(CNN Español) – Las elecciones en Estados Unidos generan expectativa no solo en ese país, sino también en México, donde muchos se preguntan quién ganará la presidencia y cuál será su estrategia para la relación bilateral con su vecino y principal socio comercial.
Quien gane implementará un nuevo plan de gobierno que podría afectar en el día a día, para bien o para mal, a más de 100 millones de mexicanos, por sus lazos económicos vitales con Estados Unidos.
México se convirtió en el principal socio comercial de Estados Unidos el año pasado, compartiendo la frontera más transitada del mundo, con comercio de 1,5 millones de dólares cada minuto.
¿Trump o Harris?
¿Qué candidato puede favorecer más a México en términos de la relación bilateral? ¿La vicepresidenta Kamala Harris o el expresidente Donald Trump?
Para Aribel Contreras, coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana, no es una respuesta simple: “La experiencia nos lleva a ver que, sin importar si es un presidente demócrata o republicano, la relación siempre ha tenido sus altibajos en los temas principales”.
Los temas más importantes en la relación bilateral son la migración, la economía y la seguridad, en los que, según Contreras, no siempre hay coincidencias.
“Durante los cuatro años de Trump, México enfrentó complicaciones con amenazas y aranceles. Y Kamala Harris, cuando era senadora, votó en contra del T-MEC. A pesar de los tiempos electorales, México seguirá siendo un tema central en la conversación”, afirma la analista.
La economía será uno de los temas más importantes en los próximos años, con la revisión del Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos-Canadá en 2026, que ambos candidatos presidenciales han expresado interés en renegociar. “Veo tan complicado que a lo mejor 18 meses no van a ser suficientes para poder hacer una revisión quirúrgica y que quede un T-MEC 2.0, donde las tres partes queden contentas, satisfechas, y que respondan a las necesidades de ese momento”, agrega Contreras.
El Gobierno de México está atento. La presidenta Claudia Sheinbaum deberá colaborar estrechamente con el nuevo gobierno que resulte electo en Estados Unidos para abordar los temas más críticos de la relación. Sheinbaum no ha mostrado preferencias y ha dicho que trabajará con quien gane la carrera por la Casa Blanca: “Quien decida el pueblo estadounidense, nosotros vamos a trabajar con él o con ella, y va a haber un buen trabajo”.
“Más bien aquí la pregunta es México como país, como gobierno… ¿ya estamos listos para enfrentarnos a los retos, ya sea una Kamala Harris o un Donald Trump a partir de enero del 2025?”, dice Contreras.
Lo que piensan los mexicanos
“Ojalá que gane Kamala. No estoy tan a favor, pero ojalá”, afirma Alberto Echeverría, quien vive y trabaja en Ciudad de México. Cuenta que trabaja con una empresa estadounidense y que el resultado de la elección podría afectarle de alguna manera.
“Me importa mucho el tema del nearshoring”, agrega Echeverría, que tiene preferencias por Harris porque, dice, Trump perjudicaría un poco más a México “porque trae una ideología antilatino y antimigrante”.
Por su parte, Carlos Hernández, residente también de Ciudad de México, dice que no le interesa el resultado de la elección del martes pero que sí está informado de los candidatos, aunque, para él, ninguno sería bueno para México: “Creo que ninguno de los que gane va a beneficiar a México. Nos consideran su patio trasero, pero obviamente ellos van a ver por sus intereses”.
Sin embargo, Hernández asegura que México ya convivió con Trump durante su presidencia: “Trump es muy hablador, pero la ventaja que tenemos con Trump es que el Gobierno de México ya lo conoce, a Kamala Harris no, no sabemos qué opinión tenga de los mexicanos”, dice Hernández.
Independientemente de si es Trump o Harris quien gana la presidencia, las decisiones que tomen no solo afectarán a Estados Unidos, sino también en la economía y la seguridad a ambos lados de la frontera.
Para Carlos Álvarez y Marina García, mexicanos con nacionalidad estadounidense, está claro que Harris es su favorita. Aseguran que el tema migratorio está en sus prioridades y critican el discurso de Trump sobre migración y el plan de deportación masiva.
“Está completamente en contra de los derechos humanos y de lo que es Estados Unidos. Porque Estados Unidos es un país de inmigrantes y yo creo que esa es una de las cosas que han hecho grande a Estados Unidos, el tener mentes y diferentes perspectivas de gente de todo el mundo”, dice Álvarez.
A García, por su parte, le preocupan las consecuencias de una eventual deportación masiva: “Realmente el inmigrante es muy importante para el desarrollo económico de Estados Unidos. Si va a ser una deportación masiva va a haber muchos huecos en el día a día de servicios que da el inmigrante y va a ser un problema para todos los ciudadanos”.