(CNN) – Fue una noche de conmoción y asombro MAGA que ni los seguidores más devotos de Donald Trump habrían soñado.
La ráfaga de propuestas para el Gabinete y el personal por parte del presidente electo este martes, cada una más poco ortodoxa que la anterior, solo intensificó los temores entre sus críticos de que su caótico equipo está a punto de llevar al país por un camino peligroso.
Trump nombró a su nuevo amigo Elon Musk, pionero de Tesla y SpaceX, para liderar un nuevo departamento destinado a recortar agencias gubernamentales y presupuestos. Musk es un auténtico genio y visionario. Pero en su nuevo cargo, el hombre más rico del mundo podría acabar con la gobernanza y las regulaciones mientras disfruta de enormes contratos federales para sus empresas. Es una situación que hace que las alarmas éticas y conflictos de intereses del primer mandato de Trump parezcan minúsculos en comparación.
Musk estará acompañado en lo que Trump llama el “Departamento de Eficiencia del Gobierno” por el provocador aspirante a candidato presidencial del Partido Republicano, Vivek Ramaswamy, quien dejó claro que el plan es vaciar al propio Gobierno. “CIÉRRENLO”, publicó en X, la plataforma propiedad de Musk, ahora llena de propaganda pro-Trump. No está claro cómo operaría realmente este nuevo departamento, que Trump dijo “proporcionará asesoramiento y orientación desde fuera del Gobierno”.
- En un movimiento aún más sorprendente, Trump seleccionó a Pete Hegseth, presentador de Fox News y ferviente defensor del presidente electo, como secretario de Defensa. Hegseth tiene un distinguido historial de combate y realiza un excelente trabajo para los veteranos, pero carece de la experiencia estratégica de alto nivel que los presidentes suelen buscar en quienes dirigen las Fuerzas Armadas más poderosa del mundo.
- Trump también hizo oficial su selección de la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, para secretaria de Seguridad Nacional. No tiene experiencia directa en la protección de todo el país ni en antiterrorismo, ciberseguridad o control aduanero y fronterizo. Pero ha pasado años elogiando a Trump en la televisión conservadora y es una figura destacada en el movimiento “Make America Great Again” (MAGA, por sus siglas en inglés)
- Los operativos de inteligencia de Estados Unidos podrían pronto estar bajo el control de otro acólito de Trump. El exdirector interino de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe, quien enfrentó acusaciones previas de utilizar la inteligencia para favorecer políticamente a Trump, fue designado para dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
- Anteriormente este martes, Trump eligió al excandidato presidencial, presentador de Fox News y gobernador de Arkansas, Mike Huckabee, como nuevo embajador de Estados Unidos en Israel. Huckabee, según informó CNN KFile, una vez dijo que “realmente no existe tal cosa como un palestino”, lo que representa un golpe inmediato para las menguantes esperanzas de que una solución de dos Estados pueda aliviar el sufrimiento en el Medio Oriente.
Trump cosecha los frutos de su victoria
Lo que podría ser el personal de la Casa Blanca y el Gabinete más poco ortodoxo en décadas es producto de la aplastante victoria electoral de Trump hace una semana. Muchos de sus seguidores desprecian al gobierno de Washington y desean venganza contra las élites. La derrota de la vicepresidenta Kamala Harris, por otro lado, sumió a sus votantes en la tristeza e invocó un palpable sentido de temor de que la nación esté a punto de entrar en una nueva era volátil y peligrosa.
Por un momento el lunes, casi era posible pensar que Trump no resultaría tan disruptivo como se esperaba y que su eficiente nueva secretaria general de la Casa Blanca, Susie Wiles, estaba manejando todo de manera disciplinada mientras las selecciones para el gabinete se iban anunciando metódicamente. CNN y otros medios informaron que el senador de Florida, Marco Rubio, un estadista conocido a nivel mundial, probablemente sería escogido como secretario de Estado.
Pero la serie de anuncios de este martes por la noche desde el ambiente exclusivo del club Mar-a-Lago de Trump —donde supuestamente Musk está presente en el proceso de selección— sugiere que la tormenta que se avecina en Washington será tan extrema como se esperaba. (La selección de Rubio —que alivió a muchos aliados en el extranjero que temen por las alianzas con Washington— no se ha hecho oficial, ante las sugerencias de que la base de Trump está inquieta por la elevación de un excrítico que alguna vez se inclinó hacia el neoconservadurismo).
La sensación de caos creciente se exacerbó con un informe de The Wall Street Journal que indica que el equipo de transición de Trump está considerando un decreto presidencial que crearía una “junta guerrera”, que tendría el poder de recomendar la destitución de oficiales de tres y cuatro estrellas. El informe alimentó nuevos temores de que Trump, quien amenazó con despedir a generales en masa durante la campaña, purgará a la alta cúpula militar y politizará las Fuerzas Armadas, tras considerar en campaña que podría utilizar su poderío contra sus enemigos políticos cuando esté en el cargo.
Qué está pensando Trump
Cuatro cosas son ciertas acerca de las sorprendentes elecciones de Trump para altos cargos este martes:
El presidente electo tiene derecho a escoger a quien desee en su gabinete y equipo tras la legitimidad democrática de su victoria en las elecciones presidenciales.
La selección de personas como Musk, Noem y Hegseth está diseñada en parte para honrar las aspiraciones de los votantes de Trump y ejemplificar la marca externa del presidente electo, así como su desarrollado deseo de lealtad.
Su escogencia de ultra-leales surge de su frustración de que oficiales militares del establishment, funcionarios y operadores convencionales de Washington frenaran sus impulsos más extremos en su primer mandato.
Muchas de sus selecciones también son coherentes con los matices ideológicos de su movimiento político. El exfuncionario de la Casa Blanca Steve Bannon, quien fue liberado de una prisión federal la semana antes del día de las elecciones tras ser condenado por dos cargos de desacato al Congreso, declaró famosamente al inicio del primer mandato que Trump se enfocaba en la “deconstrucción del Estado administrativo”. Eso parece estar a punto de acelerarse.
Pero Trump también está asumiendo un riesgo. Si bien tiene sentido elegir a revolucionarios externos para desmantelar la gobernanza, muchos de sus seleccionados carecen del tipo de experiencia profunda y conocimiento de los departamentos que dirigirán. Podrían verse abrumados por las agencias que se supone deben transformar.
Musk, ¿de pionero espacial a reformador gubernamental?
La nueva relación de Trump con Musk, quien emergió como una poderosa fuerza en el intento de ganar un segundo mandato, es un desarrollo fascinante, aunque no está claro si el supuesto nuevo departamento que él dirigirá será una agencia gubernamental real.
El presidente electo y el pionero tecnológico forman una pareja algo inusual. Musk es una persona muy leída, y los biógrafos dicen que ha dedicado mucho tiempo a reflexionar sobre los misterios del universo, el futuro de la humanidad y el enigma de la conciencia. Trump no finge tener tal trasfondo intelectual. Y durante su carrera empresarial y política llena de escándalos y drama, el presidente electo a menudo parece simplemente intentar llegar al final del día de una pieza.
Sin embargo, tanto Musk como Trump prosperan en el caos que crean. Ambos son iconoclastas que demostraron que las reglas que aplican a los demás no los inhiben. Ambos utilizaron su riqueza para acceder al poder y derribar negocios e intereses políticos arraigados.
En el caso de Musk, una personalidad que desafía las convenciones resultó en avances asombrosos en la industria de los vehículos eléctricos que pocos otros han podido hacer rentables. La línea de cohetes SpaceX, que rescató la exploración orbital de EE.UU., tiene a Musk apuntando a poner humanos en Marte.
Con ese trasfondo y un historial de transformar industrias llenas de burocracia con innovación, Musk podría ser una figura ideal para reformar el inflexible Gobierno de EE.UU. y un sistema federal que a menudo sofoca los cambios rápidos.
Sin embargo, el creciente radicalismo político de Musk y el espectro de sus enormes conflictos de intereses potenciales plantean la posibilidad de una oligarquía estadounidense que, en lugar de revitalizar el Gobierno, podría corromperlo. Y Musk tiene el hábito de reinvenciones destructivas, un factor que podría tener enormes consecuencias en su nuevo puesto en el equipo de Trump.
Musk causó consternación al sugerir que podría reducir US$ 2 billones en el gasto federal antes de las elecciones. El presupuesto total es de aproximadamente US$ 6,5 billones. Restricciones de gasto de ese tipo casi seguramente afectarían programas como la Seguridad Social, el presupuesto militar y otros programas populares que podrían causar una tormenta política y considerables dificultades para millones de estadounidenses que no tienen las fortunas de Trump y Musk. Si ese dolor se hace evidente, Trump podría rehusarse a pagar un precio político personal por su reforma del Gobierno.
También es incierto cuán realista será el proyecto Musk-Ramaswamy. Depende del Congreso aprobar los presupuestos para el Gobierno. Trump y Musk no pueden simplemente decretar lo que sucederá. Y aunque probablemente el Capitolio esté bajo control republicano, la idea de que los legisladores acepten una cirugía fiscal tan drástica parece fantasiosa.
“Guau”: senadores reaccionan a la nominación de Hegseth
El caso a favor de Hegseth en el departamento de Defensa comienza con su distinguida carrera militar, que incluye despliegues en Iraq y Afganistán. Una de sus principales tareas, si se confirma, será buscar un aumento significativo en el presupuesto de defensa en línea con las promesas de campaña de Trump para mejorar la preparación, especialmente con miras al creciente desafío de la nueva superpotencia, China.
Pero su relativa falta de experiencia política e internacional dejó a algunos críticos de Trump desconcertados por la elección.
El representante demócrata Dan Goldman de Nueva York dijo a Erin Burnett de CNN: “Estoy impactado. Y esto es exactamente lo que temíamos y advertimos sobre Donald Trump, que es que va a nombrar leales no calificados para moldear el Gobierno en su propio feudo personal”. Goldman agregó: “Aprecio el servicio del Sr. Hegseth en nuestras fuerzas armadas, pero ser un militar no te califica para liderar el departamento de Defensa ni para tener acceso a nuestras armas nucleares”.
Mientras tanto, el exasesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, dijo a Kaitlan Collins de CNN que el mayor desafío para Hegseth surgiría si el presidente electo lo pusiera en la posición de obedecer o rechazar una orden potencialmente ilegal o inconstitucional. “¿Qué hará Pete Hegseth la primera vez que Trump le diga que ponga la 82ª División Aerotransportada en las calles de Portland, Oregon?”, dijo Bolton.
La selección de Hegseth también sorprendió al Capitolio, aunque no hubo señales inmediatas de que tendría problemas para obtener la confirmación.
“Guau”, dijo la senadora republicana Lisa Murkowski de Alaska.
El senador republicano Thom Tillis de Carolina del Norte tuvo una palabra: “Interesante”.
Varios republicanos dijeron que confiaban en la elección de Trump y predijeron que Hegseth estaría rodeado de personas capacitadas.
Pero el exabogado de la Casa Blanca de Trump, Ty Cobb, hablando en términos generales sobre la calidad de las selecciones del presidente electo, hizo una analogía con la NBA. “Creo que estamos viendo muchos Bronny James y pocos Steph Currys”, dijo a Erin Burnett de CNN.
En el caso de Hegseth, hubo una cualidad en particular que atrajo al presidente electo, quien, según se informa, estuvo evaluando a los escogidos al ver sus apariciones en televisión.
“Trump también cree que tiene la imagen”, dijo una fuente a Alayna Treene de CNN.