Smoke rises during a wildfire in the village of Sofiana, about 142 km west of Athens, on October 1, 2024. Hundreds of firefighters battled for a third day on October 1, 2024, to contain a forest wildfire in Greece's Peloponnese peninsula that killed two people, a minister said. (Photo by Angelos TZORTZINIS / AFP) (Photo by ANGELOS TZORTZINIS/AFP via Getty Images)
Jorge Rickards: Los ecosistemas están en punto de inflexión por el cambio climático
03:32 - Fuente: CNN
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El año pasado fue el más caluroso registrado, los océanos hirvieron, los glaciares se derritieron a un ritmo alarmante y los científicos se esforzaron por comprender exactamente por qué había ocurrido.

Saben que el calor extraordinario fue alimentado por una serie de factores, principalmente la contaminación que calienta el planeta debido a la quema de combustibles fósiles y el patrón climático natural de El Niño. Pero estos factores por sí solos no explican el aumento inusualmente rápido de la temperatura.

Ahora, un nuevo estudio publicado este jueves en la revista Science dice que se identificó la parte faltante del rompecabezas: las nubes.

Para ser más específicos, el rápido aumento del calentamiento fue potenciado por una escasez de nubes bajas sobre los océanos, según la investigación. Este hallazgo puede tener implicaciones alarmantes para el calentamiento futuro.

En términos simples, menos nubes bajas y brillantes significan que el planeta “se ha oscurecido”, lo que le permite absorber más luz solar, dijo Helge Goessling, autor del informe y físico climático del Instituto Alfred Wegener en Alemania.

Este fenómeno se llama “albedo” y se refiere a la capacidad de las superficies de reflejar la energía del sol hacia el espacio.

El albedo de la Tierra ha estado disminuyendo desde la década de 1970, según el informe, debido en parte al derretimiento de la nieve clara y el hielo marino, exponiendo tierra y agua más oscuras que absorben más energía del sol, calentando el planeta.

Las nubes bajas también contribuyen a este efecto, ya que reflejan la luz solar.

Los científicos analizaron datos satelitales de la NASA, datos meteorológicos y modelos climáticos y descubrieron que la disminución de las nubes bajas redujo el albedo del planeta a mínimos históricos el año pasado. El estudio determinó que algunas áreas, incluidas partes del océano Atlántico Norte, experimentaron una caída particularmente significativa.

El año pasado encaja en un declive de una década en la cobertura de nubes bajas, dijo Goessling a CNN.

Lo que el estudio aún no puede explicar con certeza es por qué sucede esto. “Es una bestia muy compleja y muy difícil de desentrañar”, dijo Goessling.

Él cree que es probable que sea el resultado de una combinación de factores. El primero es una reducción en la contaminación del transporte marítimo debido a las regulaciones destinadas a reducir las emisiones nocivas de azufre de la industria. Si bien esto ha sido una victoria para la salud humana, este tipo de contaminación también estaba ayudando a enfriar el planeta al hacer que las nubes brillaran.

Las variaciones naturales del clima, incluidos los cambios en los patrones oceánicos, también pueden haber contribuido, pero Goessling señala un tercer factor, más alarmante: el calentamiento global en sí.

Las nubes bajas tienden a prosperar en una atmósfera baja, fría y húmeda. A medida que la superficie del planeta se calienta, esto puede hacer que se adelgacen o se disipen por completo, lo que genera un complicado ciclo de retroalimentación en el que las nubes bajas desaparecen debido al calentamiento global y su desaparición luego impulsa un mayor calentamiento.

Si esto sucede, las proyecciones de calentamiento futuro podrían estar subestimadas y “deberíamos esperar un calentamiento bastante intenso en el futuro”, dijo Goessling.

Mark Zalinka, científico atmosférico del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore quien no participó en el estudio, dijo que “el hecho de que las nubes jueguen un papel clave en la historia tiene sentido, ya que esencialmente actúan como protector solar de la Tierra”.

Pequeños cambios en la cobertura de nubes pueden “cambiar drásticamente el albedo de la Tierra”, dijo a CNN.

Tapio Schneider, científico del clima del Instituto de Tecnología de California, dijo que la implicación preocupante de la investigación es que si el calentamiento global es responsable de una cantidad sustancial de cambio en la cobertura de nubes, “podríamos ver un calentamiento global más fuerte de lo predicho anteriormente”.

Las nubes pueden parecer simples, incluso mundanas, pero son infinitamente complejas y los científicos aún están lejos de desentrañar cómo se comportan. Son “uno de los mayores dolores de cabeza” en la ciencia del clima, dijo Goessling.

Pero determinar cómo responderán las nubes al calentamiento global es clave, dijo Zalkina. “Determina literalmente cuánto calentamiento futuro nos espera”.