(CNN) Nuevas fotos aéreas de antes y después pintan un panorama sombrío de la devastación del huracán Helene en partes del oeste de Carolina del Norte, que han sido difíciles de acceder después de que la tormenta arrasara con las carreteras y puentes del estado.
El huracán monstruoso de categoría 4 dejó un camino de destrucción de más de 800 kilómetros a lo largo del sureste y ha matado a más de 200 personas, convirtiéndose en el segundo huracán más mortífero en impactar el territorio continental de los EE.UU. en los últimos 50 años.
Muchas de esas muertes ocurrieron en Carolina del Norte, donde la tormenta se caracterizó por lluvias prolíficas e históricas inundaciones catastróficas.
La tormenta dejó caer tanta agua sobre los Apalaches del sur en un lapso de tres días que fue un evento de lluvia de una vez cada 1.000 años para la región, según el Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU.
Toda esa agua descendió de las montañas, convirtiendo las laderas en algunos lugares en devastadores deslizamientos de tierra que arrancaron casas de sus cimientos. Pero al final, todo terminó en los ríos.
Los niveles de agua subieron a niveles más altos de lo que jamás se había observado, trazando un nuevo curso mientras arrasaban con decenas de puentes, carreteras y casas, enviándolos río abajo.
Tal fue el caso en Chimney Rock, Carolina del Norte, que bordea el río Broad.
“Todo lo que está a cada lado del río ha desaparecido”, dijo el alcalde de la ciudad, Peter O’Leary. “Todo lo que das por sentado fue arrastrado, literalmente. Cada negocio, cada edificio fue destruido o gravemente dañado”, dijo O’Leary a la afiliada de CNN WSOC-TV.
Chimney Rock no fue el único. Incluso centros de población importantes como Asheville, erróneamente considerado un refugio seguro contra fenómenos extremos como Helene, empeorados por el cambio climático, sufrieron grandes daños.
Las imágenes muestran casa tras casa parcialmente o completamente arrasadas por ríos que desbordaron sus cauces y simplemente crearon nuevos.
También revelan los desafíos en curso para encontrar a las personas que aún están desaparecidas, cuando partes de los pueblos simplemente ya no existen, y la magnitud del reto que supone restaurar estos lugares en un paisaje que fue completamente transformado por la naturaleza.
Paul P. Murphy de CNN contribuyó a este informe.