(CNN Español) – Aunque no integra el Ejecutivo español, la proyección política y pública de Íñigo Errejón han contribuido a que la coalición Sumar, partido del que hasta hace pocos días formó parte y que gobierna junto al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), sufra una fuerte sacudida tras hacerse públicas varias denuncias por presuntos comportamientos sexuales inadecuados y actitudes machistas en su contra.
Una situación que se precipitó a lo largo de la semana anterior a través de acusaciones que se dieron a conocer por dos vías diferentes. En primer lugar, a través de las redes sociales de la periodista Cristina Fallarás, quien recoge los relatos anónimos de usuarias que cuentan sus experiencias frente a supuestas actitudes machistas o agresiones sexuales y que, el pasado 21 de octubre, publicó el testimonio recibido de una usuaria quien, sin identificar directamente a Errejón, explicaba el trato vejatorio sufrido presuntamente en manos de “un político muy conocido de Madrid”.
A pesar de lo anónimo del caso, los propios usuarios que interactuaron con la cuenta de Fallarás señalaron que se podía tratar de Errejón teniendo en cuenta los detalles que facilitaba ese testimonio. Desde la formación preguntaron al político sobre estas acusaciones.
En segundo lugar, a través de la denuncia por presunto acoso sexual presentada ante la Policía por la actriz y presentadora Elisa Mouliaá y que ha recaído sobre el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
CNN está intentando localizar a la representación legal de Mouliaá para obtener más detalles.
La presión ejercida en un primer lugar por las acusaciones publicadas en las redes sociales de Fallarás, cuando todavía se trataba de especulaciones, terminó por provocar la dimisión de Errejón de sus responsabilidades políticas. Concretamente, tal y como anunció el pasado 24 de octubre a través de un comunicado compartido en sus redes sociales, abandonaba su cargo de portavoz del Grupo Parlamentario Plurinacional de Sumar en el Parlamento y su escaño como diputado de esta formación.
Fue un anuncio que justificó señalando que “el ritmo y el modo de vida en la primera línea política” le había pasado factura, llegando a afectar a su salud mental y llevándolo a comportarse de una forma “que se emancipa a menudo de los cuidados, de la empatía y de las necesidades de los otros”.
“Esto genera una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo”, agregaba.
Así las cosas, sin llegar a reconocer explícitamente las actitudes de las que está siendo acusado, acompañó su anuncio de la dimisión del resto de sus responsabilidades políticas, entre las que se incluye su participación en la dirección ejecutiva de Sumar.
Errejón no se ha pronunciado específicamente sobre las denuncias. CNN está intentando contactarlo para preguntarle al respecto de estas acusaciones y conocer si dispone de asistencia legal frente a la denuncia que se ha presentado en su contra.
A pesar del anuncio de su dimisión, eso no fue suficiente para capear el temporal de malestar que empezaba a tomar forma entre la opinión pública y la esfera política. Sobre todo, porque Sumar es una de las fuerzas de izquierda que abandera el feminismo y la lucha contra la violencia de género en España.
Desde la jornada de su dimisión se sucedieron varias ruedas de prensa tanto de Más Madrid, partido que Errejón fundó en 2019 y que integra la coalición Sumar, como de la formación de la que ejercía el cargo de portavoz en el Congreso de los Diputados. Todo para intentar depurar responsabilidades y recuperar un espacio de credibilidad que se ha podido ver comprometido.
Entre los políticos que salieron a hacer declaraciones se encuentra Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno de España y líder de Sumar, quien informó este lunes que Errejón le “reconoció los hechos” denunciados durante una conversación mantenida la semana anterior, manifestando haber llevado a término “actitudes machistas y vejatorias contra las mujeres”.
Fue “una de las conversaciones más difíciles de mi vida”, señaló Díaz al respecto.
A la luz de los hechos, el partido lo expulsó “de todas sus responsabilidades públicas”, se le requirió el acta de diputado y “el cese inmediato en todas sus responsabilidades orgánicas”, defendió Díaz.
Sin embargo, hay quien cuestiona si la formación de izquierdas pudo tener constancia de estas actitudes con anterioridad a que cobraran una dimensión pública. Cuestionamientos ante los que la vicepresidenta segunda señaló que “si hubiera tenido conocimiento de hechos tan graves antes, habría actuado exactamente igual que lo he hecho esta semana”.
“Está claro que no debió de ser ni diputado ni portavoz, pero esta información la tenemos desde esta semana”, aseveró.
La reacción de la clase política
Desde el PSOE, con quien Sumar gobierna en coalición, han mostrado su preocupación por este escándalo a la vez que han transmitido su confianza por las acciones la formación ha llevado a cabo.
En un mensaje compartido a través de su cuenta oficial de X, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, manifestaba el pasado jueves su “condena” contra quienes atentan contra el proyecto de igualdad que está ejecutando el Gobierno para lograr “una España feminista donde las mujeres tengan los mismos derechos, las mismas oportunidades y la misma libertad y seguridad que los hombres”.
Mensaje al que añadía su tranquilidad hacia el liderazgo de Yolanda Díaz y las medidas adoptadas desde Sumar, “una organización que ha hecho y está haciendo mucho por el progreso de las mujeres”.
Desde el principal partido de la oposición, el Partido Popular, han arremetido contra Sumar acusando a la formación de encubrir a Errejón. De forma más específica, el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, ha manifestado durante estos últimos días que la formación de izquierdas podría haber sido consciente de esas actitudes pero que no habría actuado, al menos el año pasado, para que eso no afectara a la campaña de las elecciones generales que se celebraron el 23 de julio de 2023.
Sin embargo, frente a estas acusaciones, Yolanda Díaz ha defendido que no fueron conscientes del problema hasta que se hicieron públicas las primeras denuncias la semana anterior.