(CNN Español) – El recién concluido período de gobierno en México ―con Andrés Manuel López Obrador como presidente― terminó con 188.987 homicidios dolosos, de acuerdo con cifras oficiales publicadas este lunes.
La cifra es 37,65% mayor a la que se registró durante la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuando se contabilizaron 137.289 homicidios dolosos, según los mismos datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Y en comparación con los dos gobiernos previos —cuando el SESNSP usaba otra metodología para medir estos crímenes—, el total de homicidios dolosos registrados durante el mandato de López Obrador es 83,73% superior a la que se tuvo con Felipe Calderón (2006-2012), cuando fueron 102.859, y 153,41% más alto que el del sexenio de Vicente Fox (2000-2006), cuando fueron 74.577.
El SESNSP no es la única institución pública de México que genera reportes sobre los homicidios dolosos en el país. También lo hace el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), autónomo del gobierno.
Los reportes del SESNSP son mensuales y se basan en las denuncias presentadas ante las fiscalías, mientras que los del Inegi son anuales y toman en cuenta no solo las denuncias sino también las actas y los certificados de defunción en poder del Registro Civil y los servicios médicos forenses. Por esta razón, los reportes del Inegi suelen arrojar cifras más altas que las del SESNSP; por ejemplo, el Inegi reporta 156.066 homicidios dolosos durante la administración de Peña Nieto, 18.777 más que los contabilizados por el SESNSP.
López Obrador, que gobernó México del 1 de diciembre de 2018 al pasado 30 de septiembre, prometió “pacificar” al país con medidas como enfrentar lo que considera las principales causas de la delincuencia —la pobreza y la falta de oportunidades para los jóvenes—, mantener el despliegue de militares para combatir al crimen y crear la Guardia Nacional, una institución establecida en 2019.
Tendencia
Durante su gobierno, López Obrador dijo en numerosas ocasiones que su estrategia estaba dando resultados. Afirmó que una prueba de ello era que año con año la cifra de homicidios dolosos iba a la baja, una tendencia que los números del SESNSP reflejan.
En 2019, el primer año completo del gobierno, se registraron 34.723 homicidios dolosos. En 2020, la cantidad bajó a 34.569; en 2021, disminuyó a 33.362; en 2022, se ubicó en 30.976; y en 2023, se situó en 29.710. De enero a agosto de 2024, los últimos nueve meses del sexenio, se contabilizaron 22.754 casos.
Algunos expertos en seguridad han dicho a CNN que, si bien esa tendencia a la baja es real, no se puede considerar que se haya alcanzado la meta de “pacificar” al país porque la cantidad de homicidios dolosos se mantiene en niveles muy elevados.
“El sexenio de López Obrador se convierte con esos números en el más violento en lo que se refiere a los homicidios dolosos en términos absolutos, rebasa por mucho a los sexenios precedentes”, dijo en entrevista el especialista Javier Oliva, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Samuel González Ruiz, exasesor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), consideró por su parte que, si bien el total de homicidios dolosos muestra el nivel de violencia en el país, para comprender el problema con más amplitud es necesario revisar qué ha pasado en cada estado. Recordó que en algunos, como Guanajuato, la situación ha empeorado en los últimos años.
“Lo que sí puedes decir es que en los estados donde ha habido coordinación de fuerzas locales y fuerzas federales tienes mejores resultados”, dijo.
La presidenta Claudia Sheinbaum, que llegó al cargo como candidata de Morena —igual que López Obrador— el 1 de octubre, ha dado muestras de que su política de seguridad dará continuidad a algunas medidas de su antecesor, poniendo foco en inteligencia y coordinación.
Esta estrategia del nuevo gobierno, presentada el 8 de octubre, tiene cuatro ejes: atención a las causas, consolidación de la Guardia Nacional, fortalecimiento de las tareas de investigación e inteligencia y coordinación con los gobiernos estatales.
Para Oliva, el elemento innovador de este plan es “la gran relevancia que les van a dar a la prevención o disuasión y a los trabajos de inteligencia”. Enfatizó que el desafío para el gobierno que recientemente comenzó es empezar a dar resultados claros pronto.