(CNN) — Durante meses, los frustrados funcionarios estadounidenses que tratan de poner fin a la guerra en Gaza han reflexionado en voz baja sobre el único escenario que creían que podría desbloquear las estancadas conversaciones de alto el fuego: la muerte del líder de Hamas, Yahya Sinwar, que se cree que estaba escondido en las profundidades de Gaza en la red de túneles del grupo.
Que esto ocurra en los próximos días sigue siendo una incógnita. Sin su singular control operativo, la constelación de comandantes del grupo, que se cree que retiene a docenas de rehenes israelíes en los túneles de Hamas, podría verse abandonada a su suerte y adoptar un nuevo enfoque.
Cómo llegar a un acuerdo sobre los rehenes y el alto el fuego, y con quién, es ahora una cuestión de incertidumbre para los funcionarios estadounidenses, quienes pasaron las horas posteriores a la muerte de Sinwar tratando de determinar si tenía un sucesor.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, dijo en agosto que “el destino del acuerdo” -refiriéndose al alto el fuego y al acuerdo sobre los rehenes entre Israel y Hamas- estaba en manos de Sinwar. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses no llegaron a afirmar este jueves que su muerte desembocará en un acuerdo de la noche a la mañana.
“No sabemos lo que esto significa todavía”, dijo un funcionario de EE.UU., y añadió que podría haber un movimiento “rápido” hacia un alto el fuego y el acuerdo de rehenes o “todavía podría haber un largo camino por delante”.
“Ayudaría mucho que eso fuera realista”, dijo un segundo alto funcionario estadounidense al referirse a la muerte de Sinwar.
A pesar de todas las incógnitas, el momento se consideró trascendental dentro de la Casa Blanca y en todo el Gobierno de Joe Biden.
La muerte de Sinwar es, quizás más que cualquier otra cosa, el acontecimiento singular que muchos funcionarios estadounidenses han señalado como el mayor cambio potencial en la guerra entre Israel y Hamas. A pocas semanas de las elecciones presidenciales estadounidenses, la muerte de Sinwar puede transformar un conflicto que hace tiempo se convirtió en un lastre para la suerte política del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y, por extensión, para la campaña de la vicepresidenta, Kamala Harris.
Incluso con la muerte de Sinwar, no hay prácticamente ninguna expectativa de que el conflicto más amplio de Medio Oriente se resuelva antes del día de las elecciones, especialmente mientras Israel se prepara para tomar represalias contra el ataque con misiles balísticos de Irán anteriormente este mes. Para muchos votantes, las opiniones negativas sobre el conflicto se han endurecido tras un año de enfrentamientos. No obstante, cualquier avance que permita rebajar la tensión en la región sería bienvenido, tanto dentro de la Casa Blanca como en el cuartel general de la campaña de Harris.
Con el progreso hacia un acuerdo de alto el fuego por rehenes para detener la guerra persistentemente estancado durante meses, los altos funcionarios del gobierno se habían aferrado a la esperanza de que Sinwar pudiera ser eliminado algún día, abriendo puertas en las conversaciones que de otro modo sencillamente no estarían disponibles.
“Todo se reduce a Sinwar”, dijo sin rodeos un alto funcionario del Gobierno antes este año, cuando las conversaciones sobre el alto el fuego se estancaron.
Netanyahu prometió ir detrás de Sinwar
Es cierto que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, puso su propia serie de obstáculos al acuerdo sobre los rehenes, lo que generó una gran frustración en la Casa Blanca. Pero el dirigente israelí declaró públicamente su intención de perseguir a Sinwar hasta su muerte. En pocas palabras, los funcionarios estadounidenses han considerado a Sinwar como la cabellera que Israel más necesitaba para poder declarar que han terminado con la guerra de Hamas.
“La muerte de Sinwar daría una nueva oportunidad al presidente Biden de volver a presionar para que se aplique la primera fase del acuerdo de alto el fuego y aumentaría la presión sobre Netanyahu para que lo haga”, declaró Jonathan Panikoff, exanalista de inteligencia especializado en la región. “Durante meses, Israel ha destacado que Sinwar es el punto de fricción, que no quiere un acuerdo y sigue cambiando las exigencias de prisioneros a cambio de rehenes. Pero, al mismo tiempo, se ha hablado mucho de que gran parte de Hamas está agotada y agradecería un respiro”.
“La posibilidad de llegar a un acuerdo para el cese de las hostilidades dependerá del nuevo líder, pero como mínimo ofrece un espacio y una oportunidad que no han existido desde hace unos meses”, afirmó Panikoff.
El actual conflicto militar entre Hezbollah e Israel complica cualquier posible oportunidad de poner fin al extenso conflicto, dijo un funcionario estadounidense. Estados Unidos ha estado compartiendo información de inteligencia con Israel con regularidad para tratar de identificar el paradero de Sinwar, pero no está claro que esa información haya contribuido a esta operación concreta.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel están más sorprendidas por esto que nosotros”, dijo el funcionario, y señaló que los israelíes les dijeron que no se trataba de una operación que habían estado llevando a cabo específicamente para atacar a Sinwar.
Cada vez más a lo largo de los últimos meses, las evaluaciones estadounidenses determinaron que Sinwar estaba atrincherado, fatalista sobre sus posibilidades de supervivencia y decidido a seguir empantanando a Israel en un conflicto militar que ha dañado su reputación internacional.
Esa mentalidad se endureció cuando la guerra de Gaza cumplió un año a principios de este mes, lo que hizo dudar a los funcionarios estadounidenses de que Sinwar aceptara un acuerdo de alto el fuego y entrega de rehenes.
Con su muerte, el camino a seguir no está claro de inmediato.
“Se trata de una gran piedra que cae en un lago y cuyas ondas son extraordinarias”, declaró Aaron David Miller, un experimentado negociador de Medio Oriente que ha trabajado para varios gobiernos estadounidenses, y añadió: “¿Proporcionará esto el tipo de explicación y justificación política para que Benjamin Netanyahu se plantee seriamente cooperar de alguna manera para intentar desescalar y, en última instancia, poner fin a la guerra en Gaza? Estas preguntas no tienen respuesta ahora mismo, pero las repercusiones son bastante claras”.
Preguntas sobre quién sustituirá a Sinwar
Entre las preguntas a las que los funcionarios estadounidenses buscan ahora respuesta está quién tomará las decisiones militares de Hamas. Sinwar había dado órdenes a sus comandantes de matar a sus rehenes en caso de asedio de las fuerzas israelíes, una orden que no estaba claro que fuera a prorrogarse.
“Si de hecho se habla ahora de una negociación, si hay un negociador palestino en el lado de Hamas que entienda ahora que las negociaciones son la única forma de salir de esto, si la organización va a sobrevivir de alguna forma, puede que haya una oportunidad. Pero existe la inercia y la necesidad de seguir buscando rehenes”, dijo Miller. “No creo que la postura del Gobierno de Israel vaya a derivar inmediatamente en ‘dejemos de disparar y ahora empecemos a hablar’”.
Sinwar vivió durante mucho tiempo profundamente aislado, lo que a menudo dificultó el contacto con él de los mediadores qataríes y egipcios que trabajaban para lograr un acuerdo de alto el fuego.
Los funcionarios estadounidenses creían que ya no utilizaba dispositivos eléctricos de comunicación y que dependía de fuentes humanas para transmitir y recibir información. Durante largos periodos, los funcionarios estadounidenses ni siquiera pudieron decir con seguridad si estaba vivo o muerto.
“Según todos los indicios, Sinwar ha sido el mayor obstáculo dentro de Hamas para un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes en Gaza. Dependiendo de quién ocupe su lugar, la muerte de Sinwar podría reavivar la esperanza de un acuerdo para poner fin a la guerra. Por supuesto, eso supone que Netanyahu esté dispuesto a llegar a un acuerdo mientras su coalición habla abiertamente de restablecer los asentamientos israelíes en el territorio”, dijo Andrew Miller, ex alto funcionario del Departamento de Estado que trabaja en asuntos de Medio Oriente.
Biden, en conversaciones con su homólogo israelí, intentó alentar un final de la guerra en Gaza que no excluyera operaciones para encontrar y matar a Sinwar.
“Hay muchas cosas que, en retrospectiva, desearía haber podido convencer a los israelíes que hicieran”, dijo Biden en una conferencia de prensa en julio. “Pero lo esencial es que ahora tenemos una oportunidad. Es hora de poner fin a esta guerra. Eso no significa dejar de perseguir a Sinwar y Hamas”.
Sin embargo, aunque las operaciones en Gaza se ralentizaron al centrarse Israel en su frente norte con Hezbollah en el Líbano, su mortífera embestida de ataques aéreos continuó, provocando un aumento del número de víctimas civiles. A medida que se acercan las elecciones estadounidenses, el gobierno ha empezado a ejercer nuevas presiones sobre Israel para que mejore las condiciones humanitarias dentro de Gaza, que han empeorado significativamente en las últimas semanas.
En una severa carta revelada esta semana, Blinken y el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, advirtieron a Israel de que la falta de entrega de más ayuda al enclave podría desencadenar el corte de la asistencia militar.
La evolución del conflicto en las tres semanas previas al día de las elecciones sigue siendo una de las mayores incertidumbres de las dos campañas presidenciales. Aunque no es un tema prioritario para muchos votantes, la crisis ha complicado los esfuerzos de Harris por ganar Michigan, un estado con una importante concentración de votantes árabes-estadounidenses. Harris hace campaña en el estado tres días esta semana.