(CNN Español) – El 4 de julio de 2011, María Cash, una joven diseñadora de 29 años, abordó un autobús en Buenos Aires para viajar a Jujuy, en el norte de Argentina. Pero, por motivos que se desconocen, se bajó antes e inició un errático recorrido tras el que desapareció sin dejar rastro. El último en verla fue un camionero que, desde el inicio de la causa, declaró como testigo. Ese hombre fue detenido este martes y acusado de homicidio calificado por alevosía, 13 años después. La Fiscalía considera que hay contradicciones en su declaración.
El detenido es Héctor Romero, un hombre de 71 años que figura en el expediente desde el inicio, por ser la última persona que se sabe que tuvo contacto con Cash antes de su desaparición.
Romero fue arrestado por “una serie de contradicciones y otras pruebas”, le dijo a CNN una fuente con acceso a la investigación. La orden la dictó la jueza federal de Garantías 2, Mariela Giménez, luego de un dictamen presentado por el fiscal general Eduardo Villalba, en el que pone en duda “la versión que dio Romero sobre su encuentro con Cash” y que, según la misma fuente, “lo coloca como principal sospechoso de su desaparición”. Romero fue llevado ante la justicia este miércoles, donde se lo imputó de homicidio. Romero negó las acusaciones en su contra y se declaró inocente.
CNN contactó a la defensa de Romero pero aún no ha obtenido respuesta.
¿Por qué es Romero el sospechoso?
Para los investigadores, Romero quedó comprometido por dar “tres versiones distintas” a lo largo de la causa sobre el encuentro que tuvo con Cash. “En su primera alusión a la joven, el 14 de julio de 2011, sostuvo que su encuentro con ella fue a la altura de la rotonda (local) previo al ingreso a la ciudad de General Güemes. Indicó que la trasladó hasta la finca El Estanque, sobre la ruta 9/34 que conduce al sur del país”, indica un documento de la Fiscalía al que accedió CNN. “El 28 de julio, de ese mismo año, sin embargo, cambió su versión y situó el encuentro en el paraje Palomitas, sobre la misma ruta”, detalla el escrito.
En tanto, el documento añade que el 28 de agosto de 2019, en una nueva declaración, Romero “volvió a cambiar el lugar de encuentro y aseguró que dejó a Cash en la gruta de la Difunta Correa (una especie de “santa” pagana argentina), también sobre la misma ruta”.
Cuando la Fiscalía le preguntó por estas contradicciones, Romero “se limitó a negar los dos lugares previos y se mantuvo en que dejó a la diseñadora unos metros antes de la gomería ubicada antes de la Difunta Correa”, dice el escrito de la Fiscalía.
El documento también cita presuntas contradicciones de Romero al describir la vestimenta que llevaba la joven cuando se la encontró. También menciona una declaración de su hermano, que, según la Fiscalía, dijo que si su hermano (en referencia a Héctor) había cometido un error “que se haga cargo”. En el documento citado, la Fiscalía sostiene que el acusado negó haber hablado de su encuentro con Cash con sus familiares.
Con base en estos y otros elementos se determinó investigar formalmente a Romero como sospechoso de homicidio y se le dictó prisión preventiva.
“Todo indica que Romero le quitó la vida a María Cash e hizo desaparecer el cuerpo. Pediremos un rastrillaje por la zona”, dijo el fiscal, según el documento anteriormente citado.
Un recorrido errático y el misterio sin resolver
Los últimos movimientos registrados de Cash no han podido ser explicados a lo largo de la investigación. La joven, que viajaba en autobús a la ciudad de San Salvador de Jujuy, a unos 1.500 km. de Buenos Aires, su lugar de origen, se bajó antes, en la provincia de Tucumán, donde abordó otro autobús hacia Rosario de la Frontera, en Salta, según pudo reconstruir la justicia.
Agrega la investigación que una vez en ese lugar, un camionero la trasladó hasta el ingreso de La Banda, una localidad de la provincia de Santiago del Estero. Allí abordó un nuevo autobús, otra vez rumbo a Jujuy. Llegó al lugar el 6 de julio de 2011, dos días después de su partida de Buenos Aires.
La reconstrucción del caso determinó que Cash hizo una llamado telefónico a un amigo en Jujuy y a su familia y luego se la vio haciendo dedo (pidiendo un aventón) en la ruta.
Cerca de la medianoche ese mismo día, una cámara de seguridad la captó en el acceso a la ciudad de Salta.
Al día siguiente ingresó al hospital San Bernardo de esa ciudad, según consta en los registros. Pidió atención médica, pero se retiró antes de que la asistieran. Testigos indicaron que se la veía “físicamente demacrada”, según consta en el expediente.
Horas más tarde, personal del peaje de la ruta en la que había sido captada por una cámara de seguridad, encontró la mochila de la joven. El próximo registro de sus movimientos fue aportado por un automovilista, que dijo que la había trasladado desde el hospital hasta el acceso a la ciudad de Salta.
El 8 de julio, la joven tocó la puerta en una casa de esa zona, pidió alojarse allí, pero no la dejaron entrar.
De lo que se pudo averiguar sobre cómo siguió su recorrido, su siguiente contacto fue con dos empleados de una estación de servicio de la ciudad salteña de General Güemes. Uno de ellos dijo que la joven le aseguró que no estaba “alterada ni perdida”.
Finalmente, en la tarde del 8 de julio, según testigos, Cash estaba pidiendo un aventón en la ruta nuevamente. Allí se subió al camión de Héctor Romero, el hombre que ahora quedó detenido y acusado del homicidio. Romero ya había declarado como testigo, indicando que trasladó a la joven hasta la gruta de la Difunta Correa. Allí se pierde el rastro de Cash.
Desde entonces, se siguieron numerosas pistas para dar con su paradero, pero la joven nunca fue hallada. Ahora los investigadores tienen una nueva teoría, que pone a Romero en el centro de las sospechas: que a María Cash la mataron y su cuerpo fue ocultado en la zona donde fue vista por última vez.