(CNN) — A mil días del inicio de la guerra más terrible vivida en Europa desde los tiempos de los nazis, parece que ya se dio el banderazo de salida para iniciar conversaciones de paz en Ucrania.
El movimiento unilateral del canciller de Alemania, Olaf Scholz, de llamar al presidente de Rusia, Vladimir Putin, finalizó casi dos años de aislamiento del jefe del Kremlin de parte de líderes importantes de la OTAN.
Fue una muy mala noticia para el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en un periodo de 72 horas marcado por la decisión de la Casa Blanca de finalmente acceder a su solicitud de poder disparar armas estadounidenses ATACMS de largo alcance hacia Rusia. Zelensky expresó su frustración al decir que la llamada de Scholz con Putin abrió la “caja de Pandora”. Dijo: “Es extremadamente importante para Putin que se debilite su aislamiento”.
Horas más tarde, Zelensky pareció reconocer el impulso hacia las conversaciones, al decir que, cuando el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, asuma el poder, “la guerra terminará antes”, ya que esta fue la promesa que Trump hizo a sus votantes.
Scholz dijo que su llamada con Putin reveló que las posiciones de línea dura del líder ruso sobre Ucrania no han cambiado, pero añadió que era importante para Europa hablar con Putin, si Trump estaba a punto de hacer lo mismo.
La conversación de una hora marcó el regreso de la diplomacia al conflicto entre ucranianos y rusos que lleva ya una década, incluso si su charla trajo el refrán familiar de que aún no era el momento de hablar.
La llamada arrojó una carta comodín en una alianza occidental que experimenta una ansiedad generalizada sobre el resultado del conflicto a la luz de la elección de Trump, según más de 10 entrevistas que CNN realizó con funcionarios y diplomáticos actuales y anteriores en la última semana.
Un funcionario de Occidente dijo que había una “contención colectiva de la respiración” en las capitales occidentales antes de la inauguración de Trump.
“Los alemanes hablando con Putin, eso no habrá caído bien” entre los aliados de Ucrania, dijo el funcionario. “Dar a Putin ese impulso positivo habrá molestado a los franceses y a otros”. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha sido particularmente vocal sobre la continuación del apoyo a Ucrania.
El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, publicó en X que el considerable asalto ruso con misiles a Ucrania la noche del domingo mostró que “nadie detendrá a Putin con llamadas telefónicas… la diplomacia telefónica no puede reemplazar el apoyo real de todo Occidente a Ucrania. Las próximas semanas serán decisivas, no solo para la guerra en sí, sino también para nuestro futuro”.
La decisión del Gobierno de Biden de permitir que se disparen misiles ATACMS hacia territorio ruso es quizás un reflejo de la creciente sensación de escalada en la guerra, incluso cuando posibles conversaciones de paz se asoman en el horizonte, mientras todas las partes buscan mejorar su posición antes de una presidencia de Trump.
Analistas dijeron que el acercamiento de Scholz a Putin fue impulsado por las inminentes elecciones alemanas.
“Scholz está entrando en la campaña electoral como un ‘pacificador’ para asegurar votos que de otro modo podrían ser atraídos hacia la inclinación pro-Moscú de alguna oposición alemana”, dijo Alena Epifanova, investigadora del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores.
Epifanova dijo que el movimiento podría atraer simpatías similares dentro del propio partido SPD de Scholz, pero, “de lo contrario, es muy desafortunado para Ucrania”.
Un diplomático familiarizado con el ambiente dentro de la sede de la OTAN describió incertidumbre en la alianza sobre dónde se posicionaría Trump respecto al apoyo continuo y las negociaciones de paz, describiendo los próximos meses como críticos en el campo de batalla en Ucrania.
La incertidumbre fue reiterada por un alto funcionario de Inteligencia de Ucrania, quien dijo a CNN: “Es muy peligroso hacer predicciones ahora. ¡Esperamos lo mejor!”.
La mayoría de los analistas especulan que cualquier acuerdo implicaría un congelamiento aproximado de las líneas del frente, con Moscú y Kyiv haciendo o recibiendo garantías de seguridad para evitar que el conflicto se reavive. Rusia continúa logrando pequeñas pero constantes ganancias en la línea del frente este, y podría absorber cerca de una quinta parte de Ucrania si las líneas del frente se negociaran en nuevas fronteras permanentes. Los críticos del Kremlin también advierten sobre su historia de utilizar la diplomacia como una pausa o distracción para perseguir sus objetivos militares.
Un funcionario de Defensa de Francia dijo: “Las discusiones sobre el futuro de Ucrania entraron en sobrecarga” desde la elección de Trump, en el centro de las cuales estaban las garantías de seguridad para Ucrania.
“¿Qué tipo de concesiones aceptará Rusia?”, preguntó el funcionario. “¿Rusia conservará todas las áreas que ha tomado? Y, si congelamos el estado de las cosas, ¿realmente se acabará la guerra? ¿Puede haber paz? O ¿veremos actos de sabotaje y subversión?”.
Las promesas del Gobierno de Biden y Europa han aumentado la asistencia a Kyiv en las últimas semanas, destinadas a indicar que el apoyo de Ucrania está asegurado para los próximos meses.
Un segundo funcionario occidental dijo que un reciente acuerdo del G7 para prestar US$ 50.000 millones a Ucrania, basado en las ganancias de los activos rusos congelados, “significa que en esencia Ucrania está financieramente segura durante todo 2025”.
Los detalles de cualquier plan de paz de Trump siguen siendo poco claros, sugieren algunos analistas, ya que el presidente electo aún no ha formulado una estrategia ni ha decidido sobre el personal que pueda hacerlo. Previamente Trump dijo que podría poner fin a la guerra en un día sin explicar cómo lo lograría.
Su asesor de Seguridad Nacional entrante, Mike Waltz, no ha dicho casi nada sobre política desde que aceptó el cargo, pero escribió tres días antes de las elecciones en The Economist que luchar “‘el tiempo que sea necesario’ en una guerra de desgaste contra una potencia más grande es una receta para el fracaso”.
Los aliados han batallado por interpretar señales limitadas de la próxima Casa Blanca. Un diplomático europeo dijo: “Tomamos (a Trump) por su palabra de que se moverá hacia un acuerdo negociado”, añadiendo que la campaña de Trump había sido cautelosa al discutir su política, escuchando pero revelando poco, y “no diciendo ‘aquí está el plan’”.
Los partidarios de Trump han buscado, en parte, desmentir la idea de que el presidente electo buscaría la paz a cualquier costo para Kyiv.
Kurt Volker, enviado de Trump para Ucrania en su primer mandato de 2017 a 2019, dijo que el primer movimiento de Trump debe ser “demostrar fuerza” para que Putin se dé cuenta de que no vale la pena seguir luchando, “entonces podrás figurar los detalles a partir de ahí. Trump ha dicho muchas veces: ‘paz a través de la fuerza’”.
Volker dijo que pensaba que Trump emitiría préstamos en lugar de más ayuda a Ucrania.
“No estoy convencido de que él va a reducir la ayuda a cero. Creo que va a ser un programa de préstamo y arrendamiento”, que, según Volker, tendría un amplio apoyo republicano, haciendo referencia a un programa de la era de la Segunda Guerra Mundial bajo el cual el material hecho en EE.UU. fue efectivamente prestado a los aliados pero no devuelto.
“No le cuesta al contribuyente… ‘Pide tanto dinero como necesites, fortalece tu ejército, sé fuerte, pero deberías poner fin a la guerra’”.
Volker dijo que sentía que Trump sería influenciado por la “catástrofe” de EE.UU. en Afganistán bajo el Gobierno de Biden.
Trump “quiso salir de Afganistán él mismo, pero nunca lo hizo porque siempre le dijeron que esto es lo que sucedería”, dijo Volker.
“Él no quiere tener ese tipo de catástrofe bajo su supervisión. Intentará encontrar una manera de poner fin a la guerra, pero Ucrania sobrevive”.
La designación de Waltz como asesor de Seguridad Nacional y la nominación del senador Marco Rubio como secretario de Estado —ambos halcones de China— pueden aumentar el enfoque en la introducción de tropas y armamento norcoreano por parte de Moscú en la línea del frente, sugirieron funcionarios occidentales.
El movimiento puede salir mal para Putin, dijeron, convirtiendo la línea del frente ucraniana en una arena más global, donde Estados Unidos ahora debe enfrentar a enemigos indo-pacíficos como Kim Jong Un y su ocasional patrocinador Beijing.
Un exdiplomático estadounidense familiarizado con el enfoque de Trump explicó que la controvertida actitud amistosa del presidente electo hacia el jefe del Kremlin derivaba de que Trump no quería “demonizar a los adversarios o a las personas con las que tiene que hacer tratos”.
Añadió: “Tomará decisiones políticas que son difíciles, o permitirá que otros lo hagan”, pero quiere “tener una relación”.
El exdiplomático dijo que la historia engañosa de Moscú en las negociaciones era la razón por la que Kyiv debe estar debidamente armado como parte de cualquier acuerdo. “Putin no será sincero, seamos claros”, dijo el diplomático.
“Va a pedir cosas que son irracionales. Y luego, incluso si acepta un alto el fuego, aún planeará atacar nuevamente más tarde”.