(CNN) -- La visita del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, a la Casa Blanca este jueves podría ser su última oportunidad para convencer a un presidente estadounidense receptivo de los objetivos bélicos de su país.
Los detalles precisos del “plan de victoria” que Zelensky planea presentar en reuniones separadas al presidente Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris se desconocen, ya que se mantuvieron en secreto hasta que se presenten a los líderes estadounidenses.
Pero, según personas informadas de sus líneas generales, el plan refleja las peticiones urgentes del líder ucraniano de una ayuda más inmediata para contrarrestar la invasión rusa. Zelensky también está dispuesto a presionar para que se ofrezcan garantías de seguridad a largo plazo que puedan resistir los cambios en el liderazgo estadounidense antes de lo que se espera que sean unas reñidas elecciones presidenciales entre Harris y el expresidente Donald Trump.
El plan, según personas familiarizadas con él, es la respuesta de Zelensky al creciente cansancio de la guerra, incluso entre sus aliados occidentales más firmes. En él se defenderá que Ucrania aún puede ganar –y que no necesita ceder territorio conquistado por Rusia para poner fin a los combates– si se apresura a aportar suficiente ayuda.
Eso incluye volver a pedir permiso para disparar armas de largo alcance proporcionadas por Occidente más profundamente en territorio ruso, una línea que Biden antes se resistía a cruzar pero que recientemente pareció más abierta a medida que fue recibiendo presiones para que ceda.
Incluso si Biden decide permitir los disparos de largo alcance, no está claro si el cambio de política se anunciaría públicamente.
Biden suele tomarse su tiempo a la hora de tomar decisiones sobre la dotación de nuevas capacidades a Ucrania. Pero con las elecciones de noviembre presagiando potencialmente un cambio importante en el enfoque estadounidense de la guerra si Trump ganara, los funcionarios ucranianos –y muchos estadounidenses– creen que hay poco tiempo que perder.
“Esas ciudades se perdieron, se perdieron, y seguimos dando miles de millones de dólares a un hombre que se negó a hacer un trato, Zelensky. No había ningún acuerdo que pudiera haber hecho que no fuera mejor que la situación que tenemos ahora. Tienen un país que fue arrasado, que no es posible reconstruir”, dijo Trump durante un discurso de campaña en Mint Hill, Carolina del Norte, este miércoles.
Comentarios como esos dieron un nuevo peso a las conversaciones del Despacho Oval de este jueves, según funcionarios estadounidenses y europeos, que describieron la necesidad imperiosa de aumentar la ayuda a Ucrania mientras Biden siga en el cargo.
Como parte de la visita de Zelensky, se espera que EE.UU. anuncie un nuevo e importante paquete de medidas de seguridad, aunque es probable que retrase el envío de los equipos debido a la escasez de existencias, según informó anteriormente CNN de acuerdo con dos funcionarios estadounidenses. Este miércoles, EE.UU. anunció un paquete de US$ 375 millones.
El presidente anticipó la visita de Zelensky a la Casa Blanca un día antes, declarando al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas que su administración estaba “decidida a asegurar que Ucrania tenga lo que necesita para prevalecer en la lucha por la supervivencia”.
“Mañana anunciaré una serie de acciones para acelerar el apoyo al ejército ucraniano, pero sabemos que la futura victoria de Ucrania va más allá de lo que ocurra en el campo de batalla, también se trata de lo que hagan los ucranianos para disfrutar al máximo de un futuro libre e independiente, por el que tantos sacrificaron tanto”, declaró.
La ansiedad por el futuro del apoyo estadounidense tiñó muchas de las visitas de Zelensky a Washington. Cuando visitó la Casa Blanca el año pasado, lo hizo en parte para presionar a los líderes republicanos del Congreso para que aprobaran una nueva ayuda de miles de millones de dólares.
La ayuda fue finalmente aprobada, pero el apoyo a Ucrania entre los aliados de Trump no es alto. Aunque Zelensky visitará el Capitolio este jueves, no se reunirá con el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
“Esta guerra minó la vitalidad básica de Rusia. Si nos fijamos en el número de bajas, muertos y heridos entre los rusos, un millón de rusos abandonando el país, sí, su maquinaria de guerra está funcionando, pero su economía se está vaciando”, dijo el asesor de seguridad nacional de EE.UU. Jake Sullivan en MSNBC esta semana. “Así que creo que con el tiempo, ya sea Putin o la gente que le rodea, verán la inutilidad de seguir tratando de conducir esto. Nos corresponde a nosotros ayudar a acelerar ese día”.
Con el objetivo de fortalecer su relación con Harris
La reunión por separado de Zelensky con Harris este jueves –prevista para después de que el líder ucraniano haya terminado con Biden– señala su deseo de seguir desarrollando la que sería su relación más importante de líder a líder en caso de que ella gane.
En las semanas transcurridas desde que tomó el relevo político de Biden, Harris y sus ayudantes hicieron todo lo posible por insistir en que, en las principales cuestiones de política exterior, no hay diferencias entre la vicepresidenta y el presidente saliente.
La actual guerra entre Ucrania y Rusia no es una excepción, afirman, insistiendo en que Ucrania seguirá contando con el apoyo inquebrantable de Estados Unidos contra la agresión rusa bajo una presidencia de Harris.
El cara a cara de la vicepresidenta con Zelensky este jueves supondría su sexta reunión desde que estalló la guerra en febrero de 2022. Pocos días antes del inicio de los ataques rusos en febrero de 2022, la vicepresidenta también vio a Zelensky en la Conferencia de Seguridad de Munich, donde ambos hablaron de la escalada militar rusa en torno a Ucrania y de la posibilidad del inicio de una guerra.
En su intervención en la Convención Nacional Demócrata el mes pasado, Harris fue deliberada al atribuirse el mérito de la respuesta estadounidense.
“Cinco días antes de que Rusia atacara Ucrania, me reuní con el presidente Zelensky para advertirle del plan ruso de invasión. Ayudé a movilizar una respuesta mundial –más de 50 países– para defendernos de la agresión de Putin”, afirmó. “Y como presidenta, me mantendré firme con Ucrania y nuestros aliados de la OTAN”.
Los asesores de la vicepresidenta dicen que las declaraciones públicas de Trump sobre la guerra en Ucrania no podrían dejar más claras las visiones del mundo de la política exterior marcadamente diferentes de la vicepresidenta y el expresidente. (Parece poco probable que Trump se siente con el líder ucraniano, a pesar de que la semana pasada dijo que “probablemente” se reunirían).
La campaña de Trump arremetió contra Zelensky por una entrevista con la revista The New Yorker publicada el domingo en la que Zelensky calificaba al candidato a la vicepresidencia J.D. Vance de “demasiado radical”.
“Su mensaje parece ser que Ucrania debe hacer un sacrificio. Esto nos lleva de nuevo a la cuestión del costo y de quién lo asume. La idea de que el mundo debe poner fin a esta guerra a costa de Ucrania es inaceptable”, dijo Zelensky en la entrevista. “Para nosotros, estas son señales peligrosas, viniendo como vienen de un potencial vicepresidente”.
Trump aludió a los comentarios en Carolina del Norte este miércoles.
“El presidente de Ucrania está en nuestro país. Está haciendo pequeñas y desagradables insinuaciones sobre su presidente favorito, yo”, dijo.
Incluso dentro del Gobierno de Biden se reconoce en voz baja que las garantías que Zelensky pueda recibir de Biden y Harris esta semana sobre el compromiso de Estados Unidos de apoyar a Ucrania podrían ser en vano con un presidente estadounidense diferente.
En junio, durante la firma de un nuevo pacto de defensa entre Estados Unidos y Ucrania al margen de la reunión del G7 en Italia, se le preguntó a Zelensky qué plan de contingencia podría tener precisamente para ese escenario.
“Si el pueblo está con nosotros, cualquier líder estará con nosotros en esta lucha por la libertad”, respondió Zelensky.