(CNN) – Una estampida en un partido de fútbol en Guinea dejó al menos 56 muertos y muchos otros heridos, según informaron el lunes las autoridades.
El ministro de Información, Fana Soumah, dijo en un comunicado que se estaba investigando la causa de la avalancha en un estadio de la ciudad meridional de Nzerekore.
Videos difundidos en las redes sociales mostraban a los aficionados luchando por salir del abarrotado estadio.
“El gobierno deplora los incidentes que han empañado el partido de fútbol entre los equipos de Labé y Nzérékoré esta tarde en Nzérékoré”, declaró anteriormente el primer ministro Bah Oury en un comunicado.
“El gobierno sigue la evolución de la situación y reitera su llamamiento a la calma para que los servicios hospitalarios no se vean obstaculizados a la hora de prestar los primeros auxilios a los heridos”, declaró Oury, que ordenó a las autoridades de la ciudad restablecer “la tranquilidad social”.
El comunicado de Oury no daba cuenta de lo sucedido en el interior del estadio, pero decía que posteriormente se elaboraría un informe más detallado.
Un video geolocalizado por CNN mostraba a los aficionados escalando un muro mientras intentaban huir del estadio de Nzérékoré, en el sureste de Guinea.
Mediaguinee dijo que los enfrentamientos entre los aficionados y la seguridad comenzaron por una serie de decisiones arbitrales seguidas de una estampida cuando la multitud intentaba escapar del estadio.
CNN no ha podido verificar esas informaciones.
El medio de comunicación local Avenirguinee informó que el partido formaba parte de un torneo organizado por la junta militar que gobierna Guinea para apoyar la candidatura de Mamady Doumbouya.
Doumbouya, que tomó el poder en un golpe de Estado en 2021 y se ha autoproclamado presidente, aspira a presentarse a las elecciones presidenciales previstas para 2025.
Doumbouya es una de las varias figuras que han tomado el poder en la inestable región desde 2020.
En África Occidental y Central se han producido al menos ocho golpes de Estado desde 2020, a medida que la agitación política exacerba el temor a una deriva hacia un régimen militar en una región rica en recursos, pero azotada por la pobreza.