la iniciativa en el asunto había “un punto muerto para los derechos LGBTQ+ en el país”.
Los funcionarios dijeron que los expertos habían aportado sugerencias.CNN se ha puesto en contacto con el comité para solicitar sus comentarios.
Incertidumbres en la región
Uno de los argumentos a favor de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo son las ventajas económicas de hacerlo, especialmente si las economías vecinas no lo hacen.
Las empresas multinacionales necesitan trasladar a su personal -incluidos los que no son heterosexuales- y han estado presionando para que se produzcan cambios en centros financieros como Singapur y Hong Kong, a los que les gustaría atraer y retener las sedes de grandes empresas.
“Si eres un país que acoge a estas empresas de alta tecnología con políticas muy liberales, pero el resto de la sociedad es represiva, como Singapur por ejemplo, donde las parejas del mismo sexo no pueden obtener visados, los gobiernos tendrán que pensar en cómo gestionar estas cosas”, dijo Shawna Tang, profesora de estudios de género en la Universidad de Sydney.
Pero incluso frente a estas presiones, ni el gobierno de Hong Kong ni el de Singapur parecen especialmente dispuestos a liberalizar.
El Parlamento de Singapur despenalizó las relaciones sexuales entre hombres en 2022, pero modificó la Constitución para bloquear de hecho los recursos judiciales que podrían conducir al matrimonio entre personas del mismo sexo.
En Hong Kong, el Tribunal de Apelación Final ordenó al gobierno de la ciudad el pasado mes de septiembre que creara un marco legal para reconocer los derechos de las parejas del mismo sexo. Pero han transcurrido meses y el gobierno aún no ha respondido.
El tribunal tampoco llegó a conceder el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que significa que esto podría ser lo más lejos que lleguen los esfuerzos. Según los activistas, Beijing ha reforzado su control sobre la ciudad en los últimos años, por lo que el espacio político necesario para facilitar el cambio se está reduciendo.
El profesor Peter Newman, de la Facultad de Trabajo Social Factor-Inwentash de la Universidad de Toronto, afirmó que, aunque las cosas están mejorando en Asia, los avances han sido “extremadamente desiguales”.
En al menos seis países asiáticos, la intimidad y las relaciones entre personas del mismo sexo siguen estando penalizadas, así como la expresión de género de las personas transexuales, con penas que van desde los ocho años y los “100 latigazos” en Indonesia y Malasia, hasta la cadena perpetua en Bangladesh”, afirmó.
Incluso en lugares donde se ha legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, persisten problemas generalizados, desde el acoso escolar y laboral hasta el estigma en los servicios de atención sanitaria.
Pero Suen, de la Universidad China de Hong Kong, afirmó que en toda Asia han florecido los debates públicos, y que la decisión de Tailandia de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo era una señal alentadora.
“Las perspectivas son positivas, pero va a llevar un tiempo”, afirmó Suen.
Samra Zulfaqar, Yoonjung Seo y Aishwarya Iyer de CNN han contribuido a este reportaje.