(CNN) – Elon Musk, la persona más rica del mundo, asumirá un rol oficial para intentar ayudar al presidente electo Donald Trump a hacer que el gobierno sea más eficiente. Esto añadirá otra responsabilidad a una lista de tareas cada vez más creciente para un CEO y líder empresarial cada vez más distraído.
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Musk, director ejecutivo de Tesla y de SpaceX, propietario de X y CEO de otras iniciativas, incluyendo Neuralink, xAI y The Boring Company, ya es un tipo bastante ocupado. Incluso si el trabajo que hará con Trump fuera solo a tiempo medio (en el anuncio se dice la función es de asesoría), será una tarea más para Musk además de dirigir la compañía de automóviles más valiosa del mundo.
Pero aquí está la cuestión: las últimas distracciones de Musk pueden no importar al final para sus (muchos) negocios. Y de hecho, hay un fuerte argumento de que están dando resultado a los inversores.
Tesla, la compañía más valiosa de Musk, en los últimos años ha debido esforzarse por mantener su dominio en el mercado de vehículos eléctricos. Las ventas se desaceleraron debido a una mayor competencia tanto en el extremo superior como en el inferior del mercado, y Tesla fue recientemente superada por su rival chino BYD en ventas de vehículos eléctricos. Mientras tanto, la compañía enfrenta numerosas investigaciones federales sobre su tecnología de conducción autónoma, y el anuncio el mes pasado del “Cybercab” (un taxi autónomo) que tanto había prometido la compañía incluyó una serie de promesas poco realistas que sonaron a mucho vacío —incluso viniendo de Musk, conocido por sus exageraciones—.
Sin embargo, para los inversores de Tesla, eso quedó atrás en la última semana. La acción de Tesla (TSLA) ha aumentado un 31% desde el día de las elecciones, porque los inversores creen que la influencia de Musk en el gobierno de Trump dará lugar a una era de desregulación —particularmente en industrias y tecnologías clave que podrían beneficiar a la compañía—.
“Los beneficios de la participación de Musk en el gobierno de Trump superan los aspectos negativos”, dijo Dan Ives, analista de Wedbush Securities. “Los inversores de Tesla quieren que Musk esté más involucrado en la Casa Blanca de Trump —no menos— debido a su influencia en el avance de la IA, los aranceles de China y la aceleración de las regulaciones de conducción autónoma”.
Musk, quien es el mayor accionista individual de Tesla, ha cosechado personalmente la recompensa del aumento de las acciones. Es US$ 55.000 millones más rico hoy que antes del día de las elecciones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
Trump ha declarado su desdén por los vehículos eléctricos, pero eso puede no importar mucho a Tesla debido a que, de hecho, la eliminación de los créditos fiscales puede ayudarla al reducir la competencia que depende más de ellos para aumentar la demanda de ventas. Además, múltiples investigaciones federales sobre la tecnología de conducción autónoma de Tesla podrían desaparecer, dijo Ives.
Mientras tanto, SpaceX aún mantiene una ventaja sobre la competencia, y una era de desregulación bajo el Gobierno de Trump podría ayudar a la compañía. La valoración de SpaceX superó, según informes, los asombrosos US$ 200.000 millones a principios de este año, según Bloomberg, incluso tras un contratiempo de Boeing con su Starliner en el que SpaceX tuvo que rescatar a los astronautas varados por su rival incapacitado. Y la compañía ahora está atrapando cohetes en el aire con “palillos”.
X, en contraste, ha tenido claramente dificultades bajo Musk —perdió el 80% de su valor, según Fidelity—, mientras los anunciantes abandonan la red social que se ha convertido en un campo liberado para el discurso de odio y las teorías conspirativas. Pero eso no es porque Musk haya estado distraído. Por el contrario, la participación en X se ha convertido en el enfoque principal de Musk, con publicaciones constantes que reivindican sus puntos de vista cada vez más de derecha.
Pero, irónicamente, la controvertida —y costosa— compra de Musk por US$ 44 mil millones de la entonces Twitter (ahora X) en 2022 fue lo que puso en marcha su descenso al agujero de conejo de MAGA, así como su ascenso al mundo de Trump que lo catapultó al cargo en el que tiene la atención del próximo presidente. Y eso ha dado a Tesla una valoración de más de US$ 1 billón. Es una de solo nueve compañías en el mercado de valores con una valoración de 13 cifras.
Ives llamó al camino de Musk un “rompecabezas de la dimensión desconocida”.
“Es un viaje que parece como si apenas estuviera comenzando”, señaló Ives.
Por supuesto, así será solo si Trump y Musk permanecen en buenos términos. Trump tiene una larga lista de antiguos aliados que cayeron en desgracia por una razón u otra. Y no importa cuánto poder e influencia pueda tener Musk, Trump tendrá la última carta ganadora: será presidente.