Donald Trump durante un evento de campaña en Harrisburg, Pensilvania, el miércoles 31 de julio de 2024.

(CNN) – Aunque el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, ha prometido que protegería el Seguro Social, no ha explicado exactamente cómo salvaría al querido —pero financieramente problemático— programa de beneficios. Tampoco tomó medidas significativas para apuntalar al Seguro Social durante su primer mandato en la Casa Blanca.

Además, varias de sus promesas de campaña recientes —incluida la eliminación de los impuestos sobre los beneficios del Seguro Social— podrían terminar siendo un costo para los jubilados en los próximos años.

Muchos presidentes y candidatos presidenciales han prometido abordar la inminente insolvencia del Seguro Social. Se espera que los fondos fiduciarios del programa se agoten en 2035 sin la intervención del Congreso, según el último informe de los fideicomisarios del Seguro Social. Después de eso, los ingresos por impuestos sobre la nómina y otros ingresos solo podrían cubrir el 83% de los beneficios adeudados.

Pero hay una razón por la cual el programa de beneficios se considera el tercer riel de la política: cualquier político que se atreva a proponer reformas, ya sea aumentar los impuestos sobre la nómina o elevar la edad mínima de jubilación o modificar la fórmula de beneficios, es rápidamente criticado.

Los defensores del Seguro Social han temido propuestas republicanas en el pasado que busquen abordar los problemas del programa. El año pasado, cuando el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, prometió formar una comisión de deuda, los defensores advirtieron rápidamente sobre el riesgo de que pudiera perjudicar los beneficios, de los cuales dependen muchos ciudadanos mayores. La Comisión de Estudio Republicano, que Johnson presidió hace varios años, ha propuesto soluciones que, según los defensores, reducirían los beneficios.

Trump despertó preocupaciones en marzo cuando sugirió, en una entrevista con CNBC, que estaba abierto a hacer recortes al Seguro Social y al Medicare.

“Hay mucho que se puede hacer en términos de beneficios, en términos de recortes y también en términos del robo y de mala gestión de los beneficios”, dijo Trump. “Hay una cantidad tremenda de cosas y números de cosas que se pueden hacer”.

Su campaña rápidamente buscó aclarar sus dichos, diciendo que Trump se refería a recortar el desperdicio.

Desde entonces, Trump ha buscado reforzar sus intenciones de proteger el programa. Él y el Comité Nacional Republicano lanzaron en julio una plataforma que indicaba que ese era uno de sus objetivos principales si ganaba la presidencia.

“LUCHAR POR Y PROTEGER EL SEGURO SOCIAL Y MEDICARE SIN RECORTES, INCLUYENDO NO HACER CAMBIOS EN LA EDAD DE JUBILACIÓN”, dice la plataforma, aunque no proporciona detalles sobre cómo Trump y el Partido Republicano abordarían la insolvencia del programa y los recortes de beneficios que la acompañan.

Durante su primera administración, Trump se centró principalmente en la llamada integridad del programa, como por ejemplo, reducir los pagos indebidos en los programas de discapacidad del Seguro Social. Mientras que sus funcionarios afirmaron que esas acciones ahorrarían miles de millones de dólares, la Oficina de Presupuesto del Congreso, no partidista, encontró que los ahorros fueron insignificantes, dijo Charles Blahous, estratega sénior de Investigación en el Centro Mercatus de la Universidad George Mason y exfideicomisario público del Seguro Social y Medicare.

Es probable que en el segundo período de Trump en la Casa Blanca no haya propuestas significativas para abordar los problemas fiscales del programa, dijo Blahous a CNN.

“El escenario más probable es que se evite, se retrase y se evada el problema”, dijo. “Eso resultaría en una certeza aún mayor de insolvencia en un término presidencial posterior”.

Trump y los impuestos del Seguro Social

Durante su campaña, Trump presentó una serie de recortes fiscales puntuales, buscando atraer a bloques clave de votantes.

Pero esa agenda drenaría ingresos fiscales críticos de los fondos fiduciarios del Seguro Social, llevándolos a quedarse sin dinero para 2031, tres años antes de lo proyectado actualmente por la Oficina de Presupuesto del Congreso, según un análisis reciente de la Comisión para un Presupuesto Federal Responsable, un organismo de vigilancia gubernamental no partidista. Y forzaría un recorte de aproximadamente el 30% en los beneficios a menos que el Congreso actúe.

Tal como está, el Seguro Social no recauda suficientes ingresos fiscales. A medida que la nación envejece, el número de beneficiarios aumenta y el número de trabajadores que contribuyen al sistema disminuye.

La campaña de Trump arremetió contra el informe de la Comisión cuando se publicó, el mes pasado, diciendo que el organismo de vigilancia ha estado “consistentemente equivocado a lo largo de los años”.

“Al liberar la energía estadounidense, eliminar regulaciones que matan empleos y al adoptar políticas fiscales y comerciales procrecimiento de EE.UU. primero, el presidente Trump reconstruirá rápidamente la mayor economía de la historia y dará al Seguro Social una base más sólida para las generaciones venideras, al mismo tiempo que eliminará los impuestos sobre el Seguro Social para los jubilados estadounidenses que tanto lo merecen”, dijo Karoline Leavitt, quien entonces era la secretaria nacional de Prensa de la campaña, en un comunicado en ese momento.

Sin impuestos sobre los beneficios del Seguro Social

En general, la plataforma de Trump reduciría los ingresos que van al programa de beneficios en aproximadamente US$ 2,3 billones en una década, encontró la Comisión.

La propuesta más costosa es eliminar los impuestos federales sobre los ingresos de los beneficios del Seguro Social. Esto drenaría los ingresos del programa en US$ 950.000 millones en 10 años, según la Comisión.

Actualmente, alrededor de la mitad de los beneficiarios, principalmente aquellos con ingresos más altos, pagan impuestos federales sobre sus pagos del Seguro Social. Deben impuestos sobre sus beneficios si ganan más de US$ 25.000 por individuo, o US$ 32.000 para parejas casadas con ingresos combinados.

Inicialmente, la medida de Trump favorecería a aquellos que ganan entre aproximadamente US$ 63.000 y US$ 206.000, quienes verían el mayor aumento promedio en su parte de ingresos después de impuestos, según el Centro de Política Fiscal. Aquellos que ganan más o menos no verían mucho cambio, si es que hay alguno.

Una vez que los fondos fiduciarios del Seguro Social se queden sin dinero, sin embargo, los beneficiarios de menores ingresos serían los más afectados. Generalmente no calificarían para la exención fiscal, por lo que sentirían todo el peso de la reducción de beneficios, dijo Marc Goldwein, director sénior de Políticas de la Comisión. Para los beneficiarios con mejores ingresos, el alivio fiscal compensaría al menos parte del recorte de beneficios.

El presidente electo también ha prometido eliminar los impuestos federales sobre las propinas y el pago de horas extras. Aunque no ha proporcionado detalles sobre ninguna de las propuestas, indicó que eliminaría tanto los impuestos sobre los ingresos como los impuestos sobre la nómina sobre las propinas. Esos movimientos recortarían alrededor de US$ 900.000 millones en ingresos para el Seguro Social, encontró la Comisión.

La Comisión también examinó los aranceles y medidas de inmigración de Trump, que estimó reducirían los ingresos para el Seguro Social en US$ 400.000 millones en una década. La promesa del presidente electo de aumentar los aranceles podría llevar a una mayor inflación, lo que generaría un ajuste anual más grande del costo de vida para el Seguro Social. Y restringir la inmigración no autorizada y aumentar la seguridad fronteriza podría reducir el número de inmigrantes indocumentados que pagan al sistema del Seguro Social.