El cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la NASA con la nave espacial Orión en la parte superior es fotografiado en el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida el 26 de agosto de 2022, antes del lanzamiento del Artemis I.
CNN  — 

El programa Artemis de la NASA, que pretende devolver astronautas a la Luna esta década en medio de un renovado impulso internacional por la exploración lunar, se enfrenta a más retrasos. La agencia comunicó el jueves que una misión prevista para alunizar en 2026 no tendrá lugar ahora antes de mediados de 2027.

Además, una misión de reconocimiento que estaba programada para llevar astronautas alrededor de la Luna en septiembre de 2025 tendrá lugar ahora no antes de abril de 2026.

Ese retraso está vinculado en parte a problemas con la cápsula Orion para la tripulación que albergará a los astronautas durante ambas misiones lunares. La NASA reveló anteriormente que el escudo térmico de la nave, que impide que Orion se queme cuando el vehículo reingresa en la atmósfera terrestre, se carbonizó y erosionó de forma inesperada durante la misión Artemis I sin tripulación en 2022.

La agencia espacial ha “realizado pruebas exhaustivas para comprender el riesgo que correrán nuestros astronautas al cumplir los objetivos de volver a aterrizar en la Luna”, declaró el jueves el administrador de la NASA, Bill Nelson, quien añadió que esas pruebas permitieron identificar la causa fundamental de los problemas del escudo térmico.

El problema está relacionado con el modo en que la cápsula Orión entra de nuevo en la atmósfera terrestre al regresar del espacio profundo, explicó la administradora adjunta de la NASA, Pam Melroy. El vehículo utiliza lo que la NASA denomina una “reentrada de salto”, que actúa como una roca que salta sobre la superficie de un estanque para ralentizar su descenso.

Orión recurre a esta maniobra “porque la velocidad de la nave y la energía que tiene que disipar es mucho mayor que la energía que se disipa al regresar de la órbita terrestre baja”, explicó Melroy.

Sin embargo, el problema surgió cuando, conforme la cápsula Orión entraba y salía de la atmósfera durante el regreso de Artemis I, “se acumuló calor en el interior de la capa exterior del escudo térmico”, lo que provocó el inesperado desgaste, según Melroy.

La NASA planea solucionar el problema haciendo volar el Artemis II con una “trayectoria modificada”.

El anuncio no es más que el último de una serie de retrasos en el Programa Artemis, piedra angular de la agencia espacial.

La NASA ha anunciado esporádicamente varios cambios de calendario mientras la agencia trabaja para prepararse para Artemis II, una misión que enviará astronautas al espacio profundo. Hasta ahora, la agencia únicamente ha lanzado un vuelo de prueba sin tripulación del cohete previsto para llevar astronautas a la Luna: el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS). Ese vuelo de prueba, llamado Artemis I, despegó en 2022.

Los retrasos están alejando la fecha prevista para el aterrizaje de Artemis III, la misión que llevará astronautas a la superficie lunar, del plazo que la NASA se había fijado antes del primer mandato del presidente electo Donald Trump.

Antes de que Trump asumiera el cargo, la NASA había apuntado a 2028 para el primer alunizaje. Pero en 2019, el entonces vicepresidente Mike Pence hizo la sorprendente declaración de que la administración ordenaría a la NASA acelerar drásticamente ese calendario, con el objetivo de realizar un alunizaje tripulado para 2024.

Pence anunció en parte la decisión de intentar acelerar un alunizaje estadounidense como parte de una carrera espacial contra China. Funcionarios del Capitolio han dado habitualmente la voz de alarma sobre la posibilidad de perder el dominio estadounidense en el espacio.

Durante un acto con la prensa celebrado en abril de este año, responsables chinos anunciaron que planeaban poner astronautas en la Luna para 2030.

El jueves, Nelson también destacó la intención de la NASA de alunizar astronautas en el polo sur de la Luna, que se cree alberga valiosas reservas de hielo de agua que podrían convertirse en combustible para cohetes o incluso en agua potable.

“Es vital para nosotros alunizar en el polo sur, para no ceder partes de ese polo sur lunar a los chinos”, dijo Nelson.