(CNN) – Meir Golan hundió la cara en la densa tierra de color naranja oscuro. Parecía desesperado por estar cerca de su hija el mayor tiempo posible, aferrándose con fuerza al sudario de Shirel mientras la enterraban.
Más de un año después de que Hamas y otros grupos armados lanzaran su ataque terrorista contra Israel, Shirel Golan se convirtió en su última víctima. Se suicidó este domingo, día en que cumplía 22 años, tras un año de lucha contra la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT, por sus siglas).
Eyal Golan, hermano de Shirel, declaró a CNN que sus problemas de salud comenzaron inmediatamente después del atentado del 7 de octubre. La joven asistía al Festival de Música Nova, cerca de la frontera con Gaza, cuando Hamas dirigió su mortífera embestida contra el sur de Israel.
Shirel, que antes era una mujer alegre que no dudaba en conducir durante una hora para visitar a su familia cuando necesitaban ayuda, se volvió callada y se fue apagando poco a poco tras sobrevivir a la masacre.
“No salía de casa. No venía a visitarnos, estaba retraída”, dijo.
En declaraciones a CNN tras el funeral de Shirel este lunes, Eyal dijo que toda la familia estaba conmocionada por su repentina muerte. La ceremonia en el cementerio de Tel Mond, ciudad natal de Shirel, cerca de Tel Aviv, atrajo a una gran multitud. La familia y los amigos de Shirel rodearon la tumba, sollozando y lamentándose en voz alta, visiblemente conmocionados por su muerte.
Eyal dijo que los padres de Shirel, sus cuatro hermanos y otros parientes se habían preocupado por su salud y habían intentado vigilarla todo lo que podían. Rara vez la dejaban sola.
Pero este domingo, cuando la familia se reunió para celebrar su cumpleaños, Shirel se alejó sin que nadie se diera cuenta, según Eyal. Cuando su novio la encontró al fondo del jardín familiar, ya había desaparecido.
Desconsolado y abrumado por la culpa y la rabia, Eyal dijo que culpa a las autoridades sanitarias israelíes de algunos de los problemas de Shirel. Dice que nadie del gobierno se puso en contacto con ella ni con la familia.
“Tenían la lista de todos los visitantes de Nova y sabían quién había muerto y quién había sobrevivido. Si alguien sobrevivió, vamos a ayudarle”, dijo.
En lugar de eso, dijo, las autoridades solo ofrecieron ayuda a quienes la buscaron activamente. Las personas que no lo hicieron, como Shirel, fueron abandonadas a su suerte.
CNN pidió al gobierno de Israel que comente la acusación, pero no recibió respuesta inmediata. Una declaración del Ministerio de Bienestar y Servicios Sociales de Israel publicada en los medios de comunicación israelíes decía que hay una “variedad” de asistencia disponible para los sobrevivientes.
La información sobre el programa disponible en el sitio web oficial del gobierno para los sobrevivientes parece confirmar el argumento de la familia Golan de que hay ayuda disponible, pero solo previa solicitud.
Eyal dijo que estaba intentando convencer a Shirel de que buscara ayuda porque él tiene experiencia de primera mano con el TEPT tras servir como reservista en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) durante el estallido de violencia de 2021 entre Israel y Hamas y la Yihad Islámica Palestina.
Dijo que estaba tomando medicación y recibía terapia para tratar el problema. “Me estoy cuidando con estas herramientas y le dije a ella, tómalo, por favor, úsalo por tu propio bien”, dijo a CNN.
“Le dije que hablara con cualquiera, desde nuestro padre y nuestra madre, hasta un extraño en la calle, habla con alguien, por favor”, dijo. “No te gusta ir a loqueros y psiquiatras, vale, ve a visitar a tus amigos que también fueron al Festival Nova y sobrevivieron. Puedes hablar de ello. Puedes superarlo”, dijo que le dijo.
Pero Shirel se negó.
No fue hasta que Eyal encontró al policía que rescató a Shirel del lugar donde se celebraba el Festival Nova y volvió a ponerla en contacto con él cuando ella empezó a abrirse.
No quieren ayudarme
La masacre del Festival de Música Nova fue, con creces, el más mortífero de todos los atentados del 7 de octubre, con casi un tercio de las 1.200 personas que murieron ese día muertas allí.
Hubo tantos muertos y secuestrados que las autoridades israelíes tardaron meses en determinar el número exacto de víctimas en el lugar. Según las FDI, 347 personas, la mayoría jóvenes, murieron y otras 40 fueron tomadas como rehenes en el festival.
Muchos de los cientos de sobrevivientes siguen luchando contra problemas de salud mental, como el trastorno de estrés postraumático, la culpa del sobreviviente, la depresión y la ansiedad.
Pero no se trata solo de los propios supervivientes. Sus familiares y amigos y otras personas expuestas a la violencia de segunda mano también tienen problemas, dijo Eyal.
“Desde el 7 de octubre, somos un país con estrés postraumático, todos y cada uno de nosotros”, afirmó.
El gobierno de Israel estableció un programa público de asistencia a la salud mental casi inmediatamente después de los atentados, ofreciendo terapia gratuita a cualquiera que la necesitara.
Los sobrevivientes que luchan contra el TEPT pueden obtener hasta 36 citas a través del programa, y cualquier otra persona puede optar a un máximo de 12 sesiones.
Según un informe del Parlamento israelí, la Knesset, casi 1.900 de los aproximadamente 3.000 supervivientes de los atentados fueron remitidos a tratamiento hasta julio. Más de 200 completaron al menos 24 sesiones.
Pero el programa solo está disponible para quienes lo solicitan. Shirel no lo hizo y nadie se puso en contacto con ella para ofrecérselo, según su hermano.
Algunos de los sobrevivientes criticaron el programa por considerarlo excesivamente burocrático y poco adecuado.
“Recibí 36 horas de tratamiento, y sigo pagando el psicólogo que me atiende por mi cuenta debido a la burocracia que supone obtener una compensación por el tratamiento”, declaró Omer Leshem, sobreviviente del atentado del Festival Nova, en una audiencia celebrada en la Knesset en julio.
“Estábamos en el evento, y nadie estaba allí para ayudarnos. E incluso ahora, no me ayudan”, dijo.
Eyal Golan dijo que la única ayuda que recibió Shirel fue de las autoridades locales, que están escasas de dinero y no pueden ofrecer una asistencia adecuada.
“Solo el sistema municipal la ayudó, pero tienen recursos limitados. No pueden pagar muchas terapias”, dijo. “El número (de sesiones) es muy limitado, su variedad también”.
Al no poder ayudar a su hermana, Eyal dijo que ahora se propuso concienciar e intentar convencer a cualquiera que luche con los mismos problemas que Shirel de que busque ayuda.
“Si puedo compartir su historia (con) el mundo, quizás todas las personas que sufren TEPT sepan que no están solas”, afirmó.