Un tribunal de los Países Bajos emite su fallo en la apelación de Shell sobre una orden judicial de 2021 para reducir drásticamente las emisiones proyectadas de gases de efecto invernadero en La Haya, Países Bajos, el 12 de noviembre de 2024.

(CNN) – Shell no está obligada a reducir drásticamente la contaminación que contribuye al calentamiento global para 2030, según dictó el tribunal de apelaciones de los Países Bajos este martes, revocando un fallo anterior que imponía grandes reducciones de emisiones de carbono al gigante británico de petróleo y gas.

El fallo —emitido justo cuando se celebran las conversaciones climáticas anuales en la COP29 en Bakú, la capital de Azerbaiyán— representa un golpe para los esfuerzos de los activistas ambientales que intentan obligar a las empresas petroleras a acelerar su transición fuera de los combustibles fósiles.

“Estamos contentos con la decisión del tribunal, que creemos es la correcta para la transición energética global, los Países Bajos y nuestra empresa”, dijo el presidente ejecutivo de Shell, Wael Sawan, en un comunicado.

Shell había apelado el fallo anterior, emitido en 2021, que ordenaba a la empresa reducir sus emisiones de CO2 en un 45% para 2030 respecto a los niveles de 2019. Esto incluía las emisiones de sus propias operaciones y las de los productos energéticos que vende.

Si bien el Tribunal de Apelaciones de La Haya, Países Bajos, dictaminó que Shell está obligada a limitar sus emisiones de CO2 —para proteger el planeta del cambio climático peligroso—, también señaló que no existe un acuerdo suficiente en la ciencia climática sobre un porcentaje específico de reducción que una empresa como Shell deba cumplir. Por lo tanto, desestimó el fallo anterior.

El fallo de este martes señaló que Shell ya está trabajando para reducir las emisiones de sus propias operaciones — emisiones de los llamados alcances 1 y 2 — y que forzar a la empresa a reducir las emisiones mucho mayores causadas por el uso de sus productos, conocidas como emisiones de alcance 3, no sería efectivo.

Friends of the Earth Netherlands, un grupo de activismo ambiental que llevó el caso contra Shell, expresó su decepción con el resultado.

“Esto duele”, dijo el director Donald Pols. “Al mismo tiempo, vemos que este caso ha asegurado que los grandes contaminadores no son intocables y ha avivado aún más el debate sobre su responsabilidad en la lucha contra el cambio climático peligroso. Por eso, vamos a seguir combatiendo a los grandes contaminadores, como Shell”.

Pols le dijo a CNN que Friends of the Earth Netherlands estudiaría el fallo antes de decidir si apelan ante la Corte Suprema de los Países Bajos. “Tenemos recursos limitados y siempre decidimos nuestros próximos pasos basándonos en el impacto que tendrá en el cambio climático peligroso”, dijo.

Joshua Sherrard-Bewhay, analista de la plataforma de inversión Hargreaves Lansdown, dijo que la exitosa apelación de Shell “envía una señal a los grandes emisores de que, por ahora, están a salvo de la jurisdicción de los marcos internacionales”, citando como ejemplos el Acuerdo de París, que obliga a casi todos los países a reducir drásticamente la contaminación por carbono, y la Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales.

El retroceso de Shell en los objetivos de emisiones

A pesar del fallo inicial que ordenaba a Shell reducir sus emisiones, la gran petrolera suavizó algunos de sus objetivos climáticos. A principios de este año, la empresa dijo que apuntaría a una reducción del 15-20% en la llamada intensidad neta de carbono de sus productos energéticos para 2030 en comparación con 2016, habiendo establecido anteriormente un objetivo del 20%.

También descartó un objetivo de casi reducir a la mitad su intensidad neta de carbono para 2035.

Al mismo tiempo, Shell prometió reducir a la mitad las emisiones de sus propias operaciones para 2030 y convertirse en una empresa de energía con cero emisiones netas para 2050, lo que significa que sus emisiones de gases de efecto invernadero deben llegar a cero a mediados de siglo, teniendo en cuenta toda la contaminación que produce y elimina de la atmósfera.

Shell sigue invirtiendo mucho más en combustibles fósiles que en energía limpia. El año pasado, invirtió US$ 5.600 millones en energía baja en carbono, lo que representa el 23% de su gasto total en capital. En comparación, invirtió más de US$ 16.000 millones en sus negocios de petróleo y gas.

Esta es una noticia en desarrollo y será actualizada.