(CNN) – Un satélite de última generación sobrevuela la Tierra 15 veces al día. Busca fugas de metano, un gas invisible y supercontaminante que está calentando el planeta de forma drástica.
Sus mediciones son lo suficientemente precisas como para trazar mapas térmicos de los mayores infractores, iluminando todos los lugares que están expulsando el gas a la atmósfera a un ritmo asombroso, sin el conocimiento de los reguladores, mientras el planeta se dirige hacia lo que los científicos advierten que podrían ser impactos irreversibles del cambio climático.
Las primeras conclusiones de MethaneSAT indican que la industria del petróleo y el gas expulsa este gas a un ritmo de tres a cinco veces superior al promedio estimado por la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU. y muy por encima del ritmo que la propia industria acordó en 2023.
En la cuenca Pérmica, una de las más productivas de petróleo y gas del mundo, las fugas de metano superan entre 9 y 14,5 veces el límite acordado por la industria, casi 640.000 libras (290 toneladas) por hora. En la cuenca de los Apalaches, las fugas cuadruplican el límite fijado por la industria.
Y en la cuenca de Uinta, en Utah, el índice de fugas es 45 veces superior al límite establecido por la industria. Aunque en general las fugas son menores que en la cuenca Pérmica, por ejemplo, se trata de una cuenca más antigua –con equipos más viejos y con fugas– que produce mucho menos petróleo y gas.
“Es muy revelador ver por primera vez este tipo de observación”, afirma Ritesh Gautam, científico principal de MethaneSAT. “Las imágenes que empezamos a ver eran simplemente extraordinarias en cuanto a la precisión global de los datos”.
La contaminación por metano se ha subestimado durante mucho tiempo y no se conoce bien; sin embargo, el gas natural –que contiene hasta un 90% de metano– se está convirtiendo en el combustible fósil preferido para generar electricidad. Lo que sí saben los científicos es que el metano atrapa unas 80 veces más calor que el dióxido de carbono en sus primeros 20 años en la atmósfera.
“Subestimar los niveles reales de emisión de metano significa subestimar su impacto sobre el calentamiento. Dada la potencia del metano, se trata de un verdadero problema”, afirma Antoine Halff, cofundador y analista jefe del grupo de vigilancia medioambiental Kayrros. “Si no comprendemos la magnitud del problema, nuestros esfuerzos de mitigación no serán lo suficientemente agresivos”.
Los informes iniciales del satélite han sido asombrosos. Más de medio millón de pozos que producen solo del 6 al 7% del petróleo y gas de EE.UU. generan aproximadamente el 50% de la contaminación por metano de la industria.
Las fugas “pueden ser difíciles de detectar individualmente, pero todas se suman”, dijo Gautam. “En conjunto, hay tantas de ellas: miles y miles en estas cuencas”.
El satélite también recopiló datos de Turkmenistán y Venezuela, otros dos países grandes productores de petróleo.
El problema es particularmente grave en la cuenca del mar Caspio del sur en Turkmenistán, uno de los mayores puntos calientes de metano del planeta. Esta región está emitiendo metano a 1,5 veces la tasa de la cuenca Pérmica, según los datos, más de 970.000 libras por hora (440 toneladas por hora).
Los científicos confían en las lecturas de MethaneSAT porque sus datos coinciden con los de estudios anteriores. El análisis de la contaminación mundial por metano realizado por Kayrros, en 2023, reveló que Turkmenistán tenía la mayor intensidad de metano procedente del petróleo y el gas del mundo, aunque las emisiones han ido disminuyendo, señaló Halff.
“Turkmenistán es un gran productor de petróleo y gas con infraestructuras anticuadas, algunas de las cuales se remontan a la era soviética”, explicó a CNN. Los equipos obsoletos suelen tener más fugas y, en algunas zonas de la cuenca del Caspio, el gas suele tratarse como un residuo y se ventea o quema en antorcha.
MethaneSAT también produjo las primeras imágenes de las emisiones de metano de Venezuela, un petro-Estado sudamericano con las mayores reservas de petróleo del mundo. Sin embargo, debido a su proximidad a los trópicos y a su frecuente nubosidad, la captación de sus emisiones de metano ha resultado difícil.
“Lo que queda son observaciones de metano entre la presencia de nubes… que revelan por primera vez estos grandes focos de emisión en regiones persistentemente nubladas como Venezuela”, explica Gautam.
Combatir las emisiones de metano tiene un gran potencial para frenar el ritmo de la crisis climática. Reducir la contaminación por metano es la forma más rápida de frenar el ritmo de la crisis climática, y la industria del petróleo y el gas “es la ‘fruta madura’ de la mitigación del metano”, afirmó Rob Jackson, presidente del Global Carbon Project y profesor de Clima en la Universidad de Stanford.
Pero la crisis climática sigue necesitando una solución real, que es dejar de utilizar combustibles fósiles por completo, dijo Jackson.
Tapar las fugas es “fingir que se reducen las emisiones”, dijo Jackson. “Las empresas hacen creer que reducir la intensidad de las emisiones es reducir las emisiones reales. Por supuesto, no lo es. Es mejor que nada, pero evita la necesidad más imperiosa de reducir el uso de combustibles fósiles”.