BROWNSVILLE, TEXAS - NOVEMBER 19: U.S. President-elect Donald Trump attends a viewing of the launch of the sixth test flight of the SpaceX Starship rocket on November 19, 2024 in Brownsville, Texas. SpaceX’s billionaire owner, Elon Musk, a Trump confidante, has been tapped to lead the new Department of Government Efficiency alongside former presidential candidate Vivek Ramaswamy. (Photo by Brandon Bell/Getty Images)
Wall Street no cree las amenazas de deportaciones masivas de Trump
03:25 - Fuente: CNN

(CNN) –Donald Trump corre el riesgo de perder a otro de sus provocadores miembros del Gabinete, en un nuevo golpe a su intento de sacudir Washington en su segundo mandato.

El presidente electo enfrenta una decisión sobre cuánto desea que el expresentador de Fox News, Pete Hegseth, dirija el Pentágono.

La candidatura de Hegseth se topó este martes con fuertes vientos en contra, en medio de un creciente malestar entre algunos senadores del Partido Republicano por las acusaciones sobre su trato a las mujeres, su consumo de alcohol y su capacidad para dirigir el gigante militar estadounidense.

Un puñado de senadores republicanos dijo públicamente que Hegseth tenía que responder a preguntas sobre su supuesta conducta, y fuentes cercanas a Trump barajaron posibles alternativas para el cargo de secretario de Defensa.

Las esperanzas de Hegseth parecen estar disminuyendo antes de una entrevista con Fox News programada para este miércoles. Una fuente de alto rango de la administración Trump dijo a Jake Tapper de CNN a última hora de la noche de este martes: “Mañana va a ser absolutamente crítico”. La fuente sugirió que Hegseth no había sido comunicativo con el equipo de Trump sobre su comportamiento pasado en relación con las mujeres y el alcohol.

Los criterios de Trump para elegir a los secretarios del Gabinete parecen depender de cuán dispuestos estén a hacer exactamente lo que él quiere —en este caso, eliminar a los generales que considera “woke” (palabra asociada con diferentes movimientos en contra de las injusticia sociales)— y de qué tan bien se vean en televisión. Pero los subordinados de Trump entran en una zona de peligro cuando empiezan a parecer acosados y asediados, reflejando una mala imagen de él. Eso fue lo que le ocurrió al fugaz nominado a secretario de Justicia, Matt Gaetz, el mes pasado, y Hegseth corre el riesgo de entrar en un territorio similar.

Su destino no solo dependerá de si un número suficiente de senadores republicanos se pliegan al presidente electo. Trump debe decidir cuánto de su considerable pero limitado capital político quiere gastar en conseguir la confirmación de Hegseth e incluso si está dispuesto a seguir adelante con una audiencia de confirmación seguramente explosiva a principios del próximo año.

En cuanto fue elegido, Hegseth se vio obligado a dar explicaciones sobre una supuesta agresión sexual a una mujer en 2017 que él niega. Ha dicho que el encuentro fue consentido y no fue acusado. Pero ahora se enfrenta a nuevas revelaciones después de que The New Yorker informara que se vio obligado a abandonar los grupos de defensa de los veteranos por acusaciones de mala gestión y mala conducta personal. La revista describió en un informe la denuncia de exempleados que afirmaron que estaba intoxicado en eventos de trabajo y persiguió al personal femenino. La revista no dio el nombre de los empleados que estaban detrás de las denuncias, y CNN no ha revisado el informe de forma independiente. (Un asesor de Hegseth dijo que los informes eran “afirmaciones extravagantes” de un antiguo colaborador descontento).

Hegseth expresó opiniones que podrían haberle granjeado la simpatía de Trump, pero que podrían resultar problemáticas en su comparecencia. Por ejemplo, KFile, de CNN, informó este martes que cuando estallaron las protestas en ciudades estadounidenses en 2020, sugirió en Fox que se enviaran tropas a Seattle.

Hegseth forma parte de un grupo de miembros del Gabinete que reflejan la furia de Trump contra la élite de Washington y su deseo expreso de venganza. Aunque carece de experiencia estratégica, diplomática y de gestión de alto nivel, su distinguido historial bélico le ayudaría a conectar con las bases.

Pero una elección de Gabinete tiene un límite antes de que el goteo de polémicas empiece a perjudicar al presidente electo. Y los crecientes problemas de Hegseth están empezando a acaparar titulares que restan valor al intento de Trump de dominar la narrativa política antes de tomar posesión.

Los republicanos no quieren un enfrentamiento con Trump

Los senadores republicanos no buscan un enfrentamiento con Trump, que tomará posesión el mes que viene como el nuevo presidente más poderoso en décadas.

Pero Hegseth solo puede perder los votos de tres republicanos en el nuevo Senado y aun así ser confirmado. Así que la mayoría de los senadores del Partido Republicano podrían respaldarlo y mantenerse firmes con Trump, y solo unos pocos disidentes podrían echar por tierra su nominación, aunque seguramente preferirían no tener que emitir un voto público contra el presidente electo. Ese dilema es especialmente agudo desde que la preocupación entre los senadores republicanos ayudó a descarrilar la selección de Gaetz el mes pasado.

La sensación de que los nombramientos menos ortodoxos de Trump para altos cargos se están volviendo propensos a los accidentes se vio reforzada el martes cuando Chad Chronister, un sheriff de la Florida, se retiró de la consideración para dirigir la Administración de Control de Drogas. Dijo que decidió apartarse después de que “la gravedad de esta importante responsabilidad se impuso”.

El nominado por el presidente electo Donald Trump para ser secretario de Defensa, Pete Hegseth, llega a una reunión con la senadora Shelley Moore Capito en el edificio de oficinas del Senado Russell en Capitol Hill el 3 de diciembre.

Hegseth se enfrenta a un momento clave en una entrevista con Fox

Las posibilidades de Hegseth difícilmente se vean  favorecidas por un correo electrónico obtenido por The New York Times, en el que su madre le dijo en 2018 que era un hombre que “menosprecia, miente, engaña, tiene aventuras y usa a las mujeres para su propio poder y ego.” (Penelope Hegseth defendió a su hijo la semana pasada, diciendo al Times que su caracterización sobre cómo trata a las mujeres “nunca ha sido cierta” y que escribió el correo “con ira, movida por la emoción”).

El veterano de las guerras de Iraq y Afganistán se dirige este miércoles a su antiguo territorio en Fox News para una entrevista que insinúa la crisis que se está creando en torno a sus esperanzas. (Su madre también tiene previsto aparecer en “Fox and Friends”.) Trump sin duda estará pendiente de uno de sus canales favoritos para evaluar la durabilidad de Hegseth. Y cualquier pregunta sobre el pasado y el comportamiento de Hegseth arrojará luz una vez más sobre la falta de investigación de algunos de los elegidos del Gabinete de Trump que fueron anunciados en una ráfaga cuando la naciente nueva administración aspiraba a un comienzo rápido.

Una cuestión clave es hasta qué punto las acusaciones de transgresiones personales importan a Trump, que se ha enfrentado a sus propias acusaciones, todas las cuales ha negado. El presidente electo fue declarado responsable de abuso sexual en un juicio civil interpuesto por la escritora E. Jean Carroll. El caso de Gaetz puede ser instructivo. No era ningún secreto que el excongresista de la Florida se enfrentaba a acusaciones, que negó una y otra vez y en las que no fue acusado, de un encuentro sexual con una menor. Pero cuando la cobertura del asunto se convirtió en una gran batalla en el Capitolio por un informe de la Comisión de Ética de la Cámara de Representantes, sus días estaban contados, y finalmente retiró su candidatura alegando que estaba distrayendo al presidente electo.

Entonces quedó claro que, si bien Trump se ha forjado una piel de teflón que le permite desafiar la gravedad política, algunos de sus acólitos que modelan sus carreras políticas siguiendo su ejemplo carecen de su legendaria impunidad.

Y un aspecto de la historia de Hegseth podría hacer reflexionar a Trump, el relativo a las acusaciones de intoxicación en el pasado. El presidente electo es un famoso abstemio y ha hablado de cómo el alcoholismo ayudó a matar a su hermano, Fred. Él “tenía la mejor personalidad, mejor que la mía, pero tenía un problema con el alcohol y me decía ‘no bebas, no bebas’”, dijo Trump en 2017.

La confirmación de Hegseth será “difícil”

La presión en torno a la nominación de Hegseth aumentó después de que los senadores regresaran de las vacaciones de Acción de Gracias.

El senador republicano por Carolina del Sur, Lindsey Graham, frecuente compañero de golf de Trump y veterano militar, advirtió que algunas de las acusaciones sobre Hegseth “van a ser difíciles.”

La senadora por Iowa Joni Ernst, otra veterana que ha sido mencionada como posible alternativa para secretaria de Defensa, dijo que tendría “una conversación realmente franca y profunda” con Hegseth. Y el senador republicano por Louisiana Jon Kennedy dijo que había leído todos los artículos y acusaciones sobre Hegseth y que “iba a tener que abordarlos”. Kennedy señaló el correo electrónico que la madre de Hegseth supuestamente envió a su hijo - “De todas las acusaciones que he visto esa es probablemente la más grave”, dijo.

El nominado por el presidente electo Donald Trump para secretario de Defensa, Pete Hegseth, se reúne con el senador Tommy Tuberville en Capitol Hill el 2 de diciembre.

La senadora Cynthia Lummis, de Wyoming, dijo que Hegseth tenía que abordar las últimas acusaciones, y el senador James Lankford, de Oklahoma, dijo que creía que era “razonable” y “justo” preguntar sobre las acusaciones de que Hegseth se emborrachaba en actos de trabajo. El senador de Missouri Josh Hawley, por su parte, reconoció que algunos de sus colegas estaban “muy preocupados” por las cualificaciones de Hegseth, pero les instó a escucharle en una audiencia de confirmación.

Hasta ahora, solo una pequeña minoría de senadores republicanos ha planteado dudas sobre Hegseth. El senador de Alabama Tommy Tuberville, por ejemplo, dijo a los periodistas este lunes que había hablado con el elegido de Trump para el Pentágono sobre las acusaciones de mala conducta y “no va a haber nada de esto al final del día”.

Pero los procesos de confirmación toman su propio impulso de una manera u otra, y los comentarios públicos de algunos senadores republicanos se parecen mucho a mensajes codificados de preocupación para Trump en su resort de Mar-a-Lago. Después de todo, Trump podría encontrar otro secretario de Defensa designado que podría ser casi tan experto en la lucha contra las guerras culturales dentro del Pentágono como Hegseth, pero que podría no desviar la atención de la conmoción y asombro del inicio de su administración que Trump está planeando.

La nueva controversia sobre Hegseth se ha producido en un día en el que la transición de Trump firmó un memorando de entendimiento con el Departamento de Justicia. Esta medida allanaría el camino para que los candidatos a puestos en el Gabinete se sometan a comprobaciones de antecedentes del FBI para recibir autorizaciones de seguridad. Esto no significa necesariamente que el presidente electo vaya a exigir este tipo de investigación a todos sus candidatos. Pero varios senadores republicanos dijeron que esperaban que se tomaran esas medidas, especialmente en el caso de Hegseth.

“Creo que necesitamos una comprobación de antecedentes del FBI para evaluar las acusaciones”, declaró este martes a la CNN la senadora por Maine Susan Collins, quien añadió que Hegseth también debería rellenar el cuestionario habitual sobre sus antecedentes y participar en una audiencia pública.

Si no consigue la confirmación, Hegseth no sería el primer secretario de Defensa republicano cuya candidatura se hunde a causa de acusaciones sobre mujeres y consumo de alcohol. En 1989, el Senado se resistió a confirmar a uno de los suyos, John Tower, de Texas, después de que el presidente George H. W. Bush le pidiera que dirigiera el Pentágono.

Manu Raju, de CNN, preguntó al senador republicano por Dakota del Norte Kevin Cramer si las normas habían cambiado desde aquellos días.

“No creo que haya duda de que la tolerancia hacia ciertas cosas ha cambiado”, dijo Cramer. “En muchos aspectos, la gracia abunda aún más. Y creo que eso no es tan malo. Por eso, quiero decir, me encanta una buena historia de redención, y espero que eso sea lo que tiene Pete”.