(CNN) – El equipo de transición del presidente electo Donald Trump está eludiendo las verificaciones de antecedentes tradicionales del FBI para al menos algunos de sus candidatos al gabinete, mientras utiliza empresas privadas para realizar la evaluación de posibles aspirantes para puestos en la administración, según personas cercanas a la planificación de la transición.
Trump y sus aliados creen que el sistema del FBI es lento y está plagado de problemas que podrían obstaculizar el plan del presidente electo de comenzar rápidamente a implementar su agenda, dijeron personas informadas sobre los planes. Los críticos dicen que las verificaciones de antecedentes intrusivas a veces revelan información comprometedora que se utiliza para infligir daño político.
Las discusiones surgen mientras Trump ha propuesto varias opciones controvertidas para puestos de alto nivel en el Gobierno de EE. UU., incluyendo a Matt Gaetz como secretario de Justicia, y a Tulsi Gabbard como directora de Inteligencia Nacional.
En última instancia, el presidente tiene la autoridad final sobre a quién nomina y con quién decide compartir información de inteligencia, independientemente del protocolo establecido después de la Segunda Guerra Mundial para asegurarse de que esas selecciones no tengan vínculos extranjeros desconocidos u otros problemas que puedan plantear preocupaciones de seguridad nacional.
Pero eludir las verificaciones de antecedentes sería desafiar una norma establecida desde hace mucho tiempo en Washington. También refleja la profunda desconfianza de Trump hacia el establecimiento de seguridad nacional, al que descalifica como el “Estado profundo”. Las fuentes dicen que ha cuestionado en privado la necesidad de verificaciones de antecedentes por parte de las fuerzas del orden.
Dan Meyer, un abogado especializado en seguridad nacional en Washington, dijo que la administración entrante de Trump “no quiere armonía”. “No quieren que el FBI coordine una norma; quieren romper la norma”, declaró.
Algunos de los asesores de Trump comenzaron a circular un memorando antes de las elecciones, instándolo a eludir el proceso tradicional de verificación de antecedentes para algunos de sus nombramientos, dijo a CNN una fuente informada sobre el memorando. En lugar de utilizar a las fuerzas del orden, el memorando proponía contratar investigadores privados que pudieran moverse más rápidamente para realizar verificaciones de antecedentes.
Sin embargo, el presidente electo siempre podría decidir, eventualmente, enviar nombres al FBI.
Algunas de las selecciones de Trump para roles en su administración podrían enfrentar problemas durante una verificación de antecedentes, planteando posibles obstáculos durante el proceso de confirmación.
Gaetz lleva años inmerso en investigaciones del Departamento de Justicia y de la comisión de etica de la Cámara de Representantes relacionadas con el tráfico sexual. El Departamento de Justicia se negó a acusar a Gaetz, y la investigación de la comisión de ética de la Cámara de Representantes, a días de concluir, se dio por terminada cuando el congresista de Florida renunció a su escaño esta semana. Gaetz ha negado en repetidas ocasiones haber cometido algún delito.
Gabbard, por su parte, ha adoptado con frecuencia posturas más favorables a líderes extranjeros considerados no sólo adversarios de Estados Unidos sino, en algunos casos, dictadores brutales, como los presidentes de Siria y Rusia, lo que ha suscitado dudas tanto entre aliados como entre críticos.
Puntualmente, Gabbard se reunió con el presidente sirio Bashar al-Assad en Siria en 2017, y dijo en 2019 que él “no era un enemigo de Estados Unidos”.
A principios de 2022, se hizo eco de la justificación del presidente de Rusia, Vladimir Putin, para la invasión de Ucrania por parte de su país, echando la culpa no a Moscú sino a la incapacidad del gobierno de Biden de reconocer “las legítimas preocupaciones de seguridad de Rusia respecto a la entrada de Ucrania en la OTAN”, una corriente de pensamiento popular en algunos círculos de derecha.
Además del proceso de confirmación, los antecedentes del FBI se utilizan para investigar a los elegidos para una autorización de seguridad, que es requisito para que un candidato a secretario de Justicia de EE.UU. pueda desempeñar el cargo.
Como presidente, Trump podría eludir el proceso y ordenar que se conceda a Gaetz una autorización de seguridad, como hizo en su primer mandato para conceder una habilitación a su yerno, Jared Kushner, después de que la aprobación se estancara en medio de preguntas sobre posibles conflictos de intereses.
Trump ordenó que se otorgaran autorizaciones a unas 25 personas cuyas solicitudes fueron inicialmente denegadas por posibles preocupaciones de seguridad nacional, informó anteriormente CNN.
Si Gaetz no participa en el proceso de evaluación, el FBI aún podría intentar realizar una investigación básica a solicitud del Senado. Pero una fuente familiarizada con el proceso señaló que es difícil recopilar algunos datos sin su consentimiento.
Los funcionarios estadounidenses todavía están esperando que el equipo de transición de Trump presente una lista de nombres, incluidos aquellos considerados para roles a nivel de gabinete, para ser evaluados formalmente para las autorizaciones de seguridad, dijo la fuente.
Hasta la fecha, el equipo de Trump ha resistido participar en el proceso formal de transición, que incluye la firma de memorandos de entendimiento y acuerdos de confidencialidad que generalmente se consideran un requisito previo para acceder a material clasificado antes de que la nueva administración asuma el cargo.
En cambio, el equipo de transición de Trump se ha centrado en realizar su propia evaluación interna de candidatos para los principales puestos clave de la administración.
El retraso en la evaluación de candidatos para las autorizaciones de seguridad también afecta al calendario de las sesiones informativas clasificadas para los funcionarios entrantes de la administración, según la fuente familiarizada con el proceso.
Si bien Trump tendrá la autoridad para anular cualquier preocupación de evaluación y otorgar acceso a material sensible una vez que asuma el cargo, no podrá hacerlo hasta que preste juramento el 20 de enero. Por lo tanto, si el equipo de Trump continúa eludiendo el proceso de evaluación, aquellos seleccionados para roles clave no podrían recibir sesiones informativas hasta entonces.
La falta de urgencia del equipo de Trump en cuanto a la evaluación previa de individuos para puestos de seguridad nacional no es sorprendente y es consistente con la manera en que manejó el proceso de transición después de las elecciones de 2016, dijo la fuente. El equipo de Trump estaba “mal preparado” para asumir en 2017, por lo que la falta actual de interés en participar en el proceso de evaluación es “lo esperable, tal vez”, agregó la fuente.
Presentar a individuos que ya tienen acceso a material clasificado o que fueron evaluados previamente podría ayudar a avanzar en el proceso, mientras que para aquellos sin experiencia en el Gobierno de EE. UU. tomará algún tiempo más. La elección de Trump del representante Mike Waltz como asesor de Seguridad Nacional es un ejemplo de ello.