(CNN) – Menos de una semana después de que comenzara la transición hacia el Gobierno de Donald Trump, y estando aún en marcha algunas de las decisiones de personal más críticas, el presidente electo ha elevado una nueva clase de candidatos: los zares.
Las discusiones sobre un rol en el futuro para el gobernador de Dakota del Norte convertido en aliado de Trump , Doug Burgum, han evolucionado hacia el de un “zar de la energía”, según dos personas familiarizadas, lo que implicaría un amplio mandato para dirigir un proceso interinstitucional que haga avanzar la agenda energética del presidente electo. CNN informó el viernes que Burgum estaba siendo considerado para el cargo de zar de la energía.
“Es una especie de versión conservadora de John Podesta [el principal asesor climático de la administración Biden]”, dijo una de las fuentes.
Burgum había estado en la carrera por un puesto a nivel de gabinete, por ejemplo, en el Departamento de Interior o el de Energía, según informó previamente CNN. Pero en los últimos días, esas conversaciones se han centrado en una función que permitiría a Burgum supervisar la política sin tener que cargar con decenas de miles de empleados o procesos laberínticos.
Es solo el último ejemplo de un destacado aspirante de Trump discutiendo un papel que opera en la esfera entre las agencias y el presidente entrante, un intento de eludir los procesos burocráticos y ejercer más poder sobre sus carteras. También significa que esos candidatos —sin la carga de un largo proceso de confirmación en el Senado— pueden poner en marcha su trabajo desde el primer día.
“Se hace hincapié en las personas que pueden llegar y ejecutar las políticas y no estar en una lista de ‘tengo que conseguir este o aquel puesto’”, dijo una segunda fuente implicada en el proceso. “Son personas que no se andan con bromas y que entrarán directamente a ejecutar la agenda del presidente”.
El término “zar” ha llegado a referirse a un cargo político con un problema específico que resolver. El presidente Barack Obama nombró a más de dos docenas de funcionarios con ese título, a menudo utilizado de manera informal, para abordar cuestiones como el cierre de Guantánamo, la contención de la propagación del ébola y la rendición de cuentas del enorme gasto de estímulo durante la Gran Recesión.
También el presidente Joe Biden nombró zares para ayudar a gestionar la respuesta a la pandemia del covid-19 y los atascos en la cadena de suministro que se produjeron como consecuencia de ella.
Con frecuencia, los presidentes electos nombran en primer lugar a las personas de mayor perfil, como los secretarios de Estado o del Tesoro. Trump también se ha centrado de forma singular en su selección para secretario de Justicia, mientras él y sus aliados sopesan las prioridades en materia de aplicación de la ley, que pueden incluir la retribución política, como ha sugerido Trump.
En cambio, las primeras selecciones de Trump han sido las de leales republicanos. Ha elegido a la representante Elise Stefanik para el puesto de embajadora en las Naciones Unidas, una función pública que promoverá la posición de Estados Unidos en conflictos en todo el mundo. Y se espera que Trump anuncie en los próximos días que Stephen Miller, su asesor de política interior desde hace tiempo, ocupará el cargo de secretario general adjunto de la Casa Blanca, centrándose previsiblemente en la inmigración.
Pero el trabajo de Miller también se verá reforzado por un zar nombrado por Trump. Tom Homan, un operador de línea dura que fue director en funciones del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, volverá a desempeñar el papel de “zar de la frontera”, que ocupó en 2019. En esa función y en otras anteriores en el Departamento de Seguridad Nacional, Homan se convirtió en la cara pública de los agresivos esfuerzos de la primera administración Trump para intensificar la aplicación de las leyes de inmigración.
“Me complace anunciar que el exdirector del ICE e incondicional del control fronterizo Tom Homan se unirá a la administración Trump, a cargo de las fronteras de nuestra nación (‘el zar de la frontera’), incluyendo, pero no limitado a, la frontera sur, la frontera norte, toda la seguridad marítima y de aviación”, dijo Trump en una publicación en Truth Social, a última hora del domingo.
Y Robert F. Kennedy Jr., candidato que apoyó a Trump bajo la promesa de un papel en la administración, está discutiendo su propio “papel de zar” para supervisar una amplia gama de cuestiones relacionadas con la salud, la agricultura y la medicina. Como muestra de la influencia que está ejerciendo sobre el proceso, Kennedy también es copresidente de la transición de Trump, según dos personas familiarizadas con el asunto.
Las discusiones para el papel de Kennedy también han incluido un componente crítico: el acceso directo al presidente, que puede ser decisivo para la actividad de cualquier asesor de alto nivel.
“Con Trump, todo es cuestión de proximidad”, señaló la primera fuente. “Si estás en una agencia, trabajando a cierta distancia de Trump, ya estás un paso por detrás”.