Springfield, Ohio (CNN) – Desde su pequeño apartamento en Ohio, Vilbrun Dorsainvil hace videollamadas a Haití para pasar tiempo con su prometida y su hija, a quien nunca tuvo la oportunidad de conocer.
Hace tres años, Dorsainvil dijo que se enfrentó a una elección imposible: arriesgar su vida quedándose en Haití para presenciar el nacimiento de su hija o huir, pues se había convertido en objetivo de la violencia de pandillas que destrozaba su país.
“No quería irme, la verdad, pero me estaban persiguiendo”, le dijo a CNN. “Vas a la escuela de Medicina y piensan que tienes dinero tras graduarte… pero no tenía, solo estaba ayudando a la comunidad”.
Finalmente, su prometida lo ayudó a decidir.
“Ella me dijo: ‘Sé que es difícil, pero vienen por ti, tienes que irte’”.
Y así, como miles de haitianos en los últimos años, Dorsainvil huyó de Haití hacia Estados Unidos, donde se le otorgó el estatus de protección temporal para permanecer en el país. Y, como miles de haitianos, eligió establecerse en Springfield, Ohio, donde vivía su hermano y la comunidad circundante lo hizo sentir seguro y bienvenido.
Pero esa sensación de seguridad se ha visto destrozada en la última semana, ya que esta pequeña ciudad de Ohio se ha visto inundada de amenazas después de que el expresidente Donald Trump y su compañero de fórmula vicepresidencial comenzaran a difundir afirmaciones infundadas de que los inmigrantes en la ciudad están robando y comiendo mascotas.
Clark State College, donde Dorsainvil estudia Enfermería, cerró sus campus y pasó a la enseñanza virtual esta semana después de recibir una amenaza de bomba y otra de tiroteo en el campus. El hospital donde trabaja como enfermero de rehabilitación también se vio obligado a cerrar debido a las amenazas.
Dorsainvil le dijo a CNN que vivir bajo esa constante amenaza reaviva parte del miedo que sentía en Haití.
“Me decía a mí mismo, ‘Vine aquí para encontrar algo de paz y huí de mi país por eso, y ahora está pasando lo mismo’”, dijo. “Eso es difícil”.
“No teníamos amenazas hace siete días”
Puede haber quienes se sientan tentados a tomar a la ligera la afirmación de Trump durante el debate presidencial de la semana pasada de que los inmigrantes en Springfield están “comiendo las mascotas de las personas que viven allí”, pero para la comunidad haitiana de la ciudad, no es motivo de risa.
“Hay preocupaciones por nuestra seguridad y futuro”, dijo Madet Merove, un inmigrante haitiano y pastor Metodista Unido que vive en Springfield. “Me pregunto qué ha hecho Haití al mundo para que nos odien tanto”.
En una conferencia de prensa el jueves, el gobernador de Ohio, Mike DeWine, elogió a las agencias de seguridad, incluido el FBI y la ATF, por reunir recursos para ayudar a proteger Springfield.
Andy Wilson, director de seguridad pública de Ohio, dijo que “todos los días estamos recibiendo múltiples amenazas de bomba”, pero enfatizó que todas han resultado ser una farsa.
“En el ambiente que tenemos, la gente va a hacer cosas estúpidas”, dijo Wilson. “Si crees que puedes provocar a alguien haciendo algo así, llamando una amenaza de bomba, si te atrapan, serás procesado con todo el peso de la ley”.
El gobernador dijo anteriormente que Springfield ha recibido más de 30 amenazas desde finales de la semana pasada. Dos locales Walmarts y varias escuelas han sido evacuadas esta semana debido a amenazas. Y aunque cada una fue infundada, han contribuido al muy real sentido de miedo y frustración en la comunidad.
Las escuelas de la ciudad reabrieron el martes con seguridad adicional de la Patrulla de Carreteras del estado, incluidas cámaras de torre y perros detectores de bombas. Y en una conferencia de prensa más tarde ese día, el alcalde de Springfield, Rob Rue, agradeció al gobernador por seguir desmintiendo las afirmaciones falsas e instó a los líderes nacionales a “moderar sus palabras y decir la verdad”.
“No teníamos amenazas hace siete días, no teníamos estas preocupaciones hace siete días, no habíamos gastado cientos y cientos de miles de dólares en Springfield y del estado de Ohio hace siete días”, dijo.
Rue ha señalado anteriormente que Springfield experimentó un crecimiento del 25% en la población en los últimos tres años. En su sitio web, la ciudad estima que entre 12.000 y 15.000 inmigrantes viven en Springfield y el condado circundante Clark.
El alcalde y los funcionarios de la ciudad han señalado consistentemente que los inmigrantes haitianos residen en Springfield legalmente bajo el Programa de Libertad Condicional de Inmigración, que el Gobierno de Biden lanzó en 2023 para ofrecer vías “seguras y ordenadas” a Estados Unidos para nacionales de Haití, Nicaragua, Venezuela y Cuba que enfrentan necesidades humanitarias urgentes.
Margery Koveleski, inmigrante haitiana en Estados Unidos y residente de Springfield desde hace mucho tiempo, dijo que muchos haitianos eligen vivir en Springfield porque se corrió la voz de que la ciudad era segura, el costo de vida era bajo y había oportunidades de encontrar trabajo.
“Era casi como cuando encuentras una venta de liquidación y obtienes una gran oferta en Macy’s, le cuentas a todos tus amigos y, de pronto, las tiendas están llenas”, dijo.
Pero el repentino aumento de inmigrantes también ha puesto una presión sobre los recursos limitados de la ciudad. A principios de este año, Bryan Heck, administrador de la ciudad de Springfield, escribió una carta al senador estadounidense Sherrod Brown, un demócrata de Ohio, solicitando apoyo federal adicional para la ciudad. En ella, Heck señaló que el aumento de la población ha dificultado que la ciudad proporcione vivienda para todos los residentes.
“A pesar de las 2.000 unidades de vivienda adicionales que se pondrán en línea en los próximos tres a cinco años, esto aún no es suficiente”, escribió en la carta.
Este mes, la oficina de DeWine anunció que el estado asignaría US$ 2,5 millones para expandir los servicios de atención primaria en la ciudad y ofrecer servicios de traducción adicionales para abordar mejor las necesidades de los pacientes inmigrantes.
Y, tras un aumento en los incidentes de tránsito, incluido un accidente automovilístico que involucró a un inmigrante haitiano que resultó en la muerte de un niño de 11 años, la oficina del gobernador ordenó a la Patrulla de Carreteras del Estado de Ohio aumentar la vigilancia del tráfico. La ciudad también planea ofrecer capacitación para conductores dirigida a haitianos y hablantes de creole.
Pero en una reciente reunión de la comisión de la ciudad, algunos residentes de Springfield dijeron que les preocupaba que demasiados recursos se estuvieran destinando a las comunidades de inmigrantes en lugar de ayudar a los locales.
“La gente realmente se está hartando”, dijo un hombre en la reunión. “Mucha gente se siente así. No soy el único, pero soy lo suficientemente hombre para decirlo”.
Los haitianos no quieren ayuda, sino “agregar valor”
Koveleski admitió que ha visto muchos cambios en su ciudad en los últimos años. Después del atentado del 11 de septiembre, ella y su familia dejaron sus vidas en la ciudad de Nueva York y se mudaron a lo que ella llama “Slow-hio” (“Lento Ohio, por su traducción en español). Se establecieron en Springfield y abrieron una tienda de colchones, pero con el paso de las décadas, Koveleski dijo que la ciudad comenzó a decaer y su negocio familiar tuvo problemas.
“Nos declaramos en bancarrota porque no pudimos encontrar a nadie que trabajara”, dijo, y agregó que muchos negocios locales experimentaron la misma recesión.
Sin embargo, eso ha cambiado, aseguró, con el aumento de inmigrantes haitianos. Koveleski ahora trabaja como traductora de creole haitiano y activista comunitaria.
“Hay dos caras de la moneda, y sí (algunos residentes) sienten que es una invasión y que estamos perdiendo muchos recursos. Pero los haitianos no queremos ayuda porque estamos aquí para trabajar. Esa es la mentalidad haitiana: quieren agregar valor”.
Una agencia de empleo temporal con sede en Ohio dijo a CNN que la demanda de trabajo en la zona de Springfield es alta y estima que la mayoría de las personas que conecta con las empresas cercanas son haitianas.
“En este momento, probablemente estamos divididos 60/40”, dijo Corey Worden, presidente de la agencia de empleo Job Talent Connect.
Su agencia ayuda a conectar a cualquier empleado potencial con las empresas de la zona que necesitan trabajadores. Incluso trabajan con las compañías para ayudar a proporcionar transporte por una pequeña tarifa a aquellos que quieran trabajar pero no tengan manera de trasladarse: es un servicio disponible para cualquier trabajador, no solo para inmigrantes.
Trump dijo el miércoles que tiene la intención de visitar Springfield “en las próximas dos semanas”.
El alcalde Rue dijo en una conferencia de prensa el jueves que una visita de cualquiera de los candidatos presidenciales pondría a prueba los recursos ya limitados de la ciudad.
“Si decide cambiar sus planes, transmitiría un importante mensaje de paz a la ciudad de Springfield”, dijo.
De regreso en su departamento, Dorsainvil está tomando a regañadientes clases virtuales, que dice que son más difíciles que las presenciales porque el inglés es su segunda lengua.
Aseguró hace semana pasada vio cambios en su vecindario, predominantemente haitiano. La gente solía caminar por las aceras y saludarse; ahora tienen miedo de salir de sus casas.
No obstante, a pesar de las amenazas, Dorsainvil dijo que hay motivos para tener esperanza.
“Los últimos días me sentí un poco deprimido, pero por alguna razón me siento mejor ahora. ¿Sabes por qué? Porque mis maestros, compañeros de trabajo, amigos, incluso personas que no tenían mi contacto, se comunicaron conmigo de alguna manera y me preguntaron: ‘¿Cómo estás? Te amamos. Te necesitamos aquí’”, dijo. “Así que hay mucho amor en esta sociedad”.
Dorsainvil afirmó que espera que Springfield vuelva a ser como era antes de que la ciudad se convirtiera en un pararrayos político.
Y agregó que también desea que la gente de Haití, incluida su prometida y su hija, pueda algún día experimentar la misma tranquilidad y estabilidad que lo trajo a la ciudad en primer lugar.
“Desafortunadamente, no podemos recibir a todos los haitianos que vienen aquí. Tenemos que construir un país allá”, dijo. “Creo que algún día regresaré (a Haití) y ayudaré a hacerlo”.
Omar Jiménez y Meridith Edwards de CNN informaron desde Springfield, Ohio, y Chelsea Bailey escribió en Washington.